Dibu Martínez (7): Espectador desde un lugar privilegiado de la función estelar del equipo en el primer tiempo. Incluso se sumó en el circuito de salida con los pies. Una tapada achicando a Ramón Sosa en el inicio del complemento para marcar presencia. Y el récord de minutos sin recibir goles en la historia de la Selección.
Nahuel Molina (7): Buen primer tiempo con proyección, agresividad para pasar y animarse. En sus apariciones se generaron varias situaciones de riesgo o prometedoras. En el segundo, perdió a Sosa y se provocó la mejor chance de la visita.
Cuti Romero (7): Elegancia en la salida y para acosar a la delantera adversaria, que poco pudo hacer ante una Argentina inspirada y asfixiante en la presión. Por momentos, peleó más de lo habitual.
Nicolás Otamendi (9): Abrió el marcador con una volea digna de los más atildados delanteros o mediocampistas ofensivos. Y la firmeza habitual en la marca, casi siempre defendiendo en la mitad de cancha. Guerrero en las dos áreas.
Nicolás Tagliafico (8): Animado, inquieto, se sumó al ágil circuito cada vez que pudo y hasta se animó a cortar por adentro. Un pistón por la izquierda.
Rodrigo De Paul (8): Asistencia en el gol de Otamendi, con un centro preciso. Un tiro en el palo, una arremetida que tapó el arquero y el rol de titiritero de un equipo que brilló en la etapa inicial.
Enzo Fernández (6): Jugó simple y sus pases fueron dagas. El entendimiento con De Paul y Mac Allister es cada vez mayor. También aportó en la presión.
Alexis Mac Allister (9): Otro de una etapa inicial primera clase. Dinámico, lúcido, abanderado del pressing; una máquina de anticipar. Máxima precisión en corto y en largo. Dibujó una pisada de papi fútbol dentro del área que mereció terminar en la red. Su función en el Liverpool como 5 lo está convirtiendo en un futbolista cada vez más completo.
Julián Álvarez (9): En modo Manchester City, jugando detrás del 9 o tirado a la derecha, ofrece un entendimiento táctico y de los carriles por los que lastimar que es sorprendente. Le sirvió un gol a Lautaro Martínez que no vio la valla porque un rebote lo impidió y apareció en los ataques más filosos. Le dejó su lugar a Messi en el inicio del complemento.
Lautaro Martínez (7): Se leyó a la perfección con Julián Álvarez; el doble 9 no sólo es posible, sino que se reveló como una alternativa más que interesante cuando no pueda estar Messi. Tuvo dos claras; en una no lo favoreció un roce en un adversario, en otra su intento se fue por encima del travesaño. Le falta eso en la Albiceleste: amigarse con la red.
Nico González (6): Hizo un trabajo de desgaste de gran intensidad no para de mostrarse y pisar el área. El puesto de Di María estuvo bien cubierto. El lunar: falló varias situaciones de gol.
Lionel Messi (7): Ingresó al Monumental con casi 40 minutos por delante y recibió una ovación estruendosa (también se bañó en cariño cuando se sentó en el banco y cuando salió a calentar). En la primera pelota que tocó, aceleró y pateó al arco, pero lo bloquearon. Un córner olímpico, una gambeta en la que sentó a su rival, y un tiro en el palo. Buscó asociarse siempre, limpiando caminos.
Leandro Paredes, Lucas Ocampos y Giovani Lo Celso: entraron para darle un segundo aire al equipo y mantener el andamiaje.
Lionel Scaloni (8): Inteligencia al servicio de las necesidades de la Selección. ¿Mac Allister brilla de 5 en el Liverpool? A usufructuarlo allí. ¿Julián Álvarez rinde detrás de Haaland o tirado a la derecha en el City? A armar el doble 9. El gol fue una jugada preparada. Dosificó los esfuerzos de Messi. Y el equipo sigue con el ADN intacto.