Exequiel Zeballos entró a los 9 minutos del complemento en el duelo que Boca Juniors perdía 4-2 ante Belgrano en Córdoba. El impacto de su ingreso al partido fue inmediato: a los 12, lanzó un centro preciso para que Miguel Merentiel, con la suela de su botín, descontara. Sin embargo, la noche de Barrio Alberdi le tenía reservado un trago amargo.
Instantes después, corrió por el andarivel derecho para disputar hombro con hombro un balón con Ibacache. El chileno puso el cuerpo más firme, lo que provocó que el juvenil delantero, de 21 años, quedara desestabilizado, por lo que pisó mal con su pierna derecha en pos de hallar la vertical. Y la rodilla se movió. Tras caer al piso, los gestos de dolor resultaron elocuentes. Por ello, el árbitro Nazareno Arasa demandó rápidamente la atención médica. Cuando se acercó Darío Benedetto, su lenguaje corporal también resultó claro: la lesión podía ser importante.
Los profesionales de la salud del Xeneize lo evaluaron y pidieron el cambio, mientras Zeballos se lamentaba sentado en el césped y las primeras lágrimas recorrían su rostro. Jorge Almirón determinó el ingreso de Lucas Janson, quien interceptó su caminata y le dedicó unas palabras de aliento. Lo mismo hizo Marcos Rojo en el banco de suplentes, al tiempo que el Changuito no tenía consuelo.
Seguramente en las próximas horas el punta se someterá a estudios para determinar cuál es la lesión que padece en la rodilla derecha y la gravedad de la misma. El atacante, que pasó por las selecciones juveniles y ya estuvo en el radar de Lionel Scaloni para la Mayor, ha sido perseguido por los problemas físicos.
En su historial aparece como la lesión más destacada la fractura de tibia que le provocó la entrada del defensor Milton Leyendeker ante Agropecuario por la Copa Argentina 2021. En febrero de este año había sido operado por una lesión meniscal externa en su rodilla izquierda. Y, cuando parecía ir recuperando su mejor versión, con duelos como titular e ingresos productivos como ante el Pirata, un nuevo golpe.
Zeballos es exponente de la generación de prometedores juveniles que hoy nutren el plantel finalista de la Copa Libertadores, como Cristian Medina, Valentín Barco, Luca Langoni o Equi Fernández. Cada vez que el físico se lo permitió, exhibió su exquisita habilidad en el uno contra uno y una pegada extraordinaria.
“Esperemos que no tenga nada grave. Pasó todo junto”, se lamentó Almirón luego de una noche aciaga para el Xeneize.