La culminación de la etapa de grupos del Mundial de rugby Francia 2023 arrojó la primera sorpresa de peso entre los clasificados a los cuartos de final. La eliminación de Australia en esta fase por primera vez en su historia provocó un terremoto en las estructuras de la disciplina en aquel país y los focos de los medios locales se concentraron en la figura del entrenador, Eddie Jones.
Una de las voces más lapidarias fue Tom Decent, reportero de The Sydney Morning Herald, que opinó sobre la actualidad de un seleccionado que venía de quedarse afuera en cuartos de final hacía cuatro años. En este sentido, se refirió al trámite parejo del cruce que perdió Fiji por 24-23, pero justamente la diferencia menor a siete puntos en la derrota le otorgó el punto bonus para desplazar a Australia del segundo lugar de clasificación: “Otro try convertido por Portugal habría dado a Australia el pase a cuartos. Pero no fue así. A Portugal le importaron un bledo los Wallabies y sacó el balón fuera. Fiji puede considerarse muy afortunada por seguir adelante. Continúa el horror de Eddie Jones en el Mundial. Un final brutal para Australia, que ahora tomará el primer vuelo de vuelta a casa”.
En igual sintonía, el periodista Alan Jones tuvo duras palabras vertidas en The Weekend Australian: “Imágenes humillantes perseguirán a los Wallabies para siempre”. Allí, mencionaba la tristeza de los jugadores tras la caída 6-40 ante Gales, que obligó a esperar un favor trunco de Portugal: “Las imágenes de los jugadores llorando abiertamente frente al mundo están aquí para siempre, y los únicos culpables son Hamish McLennan (presidente de la Asociación de Rugby de Australia) y Eddie Jones”.
A la luz de los resultados, las críticas arreciaron ante la figura del head coach, quien reemplazó en el cargo a Dave Rennie a 10 meses del torneo. “Ha fracasado estrepitosamente”, firmó The New Daily. Caratuló la partida antes de tiempo como un “humillante fracaso” y agregó: “Los Wallabies deben ahora reponerse de la peor actuación de su historia en la cita mundialista”.
En la crónica de la victoria oceánica frente a los lusos, la versión australiana del medio The Guardian dejaba sus impresiones sobre la situación de los Wallabies luego de lo sucedido en Toulouse: “El hecho de que Fiji llegara al partido con trabajo por hacer para sellar su lugar en los cuartos de final había dejado a Jones y a Australia en el purgatorio”.
Los portales digitales también se hicieron eco de la noticia a partir de un comentario escrito por el periodista Owen Slot: “Eddie Jones es el agente de su propia destrucción. Sin lucha, sin espíritu, sin ingenio, ha despojado a Australia de su ADN”. Su análisis concluía con el pedido de su dimisión.
Por último, The Daily Telegraph evitó los títulos tremendistas para enfocarse en lo cerca que estuvo la clasificación de los bicampeones mundiales: “Los Wallabies eliminados de la manera mas cruel posible”. “El milagro que Australia había esperado estuvo muy cerca de suceder, pero no fue suficiente ya que el equipo de Eddie Jones fue eliminado de manera sorprendente”, concluyó.
Antes de sortear su futuro en el Mundial, el entrenador de Australia, Eddie Jones, había analizado su ciclo: “Me hice cargo de un proceso que ya estaba en marcha. Lo acepté y lo seguí. ¿Habríamos hecho las cosas de otra manera? Probablemente, pero tampoco me preocupa demasiado, porque no podía controlarlo”.
“No estoy preocupado por mi prestigio. No puedo relajarme y decir que lo hice tan bien como pude, pero no siento presión ni angustia personal en ese sentido”, analizó. Y pidió un cambio rotundo desde las bases del rugby australiano: “Necesitamos un mejor sistema para desarrollar jugadores, necesitamos más y mejores jugadores, y eso solo se consigue si cambias todo el sistema”.
La selección de Australia llegó a Francia con la obligación de mejorar su pálida imagen en la edición disputada en Japón durante 2019. La caída ante Inglaterra por 40-16 supuso su eliminación en cuartos después de que cuatro años atrás había perdido el título a manos de los All Blacks. Esta última fue su segunda final perdida (la anterior fue en 2003) después de los campeonatos mundiales cosechados en 1991 y 1999. Nunca había quedado afuera en Primera Fase en los 9 Mundiales pasados.
La previa al certamen mundialista dio alertas de lo que podía pasar en Francia. Este conjunto salió último del Rugby Championship 2023 con sendas derrotas ante Sudáfrica, Argentina y Nueva Zelanda, que se adueñó de su sexta corona entre 2016 y 2023, predominio interrumpido únicamente por Sudáfrica en 2019 (en 2020 no se jugó).
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