Aunque nunca desapareció del radar futbolístico, desde la llegada de Lionel Messi al Inter Miami, David Beckham volvió a ocupar los principales focos de atención en la prensa mundial. El astro inglés logró dejar su huella en la historia del deporte y a sus 48 años todavía sigue sorprendiendo con sus anécdotas y nuevas declaraciones.
Este miércoles 4 de octubre Netflix estrenará “Beckham” la miniserie documental que retratará en cuatro capítulos el meteórico ascenso del futbolista desde sus inicios hasta su consagración como uno de los atletas más reconocidos del mundo.
En ella, el ex Manchester United y Real Madrid recordó uno de los peores momentos que vivió como jugador, el cual se remonta al Mundial de Francia 1998 que disputó con la selección inglesa, más precisamente el partido contra Argentina por los octavos de final de esa competencia.
“Nunca hablé de eso, no puedo hacerlo. No comía ni dormía, hizo mella en mí, no me conocía a mí mismo”, confesó Beckham en el trailer oficial que publicó la plataforma digital. “Yo era un desastre. No sabía qué hacer”, agregó sobre lo que fue la expulsión que sufrió al inicio del segundo tiempo tras golpear a Diego Simeone.
“Ojalá hubiera una pastilla que pudiera tomar y que pudiera borrar ciertos recuerdos. Cometí un error estúpido. Cambió mi vida”, reveló el ex mediocampista inglés antes de romper en llanto, según replicó el periódico británico The Sun en un adelanto exclusivo al que tuvo acceso.
“Estábamos en Estados Unidos de vacaciones después del Mundial, a punto de tener nuestro primer bebé, y pensé: ‘Estaremos bien’. En uno o dos días la gente lo habrá olvidado, pero dondequiera que iba, recibía abusos todos los días. Caminar por la calle y ver que la gente te mira de cierta manera, te escupe, te insulta, se te acerca a la cara y te dice algunas de las cosas que dijeron, eso es difícil”, continuó en el segundo capítulo titulado “Seeing Red”.
El mundo fue testigo del episodio en cuestión, aquel 30 de junio de 1998. Tras un primer tiempo frenético, en el que Gabriel Batistuta abrió el marcador con un gol de penal a los 6 minutos, Alan Shearer y Michael Owen lo dieron vuelta a los 10 y 16, y Javier Zanetti lo empató sobre el cierre, la selección inglesa iba a jugar todo el complemento y los dos tiempos extra con un hombre menos.
El reloj marcaba 47 minutos cuando Beckham cayó en la mitad de la cancha por un encontronazo con Diego Cholo Simeone y, desde el suelo, lenvató su pierna para agredir al argentino, quien trastabilló y cayó junto con él. Inmediatamente, el árbitro danés Kim Milton Nielsen le sacó la cartulina amarilla al jugador albiceleste y la roja al inglés. Finalmente, la selección de Inglaterra cayó en los penales por 4-3 y quedó eliminada en los octavos de final.
Fueron muchos los aficionados británicos que cargaron contra el ex mediocampista, a quien acusaron de ser el protagonista de la eliminación por su accionar. “No estaba comiendo, no estaba durmiendo. Yo era un desastre. No sabía qué hacer. Atrajo mucha atención que nunca le desearía a nadie, mucho menos a mis padres, y no puedo perdonarme por eso”, explicó Beck entre lágrimas. “David Beckham rompió a llorar cuando habló sobre las consecuencias de su tarjeta roja en la Copa del Mundo de 1998″, anunció el periódico The Sun en un artículo que llevó la firma del periodista Alex Smith.
“Esa es la parte difícil de lo que pasó, porque fui yo quien cometió el error. Cuando he pasado por momentos difíciles, pude bloquearlo, pero por dentro me mató”, afirmó en las declaraciones recogidas por ese diario inglés.
En una reciente entrevista con el periódico Marca, Beckham afirmó que relatar ese episodio fue uno de los momentos más difíciles de afrontar en el documental: “Hasta que no vi muchas de las imágenes de aquella época no me di cuenta de lo mal que lo había pasado. Seguí jugando al fútbol. Estaba en la burbuja del Manchester United y de Sir Alex Ferguson, y nunca me afectó. La verdad es que no. Pero en el fondo, me dolían muchas cosas. No fue hasta que empecé a hablar de ello que todo salió a la luz. Porque nunca había hablado de ello. Me alegro de que hoy en día los jóvenes, los futbolistas, la gente, sientan que pueden hablar y saber que está bien decir: ‘No estoy bien’, o ‘No me siento muy bien’”.
“Pero hace 25 años, cuando me pasó a mí, no recuerdo que nadie me dijera: ‘¿Estás bien? Sí, pero ¿estás bien de verdad? Porque si me hubiera vuelto hacia mi padre y le hubiera dicho: ‘Papá, no me encuentro muy bien’, me habría dicho: ‘Chico, sigue adelante. Trabaja más duro, trabaja más duro, olvídalo’. Así que hablar de ello ahora, hablar de ello en los últimos 2 años para mí, fue realmente difícil”, confesó.
“He cometido errores. En el 98 me sacaron la tarjeta roja. ¿Desearía que nunca hubiera sucedido? Claro que sí. ¿Ahora sé por qué sucedió? Por supuesto. Sucedió por una razón, para hacerme más fuerte como jugador, como persona, y quizás para tener una mejor carrera y más exitosa. Por eso sucedió ese momento. No me arrepiento. Sólo desearía que nunca hubiera sucedido”, sentenció.
El medio Sky también reproduce declaraciones de su pareja Victoria sobre este hecho: “Estaba absolutamente destrozado. Estaba hecho pedazos. Estaba realmente deprimido, absolutamente clínicamente deprimido”.
El año pasado, en una nota con el canal de Youtube The Overlap de su ex compañero Gary Neville, había reconocido que “lloró incontrolablemente” por ese partido: “Fue solo un momento en el que reaccioné; fue un momento de locura, de verdad. Cuando miro hacia atrás en mi carrera y hablo de arrepentimientos, desearía que eso nunca hubiera sucedido. Estaba llorando incontrolablemente, lo cual es un poco vergonzoso”.
Pese a que ese episodio lo arruinó mentalmente, el futbolista debía regresar a Manchester tras el Mundial para ponerse a disposición del club. Fue durante los días previos a su vuelta, cuando una llamada de Alex Ferguson lo cambió por completo: “Creo que me emocioné mucho cuando lo llamé por teléfono y me dijo: ‘Hijo, vete por tres semanas, ve y descansa. Y cuando regreses, te cuidarán aquí en Manchester’. Y eso fue lo que me ayudó a superar esa temporada en particular”.
David Beckham recuperó su mejor nivel para la siguiente campaña al punto de conquistar un triplete con los Diablos Rojos ( Premier League, la copa nacional y la Champions League). “Cada partido de esa temporada fue difícil, ya fuera jugando fuera de casa o en Old Trafford. Pero en el momento en que caminé hacia el banderín del tiro de esquina y todas las gradas se levantaron y me aplaudieron, me vitorearon y cantaron mi nombre, me di cuenta que esos eran los aficionados del Manchester United . Y eso era lo más importante para mí”.
El documental estuvo dirigido por el cineasta y actor Fisher Stevens, reconocido por sus papeles recientemente en la serie Sucession por su rol como Hugo Baker o en The Blacklist como Marvin Gerard, por citar algunos casos.