De jugar como N° 5 en Newell’s y dejar el rugby por un año a ser el goleador de Los Pumas en el Mundial: la historia de Emiliano Boffelli

Argentina demostró en el Mundial de rugby Francia 2023 que defensivamente está haciendo una gran tarea, pero le cuesta ingresar al ingoal rival. Prácticamente la totalidad de los puntos de Los Pumas llegaron a través de Emiliano Boffelli por su capacidad a la hora de patear a los palos, sumada a la habilidad en el uno contra uno que le permitió apoyar un try fundamental para lograr la primera victoria en el certamen frente al difícil Samoa.

Elegido la figura del encuentro, la reacción del oriundo de Rosario fue ir a la tribuna a buscar una réplica de la camiseta que utilizó Diego Armando Maradona cuando jugó en 1993 en Newell’s Old Boys y posó para las cámaras. La realidad es que detrás de esa foto hay un importante fanatismo con un pequeño paso por La Lepra antes de volcarse definitivamente a la ovalada.

Emiliano es el menor de seis hermanos en la familia Boffelli. Gabriel, su padre, y Beatríz, su madre, lo tuvieron con bastante diferencia de años con respecto a Florencia, Camilo, Máximo, Simón y Constanza. “A los 26 años yo ya tenía cinco hijos. Pero a los 40 tuve la sorpresa de que venía uno más. Fuimos con mi esposo a hacer una ecografía y el médico nos preguntó si queríamos saber el sexo. Cuando nos contó que era un varón mi marido se puso a llorar. No se le ocurrió otra cosa que decir: ‘Esto me unirá al rugby hasta la ancianidad’”, contó Beatríz en charla con DDT Rosario.

De manera hereditaria, los cuatro chicos se dedicaron a jugar al rugby en Duendes. Arrancó el primero y luego siguieron los dos siguientes, mellizos. El cuarto, Emi, empezó una década más tarde. Antes de elegir al rugby como deporte principal decidió ir a probarse a las Inferiores de la Lepra. Se metió sin avisarle a nadie al complejo Islas Malvinas en 3 de Febrero y Vera Mujica para tener una prueba. Pocos días más tarde, la familia recibió una llamada sorpresa: les avisaron a sus padres que había quedado como futbolista y le dieron los horarios para practicar.

De los diez años hasta los 13 estuvo en las infantiles de Newell’s. En paralelo también jugaba al básquet y al rugby. “No llegué a jugar en AFA, empezaba justo al año siguiente. Me gustaba tanto que dejé de jugar al rugby un año. Andaba bien, me gustaba mucho. Jugaba de 5 o de volante por izquierda y me retiré ganándole una final a Central en la Rosarina”, relató en primera persona antes del día que lo obligaron a elegir una disciplina.

Una tarde sus padres lo sentaron en la mesa para que seleccionara un camino y allí fue cuando se inclinó por el que lo llevó a la cima. “Me crié en una familia muy ovalada. Desde adentro de la panza que venía respirando rugby. Se puede decir que nací con la pelota en la mano. Eso ayudó mucho. Es un deporte que si lo agarrás de chico, sacás mucha ventaja”, le comentó Emiliano a Mirador Provincial.

Y agregó sobre la importancia de la influencia de sus hermanos: “Aprendí mucho de ellos, viéndolos jugar. No sólo a mis hermanos. No me perdía ningún partido de la primera del club. Aprendí de todos los jugadores. Desde chico le rompía los de abajo a mi papá para que me llevara. Esperaba ansiosamente al sábado para que me llevara a jugar al rugby. Después obviamente uno tiene que seguir trabajando las destrezas. Por suerte entré muy temprano en el Pladar y me cambió mucho tanto en lo físico como en lo técnico”, agregó el surgido en el Duendes Rugby Club.

Durante su paso por la M14 arrancó jugando de segunda línea y antes de cambiar de categoría lo cambiaron a centro. A medida que avanzó en su carrera fue cada vez más atrás hasta caer en la posición de wing o fullback, donde se desempeña actualmente en Los Pumas. Hoy encontró su lugar en el mundo en el Edinburgh Rugby de Escocia, donde tiempo atrás fue elegido como el mejor jugador del club en la temporada 2021/22. El argentino recibió el premio Player’s Player of the Season, el cual se designa entre todos los miembros de la institución escocesa.

Su llegada a Gran Bretaña se dio luego de un complicado paso por el Racing 92 francés, del que terminó quedando libre. “Hubo varios factores que hicieron ese momento difícil. En Francia me costó entrar en el grupo por el idioma, capaz. Con el inglés me defendía y por eso se me fue más fácil entrar en Edimburgo. El saber comunicarte con tus compañeros, el día a día, son detalles importantes. Nunca pude mandar el mensaje de quién soy o de como vivo y siento el rugby”, admitió Emi.

El apoyo de su pareja Candelaria Comerci, también rosarina y Licenciada en Administración, fue fundamental en el proceso. “A mí una de las cosas que me da bronca es que es increíble la cantidad de mensajes cuando perdemos y el número cuando ganamos. Cuando perdés te escriben los que están siempre. Y cuando ganás te escribe cada uno que te gustaría que te escriba siempre. Lo que uno más valora son esas palabras de los amigos, la familia y eso es impagable”, explicó en charla con DDT Rosario.

Y agregó sobre la manera que su círculo íntimo vive sus partidos: “Simón, cuando mira los partidos en la madrugada, me contaron que pega unos gritos que despierta a todos. Me dice que lo vive muy nervioso. Me encantaría ver un video porque debe ser gracioso. El apoyo que recibo de mi familia es tremendo”.

La patada es uno de sus grandes fuertes como jugador y tuvo la dura tarea de suceder al Cachorro Sánchez. “Normalmente en los Captain’s Run vemos el campo de juego y probamos hasta dónde llega Nico. Lo solemos hablar en el momento, depende si llega exigido o no. Pero es una responsabilidad que tomé y me tengo que hacer cargo. Está buenísimo, tener esa presión me encanta. Nico me aconsejó mucho, la concentración. A veces me paso y quiero seguir pateando, pero me bajan el ritmo para que piense mejor. Está bueno tener a alguien que te ayude en ese aspecto”, reveló.

Frente a Samoa, Boffelli se hizo cargo de la totalidad de los puntos excepto del último penal, el cual Sánchez cambió por unidades para cerrar una importante victoria por 19-10. “Vos pateás con tu forma. Te pueden aconsejar algo del pie de apoyo o cómo acomodar la pelota, pero cada uno tiene su estilo. Antes cuando corría hacia la pelota iba corriendo para pegarle un sablazo. Pero una de las cosas que pude corregir es mayor tranquilidad en la carrera para poder impactarla mejor”, comentó sobre la técnica que logró pulir.

Hoy es un pilar fundamental en la estructura de Michael Cheika y una garantía para rematar a los palos desde cualquier sector de la cancha por su potencia a la hora de sacar la patada. “Tomamos cada partido que nos toca afrontar como una final. Estamos enfocados. Sabemos muy bien que si hacemos lo que nosotros sabemos hacer, no nos salimos de nuestro sistema y hacemos lo que ya demostramos que hicimos, creo que nos puede ir muy bien. Sin pensar tanto en el resultado, sino pensando en el proceso y sabiendo que el resultado es una consecuencia”, buscó contagiar Emiliano a los hinchas argentinos que sueñan con jugar los cuartos de final.

Los Pumas volverán a saltar a la cancha el próximo sábado 30 de septiembre contra Chile a las 10 de la mañana en un partido fundamental para saltar asaltar la segunda posición del Grupo A. Luego, cerrarán la participación en la primera fase contra Japón el domingo 8 de octubre, en otro duelo decisivo para intentar meterse entre las mejores ocho naciones del planeta.