Es uno de los argentinos más ganadores de la MLS, tiene tatuado a Messi y hoy buscará arrebatarle el título: “Si le pego, mis amigos no me hablan más”

Franco Escobar surgió de Newell’s y tiene a la Pulga como ídolo, aunque pujará para que Houston Dynamo se quede con la US Open Cup ante Inter Miami. De su experiencia con el Tata Martino como DT a las divertidas historias con Gareth Bale, Magic Johnson y Will Ferrell en Los Ángeles

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Festejo de gol de Escobar con la casaca del Dynamo y el tatuaje de Messi
Festejo de gol de Escobar con la casaca del Dynamo y el tatuaje de Messi

Por fin estarán cara a cara. De un lado, el Lionel Messi de tinta, la copia fiel que habita en una pierna de Franco Escobar, besando la Copa del Mundo que lo llevó a sudar cinco ediciones hasta conseguirla. Del otro, el real, el que buscará ganar este miércoles la US Open Cup, su segundo título desde su desembarco como futbolista del Inter Miami. El lateral, de 28 años, surgido de la cantera e hincha de Newell’s (como la Pulga) se tatuó al ídolo para rendirle pleitesía tras el hito en Qatar. El encuentro resultará inevitable, incluso el astro ex Barcelona sabe de la existencia de su gemelo en piel ajena.

Pero la camaradería quedará para después de la final: antes, uno de los argentinos más ganadores del fútbol de Estados Unidos intentará con el Houston Dynamo “dar el batacazo. Va a estar difícil, pero capaz, ante todo pronóstico, lo ganamos. Va a haber una fiesta, van a ir 200.000 personas para ver a Messi campeón, pero estamos bien, con confianza. Si hacemos un buen partido, si estamos concentrados, las chances las vamos a tener. En lo que dura el partido no podés darle al Inter ni cinco minutos con los jugadores que tiene. Leo es incontrolable, pero hay que cerrarle los circuitos, la línea de pase”.

Escobar, central en su formación, no es un improvisado en la Liga que hoy está hechizada por la figura del ex Barcelona y PSG. Es casi un talismán en los equipo por los que pasa. Llegó a Atlanta United de la mano de Gerardo Martino y se quedó con la MLS, la US Open Cup y la Campeones Cup. Se mudó a Los Ángeles FC y, en compañía de Gareth Bale y Giorgio Chiellini, fue líder en la Conferencia Oeste, obtuvo la MLS y la Supporters Shield. Y con Dynamo, que no da una vuelta olímpica desde 2018, ya está en una final y se halla cuarto en su Conferencia. “Me fue bastante bien. Cuando llegué a Los Ángeles me dijeron que tenía que salir campeón como en Atlanta y ahora me pasó lo mismo cuando llegué a Houston”, se divierte.

Franco habla suelto, sin temores, como cuando pasa al ataque, un rol que aprendió en profundidad precisamente con el Tata, al que hoy tendrá como adversario. “Tengo muy buena relación con él, aprendí muchísimo. Mejoré muchísimo en la parte ofensiva, porque la de lateral no era mi posición natural, y terminé jugando en línea de 5, como lateral-volante. Antes, cuando pasaba la mitad de cancha, se me bajaba la persiana mal. Pero con él mejoré en cuanto comprender el juego, en la parte táctica”, agradece a la distancia, que se reducirá a unos pocos metros en el campo de juego del DRV PNK Stadium. “Uno lo admiraba desde que iba a ver los partidos del Newell’s que dirigía, tuve la alegría de festejar el título que ganó en 2013, y ser dirigido por él tenía ese plus. Fuimos campeones en Atlanta jugando un muy buen fútbol, hacía 30 o 40 años que en la ciudad ningún equipo conseguía un título, y nosotros lo logramos en la MLS”, recuerda en diálogo con Infobae para palpitar la final.

-¿Seguís en contacto con el Tata Martino?

-Le he escrito un par de veces en los cumpleaños. Después coincidimos en Los Ángeles, cuando Inter fue a jugar con el FC y a nosotros nos tocaba con el Galaxy, y concentramos en el mismo hotel. Nos quedamos un poco charlando con el cuerpo técnico. Esta vez lo voy a sufrir.

-Hoy jugás de lateral en una liga en la que se prioriza el fútbol de ataque, ¿cuán difícil es para los defensores?

-Acá la mayoría de los equipos tienen delanteros muy buenos, y en el ida y vuelta en un momento el partido se rompe. Los clubes invierten en delanteros, en volantes ofensivos. Y llega un momento en el que te toca un rival con delanteros de jerarquía, dejás espacios y una o dos te meten. De tanto intentar atacar, ser ofensivos... Y a veces te tenés que meter un poco más. La Liga te lleva a atacar. En Argentina, a los 70 minutos ganás 1-0 y bajás la persiana. Y que intenten entrar. Acá capaz te agarran mal parado por ir a atacar. Quieren jugar siempre, quieren arriesgar. La MLS es cada año un poco mejor. Con jugadores jóvenes más los que vienen de Europa, Sudamérica, se hace más complicada, competitiva. Austin el año pasado perdió la final de Conferencia con nosotros y este año está anteúltimo. Y tiene buenos jugadores, casi los mismos.

-Marcaste varios goles desde que llegaste a Estados Unidos. Y eso que comenzaste tu carrera como central.

-Toda mi vida fui central, llegué a Primera como central. Estaba complicado jugar ahí, con Heinze, Víctor López, Guille Ortiz... Cuando estaba el Tolo Gallego, fui a Reserva, y el DT me puso de lateral por derecha, cuando para mí pasar mitad de cancha era zona desconocida. Me fui adaptando, miraba videos, hablaba con los chicos laterales para meterme más en la posición, ver más lo ofensivo que lo defensivo, que ya lo tenía. Anduve bien en Reserva y el Tolo me pasó al banco de Primera. Hoy, acá ya me tiran de lateral por izquierda: no sabía tirar un centro con derecha y ahora los tiro de zurda. Y cuando me meto para adentro me queda el perfil justo para patear.

-¿En Newell’s se puede decir que cumpliste el sueño de todo hincha? Porque te diste el gusto de jugar con tus ídolos.

-Fue increíble. Estaba Trezeguet, había vuelto Banega. Veía esas caritas y decía “¿qué hago acá?”. Maxi Rodríguez, Scocco. Me costaba pasar de mirarlos como hincha a compañero. Ya en confianza vas normalizando un poco todo. Al principio mi carita era la de un nenito al que le brillaban los ojos. El Gato Formica, Seba Domínguez, Fer Belluschi... Tuve la suerte de estar con jugadores a los que veía por TV, en Mundiales, imaginándome estar con ellos. Y después pasé a tenerlos como compañeros, los enfrenté... Son experiencias de las más lindas del fútbol.

Con la camiseta de los Ángeles FC, equipo con el que ganó la MLS (Gary A. Vasquez-USA TODAY Sports)
Con la camiseta de los Ángeles FC, equipo con el que ganó la MLS (Gary A. Vasquez-USA TODAY Sports)

-También compartiste plantel con Heinze. ¿Cómo era como compañero?

-Lo tuve seis meses de compañero, eran sus últimos meses y mi primera pretemporada. Tenía perfil de entrenador, quería enseñar. Si te veía algo, te intentaba corregir. Nos hacía ejercicios de salida después de los entrenamientos. Y a los chicos nos aconsejaba, nos juntaba, nos charlaba. Es uno de mis ídolos, de mis referentes.

-Ya hablamos de tu paso por Atlanta, sigamos con tu periplo en la MLS. ¿Cómo fue tu experiencia en Los Ángeles?

-Es una ciudad increíble, grandísima y hermosa. Y el club está muy bien. Es todo show, es todo Hollywood. La cancha nuestra es Hollywood, hay un vip arriba y a la altura del césped. Los vi y conocí a todos, a Owen Wilson, Justin Bieber, Snopp Dogg. El día que jugó Leo (Messi) contra Los Ángeles volví a ver al equipo, nos quedamos ahí con mi novia porque tenía tres días libres.

-La particularidad que tiene Los Ángeles FC es que el actor Will Ferrell y Magic Johnson son accionistas. ¿Tuviste contacto con ellos?

-Will, terrible personaje, es como lo ves actuando en las películas, siempre está con algo de Los Ángeles puesto. Se ponía los guantes y hacía que entrenaba con los arqueros. Le pateaban despacito y se tiraba a los costados. Y a Magic, a veces en los partidos. Le di la mano cuando fuimos campeones. Y con la mano que tenía me agarraba hasta el hombro.

-Ahí jugaste con Giorgio Chiellini y Gareth Bale. ¿Qué impresión te dejaron?

-Los dos, muy buena impresión. Giorgio, apenas firmó, nos habló por Instagram, se presentó, un fenómeno. Es italiano, y los argentinos tenemos esa sangre, no somos muy distintos. Y Gareth también. Me sorprendió porque a una figura como él no sabés cómo tratarla. No digo que éramos amigos, pero daba para joderlo, que me jodiera. Hablaba español. Es humilde, tranquilo. Fue un orgullo y un placer compartir con ellos.

-¿Es verdad que Bale era ácido con el humor?

-Hubo un partido que jugamos contra América de México y fuimos a penales, y justo había atajado el suplente. El arquero nuestro tuvo tres o cuatro penales en los que tocó la pelota y se les metieron. Cuando terminó el partido estaba muerto. Después Gareth mandó una foto al grupo de WhatsApp con dos guantes y un agujero en el medio, como si estuvieran rotos. Y le puso “acá están tus manos, John (McCarthy)”. Lo mató, pobre, subió al micro con la cabeza baja, y que Gareth mandara la foto... Quería ser un ñandú. En mi caso, por ahí, en los entrenamientos lo iba a marcar, y te metía un cortito en las costillas, se prestaba para la joda.

-¿El arquero se la devolvió?

-¡Sí! Pegó en el vestuario una foto de Gareth mal vestido en el Real Madrid. Del 1 al 10, era un 1 como estaba vestido. No sé qué dijo. Pero hay que tener huevos para plantar esa foto, ¿eh? El arquero, John, está loco.

-¿Cómo es el impacto del desembarco de Messi en la MLS desde adentro?

-Se ve en las redes o cada vez que sale de Miami; explota la ciudad a la que va. A mí me tocó estar en Los Ángeles en el mismo hotel y era impresionante, gente por todos lados que pagaba dos noches para ver si se lo cruzaban en un pasillo. Ante cualquier movimiento la gente se desesperaba. Para la liga que esté el mejor de la historia es increíble. Partido que juega él lo miran de todos lados. Mis amigos siguen la liga porque estoy yo, pero los otros argentinos por ahí conocían algunos clubes de la MLS, nada más. Hoy conocen a todos. Y han pasado campeones del mundo, jugadores como Zlatan (Ibrahimovic), Gareth (Bale), Kaka, David Villa... Pero lo que provoca Leo no se compara con nada.

-¿Qué les genera a vos y a tus compañeros que se hable más de Messi y del Inter Miami que de ustedes de cara a la final?

-Somos conscientes de que Inter es un muy buen equipo; con Leo, pero también Jordi (Alba), Busquets, Josef (Martínez), Farías... Y nosotros venimos remándola. Cuando se hizo la encuesta antes de la temporada nos daban en el fondo... Asumimos que no somos favoritos, pero tenemos la confianza, sabemos que los podemos lastimar. Las chances nos están desparejas, el que las pone desparejas si juega es el 10. Va a depender de cuán efectivos seamos. Que podamos salir rápido del show, de lo que se va a generar. No entrar dormidos, entrar a competir. Terminar el partido y saber que se entregó todo. Es “el” partido, es “el” rival.

Franco, contra el Inter Miami, pero con la casaca del Atlanta United (Dale Zanine-USA TODAY Sports)
Franco, contra el Inter Miami, pero con la casaca del Atlanta United (Dale Zanine-USA TODAY Sports)

-También es “el” rival para vos. Te lo dice desde el tatuaje en tu pierna.

-Mis compañeros me dicen “si se va mano a mano, ¿qué haces?”. Yo les respondí: “Lo intento agarrar, no me pidan que le pegue una patada; mis amigos no me hablan más”. Para mí, es una experiencia increíble, sé que Leo está con una molestia, pero ojalá llegue. Es más lindo con él en cancha, tener cerca a una persona que desde chicos nos dio alegrías. Me alegró lo del Mundial, el fútbol se lo tenía que dar. Va a ser un día muy lindo, con mi familia, con mi novia, con la familia de mi novia, que van a presenciar esto. Después de que termine todo, veremos si podemos ligar algo más...

-¿Ya trabajaste para asegurarte la camiseta? ¿Le pensás mostrar el tatuaje?

-Mostrarle el tatuaje me da vergüenza, pero uno de los profes del Inter se lo mostró, y me dijo que la camiseta me la cambia a mí. Vamos a esperar.

-¿Cómo surgió lo del tatuaje?

-Me quería hacer uno de él desde hacía mucho, pero no encontraba la foto, no sabía qué foto elegir. Justo hace el gol con Barcelona después de la muerte de Diego (Maradona) y muestra la camiseta de Newell’s. Me iba a hacer ese, pero algo me decía “aguantá”. Cuando ganó la Copa América, pensé “es ahora”. Como el Mundial era al otro año, volví a decir “vamos a aguantar”. Se dio el Mundial, fui a los dos o tres días y me lo hice. Mis compañeros nunca me dijeron nada del tatuaje, hasta hoy...

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