Por estos días David Beckham se convirtió en una figura simpática para los argentinos. Es uno de los socios mayoritarios del Inter Miami y fue el hacedor de la llegada de Lionel Messi. Hay un fuerte vínculo entre ambos. Pero hace 25 años el ex volante inglés era uno de los más apuntados por los hinchas albicelestes y los propios británicos luego de su expulsión en el duelo por los octavos de final del Mundial de Francia en 1998. Hoy el ahora empresario reveló lo mal que la pasó luego de ese incidente que tuvo el agravante de la eliminación de su selección.
Su vida será contada por él mismo, su familia y otros allegados en la serie documental que se estrenará el 4 de octubre. En uno de los anticipos oficiales, David confiesa sus sensaciones luego de aquel recordado choque ante Argentina, el 30 de junio de 1998 en el Stade Geoffroy-Guichard, en St. Étienne. La jugada se produjo a los 47 minutos, cuando Beckham le tiró una patada desde el piso a Diego Simeone, pero el árbitro lo vio y lo expulsó.
Era un momento caliente del encuentro, ya que Argentina se había puesto 2-2 luego de un golazo de Javier Zanetti tras una jugada preparada. Los ingleses sintieron el jugador de menos, pero el encuentro terminó igualado y en la definición por penales se clasificó el equipo que era conducido por Daniel Alberto Passarella.
La prensa inglesa destrozó a Beckham, que fue el fusible de la eliminación. Una vez de vuelta en su país, fue el apuntado por los hinchas y por un tiempo fue insultado en cada partido con el Manchester United. “Nunca hablé de eso, no puedo hacerlo”, son los primeros testimonios que se ven en el tráiler sobre aquel episodio.
En el compendio de imágenes se ve cómo le gritaron “imbécil” a Beckham una vez que la selección retornó. La decepción no tuvo límites, y David confesó lo duros que fueron esos días: “No comía ni dormía, hizo mella en mí, no me conocía a mí mismo”.
En ese momento tenía 23 años y era una de las máximas figuras de la Premier League. Su imagen, el boom que generaba, lo convirtieron en un imán. El cocktail explosivo a nivel mediático se completó con su relación con Victoria Adams, por entonces figura de la música con la banda Spice Girls.
Aunque como también avisa el corte de la biotopic, Beckham esgrime que “no me rindo con facilidad”. Ganó todo con el United en el inolvidable 1999 (Premier League, Champions League, FA Cup y Copa Intercontinental) y luego fue uno de los responsables de llevar a su selección al Mundial de Corea-Japón 2002, en el que se volvió a cruzar con la Argentina. Se tomó revancha y de penal marcó el gol del triunfo 1-0 en el estadio cerrado de Saporo. Más tarde fueron eliminados en cuartos de final por Brasil (2-1), que terminó siendo el campeón.
Su campaña lo llevó al Real Madrid de los Galácticos y en 2007 llegó a la Major League Soccer (MLS), donde obligó a cambiar las reglas y se dio lugar a las excepciones para contratación de figuras de primer nivel que estuviesen fuera del límite de presupuesto. Esto abrió el camino a otras estrellas y por obra de Beckham -en gran medida- este año llegó el mejor futbolista del planeta, Lionel Messi.