Nació en Londres, es fanático de Maradona y se hizo hincha de Chacarita: “Una de las mejores decisiones de mi vida”

Hace poco más de 25 años que Dave pisó la Argentina por primera vez y desde entonces creció una conexión con el país y con el fútbol. Cómo nació su amor por el club de San Martín

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Dave busca contagiar su pasión por Chacarita y Maradona en Inglaterra
Dave busca contagiar su pasión por Chacarita y Maradona en Inglaterra

Argentina e Inglaterra disputaron un amistoso en noviembre de 2005 en Ginebra, Suiza, y hasta allí viajó Dave para apoyar a su seleccionado. Era la primera vez que ambos equipos se enfrentaban desde el Mundial 2002 y el ambiente, que por ubicación geográfica favorecía a los británicos, estaba envuelto de un clima de tensión entre ambas parcialidades. Fue justamente poco antes del inicio del partido cuando él, junto a otros 40 ingleses, se topó en la calle con un nutrido grupo de hinchas de Rosario Central y, para evitar problemas, cumplió el rol de vocero de la paz.

Él, un profesor londinense que ya para ese entonces había viajado un puñado de veces a Buenos Aires, se aproximó hacia los Canallas e improvisando un castellano rudimentario les explicó que ellos no eran hooligans, por lo que no buscaban ningún tipo conflicto. Entonces, aprovechó para contarles que en sus ratos libres solía mirar fútbol argentino, porque de joven siempre le había apasionado, y empezó con la enumeración interminable de clubes que conocía. Sorprendidos, le preguntaron si apoyaba a alguno en particular y no dudó: Chacarita Juniors. “Su reacción fue muy positiva, dijeron que la hinchada de Chaca era realmente pasional y eso fue algo que me pareció interesante porque incluso en ese momento yo no sabía que seguidores de un club argentino podían tener opiniones positivas sobre otro”, recordó Dave en diálogo con Infobae.

Esa conversación selló para siempre su relación con el club de San Martín y, de inmediato, se propuso el objetivo de regresar a Buenos Aires, pero esta vez para ver al Funebrero en cancha: “Realmente me interesé mucho a partir de esa temporada y por supuesto en ese momento no fue difícil hacerlo. De hecho, probablemente ahora sea un poco más fácil en algunos aspectos, por Internet y las redes sociales, pero en aquel entonces también había muchas más formas gratuitas y piratas de ver los partidos desde el Reino Unido”.

En la actualidad, Dave tiene 57 años y vive en Manchester junto a su esposa y su hijo. Feliz al enterarse del contacto desde Argentina, no dudó en brindar la entrevista, pero por una cuestión de privacidad pidió mantener oculto su rostro y su apellido.

Todos los días va al trabajo en su automóvil, en cuyo espejo retrovisor tiene colgado una figura de Diego Maradona. “Si bien yo nací en Londres, mi familia es escocesa e irlandesa. Recuerdo a mi padre bailando de alegría en casa cuando Maradona marcó los dos goles a Inglaterra en el Mundial del 86. Yo, y creo que también muchos fanáticos de Inglaterra, admiramos a Diego, que es, con diferencia, el mejor futbolista de todos los tiempos, y también admiro mucho su personalidad. Un poco travieso que atrae mucho a la psique inglesa”. A su vez, reconoce que varios de sus amigos y conocidos siempre quisieron tener al Pelusa entre sus filas, “qué lástima que no nació acá”, y se sorprende al escuchar a algunos argentinos criticarlo, ya que en países como Escocia o Irlanda es “venerado”.

Su pasión por el fútbol fue parte del legado de sus padres y desde pequeño apoya al Crystal Palace: “Durante seis años, en los 80, no me perdí ningún partido, tanto de local como de visitante. Éramos terribles, pero obviamente el fútbol inglés estaba mucho menos pulido en ese entonces, los partidos eran muy divertidos, pero bulliciosos. Aún sigo yendo a la cancha”. Pero, ¿cómo nació su vínculo con Argentina?

Un inglés se hizo fanático del Funebrero

En 1987, cuando estaba en la Universidad, inició un trabajo de investigación sobre el neocolonialismo inglés del Siglo XIX y, debido al interés por Maradona y su locura por el fútbol, utilizó como excusa el estudio sobre una empresa ferroviaria en la Argentina para viajar a la tierra de la que tanto había leído y escuchado. “Por supuesto, ese país casi siempre ha tenido un lugar en la mentalidad del pueblo británico. En aquella época el Mundial del 78 todavía era un gran recuerdo y, obviamente, el de México 86 también. También estaba la Guerra de Malvinas. Todo eso significó que, especialmente para la gente de mi generación, Argentina siempre haya sido una parte importante de nuestras vidas”.

Fue así que aterrizó en Buenos Aires y rápidamente se fascinó con las calles porteñas, la cultura y la calidez de la gente. “Obviamente me encantó la pasión por el fútbol, pero también es el único otro lugar en el mundo donde se puede tomar una taza de té decente. Pero también y, sobre todo, la inteligencia emocional de las personas”. Incluso, se sorprendió que pese a su nacionalidad, y el hecho de que hacía apenas cinco años había culminado la guerra, ninguna de las personas que conoció en ese primer viaje le hizo mención alguna sobre el tema. “Creo que eso se trata de modales y cortesía y de no hacer que un visitante se sienta incómodo”, analiza con el tiempo. Tanto le gustó el país que decidió volver y desde entonces ha viajado entre 15 o 20 veces (ya perdió la cuenta), la última justo antes del inicio de la pandemia del coronavirus.

Tantas veces voló los más de 11 mil kilómetros que separan a ambas naciones que en Buenos Aires comenzó a formar un nuevo grupo de amigos, algunos ingleses y otros porteños. A todos, les insistía con que quería conocer por dentro el fútbol local e ir a cuanta cancha pudiese, pero sobre todo a la de Chacarita. En aquella época, a Dave le llamaba la atención que un club que no era considerado masivo (como Boca Juniors o River Plate) estuviera en boca de todos, fuera mencionado en los diarios y en la televisión. Por eso, desde Inglaterra seguía la campaña del Funebrero y cada vez que venía a la Argentina lo hacía con la ilusión de ir a San Martín. Sin embargo, el nivel de violencia que reinaba por entonces en las tribunas del equipo tricolor hacía que todos sus conocidos siempre le negaran el plan. “Es muy peligroso”.

“A principios de la década del 2000, comencé a visitar Buenos Aires con más regularidad y veía muchos partidos en diferentes estadios. En primer lugar, obviamente solo los grandes equipos ‘turísticos’ como River, Independiente, Racing, etcétera. Pero también a veces Banfield e incluso Ferro, porque era un gran club cuando yo era un adolescente. También miraba mucho fútbol argentino y simplemente leía y me enteraba de lo que estaba pasando en ese momento. Recuerdo que Chacarita estaba en la Primera División, entonces tenía un perfil alto, y también recuerdo que descendió en 2004. Supongo que Chaca siempre fue el club en el que tuve mayor interés porque, como ya he dicho, mis amigos en Buenos Aires a veces eran cautelosos a la hora de ir a sus partidos. Eso me atraía más”.

“En aquel partido en Ginebra (noviembre de 2005), cuando descubrí que estos muchachos eran fanáticos de Rosario Central pensé rápidamente y me di cuenta de que podía hablar un poco de Chacarita con entusiasmo. Por ejemplo, sabía un poco sobre el reciente descenso (en 2004) y lo que me interesó fue su respuesta. Obviamente tenían cierto respeto por Chacarita y sus hinchas, así que eso fue bueno en ese momento”. Pero, aún quedaba encontrar la difícil tarea de que alguien se animara a llevarlo a la cancha. Hasta que ese día finalmente llegó y, como suele pasar en este tipo de historias, ocurrió casi de casualidad.

Era el año 2012 y uno de sus amigos ingleses que vivía en Buenos Aires le pidió que lo acompañara a una peluquería en Belgrano, sobre Avenida del Libertador. Charlando con el peluquero, ambos mencionaron el hecho de que a Dave le apasionaba el fútbol argentino y que era seguidor del Funebrero. ¿Destino? El peluquero también era de Chaca y no dudó: “Este fin de semana, te llevo a la cancha”.

Sebastián Pena anotó sobre la hora, justo antes del inicio de la pelea de la barrabrava

El Tricolor estaba en aquel momento luchando por la permanencia en la B Nacional y le tocaba enfrentarse nada menos que a Atlanta en el clásico. “Siempre me dijeron que era demasiado arriesgado ir. Pero esa vez lo hice. En serio, ¡fue una de las mejores decisiones de mi vida!”, recordó sobre aquella tarde.

El partido terminó 1 a 1, gracias a un gol en el último minuto de Sebastián Pena, capitán de ese equipo, que capturó la pelota en el segundo palo, tras un tiro libre que había ido a buscar al área hasta el arquero Nicolás Tauber, y remató cruzado para evitar la derrota en tiempo de descuento. “Lo que me encantó fue que las cosas eran un poco caóticas a veces, pero siempre me sentí seguro”. Lamentablemente el encuentro terminó con incidentes, debido a que la barrabrava local intentó agredir a los dirigentes del elenco de Villa Crespo y, por consiguiente, al conjunto de San Martin se le prohibió volver a jugar en su estadio y con público por el resto del torneo, además de que se le quitó un punto por los cánticos antisemitas que se oyeron desde las tribunas.

Poco le importó a Dave, quien se fue maravillado: “El partido contra Atlanta fue completamente diferente. Me enganché, absolutamente y sin concesiones”. Ese día, entró como un aficionado y se fue como un hincha más de Chaca, porque además pudo volver a conectar emocionalmente con la pasión del fútbol que había disfrutado en Inglaterra en la década del 80, pero que con el tiempo se ha ido perdiendo en su nación. “Mis amigos y familiares aquí entienden totalmente el apoyo de Chacarita. Aunque hay mucha niebla aquí, lo único que la mayoría conoce es River y Boca. Sinceramente creo que la afición inglesa está algo celosa de la liga argentina. Claro, hay grandes jugadores aquí, en la Premier League, pero la experiencia de los fans es muy estéril hoy en día, diluida desde los años 80. Ven la pasión en Argentina y les recuerda lo bien que solían ser las cosas aquí”, rememoró.

La pandemia del coronavirus lo alejó de los aviones por un tiempo y desde entonces no ha regresado al país, sino que se ha mantenido en Manchester junto a su familia, mientras se desempeña como asesor de liderazgo educativo para fortalecer las escuelas del norte de Inglaterra. Pero, la pasión no se apagó. A comienzos de año, abrió una cuenta de Twitter,Chacarita Juniors in English”, que maneja junto a otros dos amigos ingleses, a quienes ha contagiado de su amor por los colores rojo, blanco y negro. Desde allí, informa en su lengua natal sobre las noticias del equipo de San Martín y así mantiene viva su euforia por la campaña del conjunto que marcha primero en la Zona B de la Primera Nacional.

Al recordar jugadores históricos, no duda en mencionar a Matías El Chavo Alustiza como su favorito, quien fue clave en el ascenso a la máxima categoría en 2009: “En aquel momento era un gran goleador”. Mientas que del plantel actual se queda con Cristian Correa: “Es un arquero gana partidos”. Aunque, no duda en destacar el trabajo del entrenador, Aníbal Biggeri: “Ha hecho algo increíble. Ha reclutado y creado una combinación de jugadores que realmente se complementan entre sí. Después de esa primera media hora del primer amistoso se pudo ver la comprensión y la confianza. Somos muy fuertes ofensivamente y siempre peligrosos cuando tenemos la pelota. Dicho esto, ahora soy una persona con emociones encontradas, entusiasmado con estos partidos finales, pero también igualmente asustado”.

Quedan cuatro fechas para el cierre de la temporada y Chacarita marcha primero en su zona. En caso de terminar así, jugará la final por el ascenso en un estadio neutral ante el mejor de la otra zona y Dave espera poder viajar al país para poder cumplir uno de sus sueños: festejar el ascenso funebrero desde las tribunas.

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