River Plate volvió a jugar oficialmente en el Monumental luego de semanas agitadas, después de algunos desacuerdos entre el cuerpo técnico de Martín Demichelis y el plantel que salieron a superficie. Y el equipo mostró reacción, momentos de buen juego, y se impuso por 3 a 1 ante Arsenal por la Copa de la Liga, en la que volvió a alzar la guardia para dar batalla. Tanto el DT como los referentes ofrecieron gestos que ratifican lo acordado puertas adentro del vestuario: dejar de lado las diferencias para ir en busca del título, tras la conquista de la última Liga Profesional.
En realidad, la primera alarma en Núñez la habían encendido los resultados: la eliminación en la Copa Libertadores (a manos del Inter de Porto Alegre) y de la Copa Argentina (ante Talleres de Córdoba), sumadas a un inicio errático del certamen local. Luego, los cambios en continuado en la alineación. Y, por último, la reunión off de récord del orientador con un puñado de periodistas, en la que habría dejado algunas consideraciones sobre jugadores del plantel, que terminaron llegando a oídos de ellos.
La versión indica que habría hecho hincapié en “el paso del almanaque” y en la diferencia del nivel que mostraron algunos futbolistas a nivel local y en la Libertadores. El ruido de esas palabras decantó en el cónclave que mantuvieron Demichelis y sus ayudantes (Javier Pinola y Germán Lux) con la plantilla completa primero, y con algunos hombres puntuales después (Enzo Pérez, Franco Armani y Leandro González Pirez).
Pues bien, ante el conjunto del Viaducto, esos roces no se advirtieron. Ni siquiera cuando la visita se acercó 1-2 en el score. Por el contrario, hubo detalles que mostraron buena sintonía. Por ejemplo, en el 1-0 de Miguel Borja, el colombiano fue a abrazar expresamente a Micho luego de celebrar con sus compañeros. No se trata de un detalle menor: vale recordar que el punta había expresado su descontento en las redes por no ser titular frente a Rosario Central en el certman pasado, hecho por el cual debió pedirle disculpas al grupo.
* El momento de la salida de Enzo Pérez
En el Monumental, todo quedó atrás. Borja, de penal, terminó sentenciando el pleito. Y ante los micrófonos dijo: “Se lo había dicho hace un mes, que el próximo gol lo iba a celebrar con él. El apoyo que me ha dado es muy importante. ‘Si me habló? Me dijo que hiciera otro más, ja”. “No hacía falta que me diera un abrazo para saber la gran relación y armonía que tenemos en el trabajo, un gran respeto. Quedó demostrado con eso que nunca estuvimos peleados desde Rosario Central”, devolvió el coach ex Bayern Múnich.
Pero hubo más: cuando Enzo Pérez fue reemplazado, además de bañarse en una ovación impactante, también saludó al DT al arribar al banco. Y al finalizar el cotejo, Micho y sus ayudantes (se lo vio muy activo a Germán Lux) esperaron a los futbolistas y los felicitaron uno a uno antes del ingreso al túnel.
“La institución merecía una muestra de carácter y reacción post Vélez; lo hicimos. El plantel se entrenó fenomenal en estas dos semanas, por momentos el equipo me gustó mucho y vamos a seguir trabajando para recuperar esa mística de campeón. El plantel se merecía jugar muy bien y sumar los tres puntos, estaba muy tranquilo porque vi cómo se entrenaban los chicos”, le bajó la persiana el técnico al mal momento.
* La actitud del cuerpo técnico al finalizar el encuentro
Y le dio un espaldarazo al citado Lux, a quien también lo rodearon las versiones sobre una supuesta salida: “100 por ciento lo ratifico, Germán va a estar hasta que yo esté como entrenador de River. Es de la casa, representó la selección argentina, estuvo en la época más gloriosa con el mejor DT de la historia, aporta muchísimo, tiene un gran comportamiento, es súper respetuoso. Vamos hacer muchísimo hincapié en todo lo que tengamos que corregir por el bien de la institución, no por el bien mío. La institución está por encima de todos, para que vuelva a estar en el mejor lugar como lo ha estado”.