Los últimos minutos oficiales de Valentín Barco con la camiseta de Boca Juniors fueron en el primer tiempo (y escasos segundos del complemento) del partido de ida por la serie de cuartos de final de la Copa Libertadores ante Racing. La joya xeneize sufrió esa noche una ruptura fibrilar en el psoas ilíaco de su pierna izquierda y tuvo que trabajar a contrarreloj para rehabilitarse y ser considerado por el cuerpo técnico de cara a la revancha en Avellaneda, donde estuvo en el banco de suplentes pero no ingresó.
Habiendo cumplido el objetivo de pisar la instancia de semifinales, Jorge Almirón decidió preservarlo en los compromisos posteriores. Es por esto que el Colo no estuvo convocado en el duelo por Copa de la Liga frente a Tigre (derrota 1-0 en la Bombonera) ni el de Copa Argentina contra Almagro (victoria en penales tras el 2-2 en tiempo reglamentario). Mañana el elenco de la Ribera visitará a Defensa y Justicia en Florencio Varela y el lateral izquierdo devenido en extremo reaparecerá.
Pero al margen de su actualidad con el equipo, a fuego lento se cocina su salida del club. En el último mercado de pases surgió el interés de dos clubes ingleses como Brighton y Manchester City, que pretende quedarse con sus servicios a través del grupo empresario que representa. El City Group estaría decidido a llevarse al joven de 19 años que, según pudo averiguar este medio, ya le comunicó a su círculo íntimo que en diciembre armará las valijas. La idea del futbolista que disputó la última Copa Mundial Sub 20 con la selección argentina es culminar la participación con Boca en la Libertadores y luego sí decir adiós. Con vencimiento de contrato a fines de 2024 y una cláusula de salida que asciende a 10 millones de dólares, sería el momento oportuno para ejecutar la venta.
Barco advirtió a su representante que no quería abandonar el club en medio de una competencia tan simbólica como la Libertadores. Ese gesto fue tomado a bien por el Consejo de Fútbol, que igualmente tiene claro que será difícil retenerlo más allá de fin de año. En su última aparición pública, Juan Román Riquelme mencionó sobre él: “Es un atorrante. No sé de qué juega. Todo lo hace bien. Tiene mucha técnica, golpea muy bien la pelota. Está creciendo al lado de estrellas. Valentín está bien y disfrutamos cuando a los chicos de inferiores les va bien”.
Quien también hizo referencia en su presente fue Javier Mascherano, quien no lo tuvo en cuenta para la convocatoria en la semana de trabajos con el Sub 23 por su reciente lesión, aunque no descartó citarlo más adelante pensando en el Preolímpico de Venezuela el año próximo: “Tiene un talento diferente al resto, pero es importante que pueda elegir el lugar a dónde va y no apurarse. Ver quién es el entrenador, a qué juega el equipo y si sus características se adaptan a eso porque está bueno poder salvarse económicamente, pero también hay que priorizar lo deportivo. A mi me tocó pasar de Corinthians a West Ham y fue una muy mala decisión. Después, pude revertirla, pero no todos tienen esa posibilidad. Esa decisión pudo haberme perjudicado mucho en mi carrera. En el caso de Valentín, se ha hablado de muchos equipos... El City, el Brighton, que suele comprar jugadores jóvenes como Facundo Buonanotte. Valentín está disfrutando de algo que él deseaba mucho como jugar en la Primera de Boca y ya tendrá tiempo para sus decisiones. Ahora tiene que vivir el presente”.
El punto de inflexión de Boca en la Libertadores -y probablemente de Barco en su corta trayectoria profesional- se originó en el duelo disputado en la Bombonera contra Deportivo Pereira por la fase de grupos. Los hinchas xeneizes insultaban a los jugadores por el resultado adverso parcial (0-1) y una floja tarea colectiva del equipo conducido por Almirón. Sin embargo, el número 19 se irguió como figura, con su empuje futbolístico por la banda izquierda levantó anímicamente a sus compañeros y participó directamente en la remontada agónica que devolvió la vida. Hoy está en el podio de los jugadores más ovacionados cuando las voces del estadio recitan la formación boquense.
Por lo pronto, los fanáticos de la azul y oro tendrán que empezar a aceptar la idea de que Valentín Barco se despedirá en el corto o mediano plazo y que los hipotéticos últimos tres encuentros por la Libertadores serán el preámbulo de su salida del club. Él, al igual que todo Boca, pretende hacerlo por la puerta grande y la Séptima en brazos.