Un grupo de destacados entrenadores del fútbol internacional dio su opinión sobre Lionel Andrés Messi y ninguno escatimó elogios hacia el mejor futbolista del mundo. La mayoría lo sufrió y eso enaltece sus definiciones sobre el rosarino de 36 años, que sigue deleitando con su magia y acaba de ser nominado otra vez a los premios The Best de 2023.
“Messi es sin duda el mejor futbolista del mundo, capaz de inspirar al equipo hasta el punto de que, si tal vez no está teniendo un buen día, acabe teniendo el mejor día. Al verlo, crece su entusiasmo, y esto está íntimamente ligado a las emociones”, dijo Diego Simeone, que lo enfrentó varias veces siendo DT del Atlético Madrid. La visión del Cholo fue una de las que incluyó un compendió producido por el sitio The Coah Voice (La Voz de los entrenadores).
“Dentro de la selección (Argentina), él es el factor determinante. Él es clave; controla el ritmo; dirige sobre todo el ataque del equipo, y conoce a todos los jugadores que acabarán jugando con él”, destacó el ex volante de la Selección, bicampeón de la Copa América en 1991 y 1993.
En tanto que, Domènec Torrent, quien fue ayudante de campo de Pep Guardiola en el Barcelona entre 2008 a 2012, sostuvo que “teníamos al mejor del mundo, Messi, una moral de hierro y a un entrenador que todo el mundo seguía. Y, sobre todo, estábamos convencidos de ganar. El primero, Pep (Guardiola). Cuanta más dificultad, más claro lo ve todo”.
Siguiendo con el club blaugrana, resulta interesante conocer la versión de Carles Rexach, que era el director técnico del Barcelona cuando fichó a Messi en 2000. “Era una cosa impresionante. Como lo fue todo el tiempo que pasamos en el Barcelona. Para mí fue una lástima que eso se terminara, porque yo personalmente creo que el equipo tenía más margen para ganar cosas”, destacó el estratega catalán en referencia con la salida de Leo del club en 2021.
“Mientras caminaba hacia el banquillo, iba siguiendo el partido. Daba un paso y me giraba. Otro paso y volvía a girarme para verlo. Y al llegar al banquillo, les dije a los asistentes que estaban allí: ‘Hay que ficharlo’”, recordó. “Bastaron cinco minutos –lo que tardé en cruzar desde el saque de esquina al banquillo- para ver que, si no pasaba nada raro, iba a ser uno de los grandes del fútbol mundial. Yo llevaba muchos años de fútbol, y en ese tiempo ves muchos chicos brillantes jugar, pero Messi era completamente diferente a todos”, argumentó.
“Hacía cosas increíbles para un niño de su edad, lo mismo que sigue haciendo ahora en cada partido, pero con el tamaño de entonces. Pero no solo era espectacular jugando, es que además tenía el balón continuamente”, agregó. “Otros chicos de esa edad ves que juegan muy bien, pero conectan con el balón cada cierto tiempo, cuando pasa por ellos. Pero Messi no, todo el tiempo estaba con la pelota. Si la perdía, presionaba al jugador que se la había robado hasta quitársela. Y eso ante jugadores mucho más mayores que él, que le sacaban varias cabezas”, explicó. “Un chico que se transformaba en el campo. Fuera era tímido, muy calladito. Pero cuando jugaba, era otro, un ganador nato, valiente, sin abandonar nunca una jugada. Una cosa tremenda”, concluyó.
Alguien que también lo tuve enfrente muchas veces es José Mourinho, que ganó y perdió ante Messi siendo entrenador del Real Madrid, entre otros equipos. Estando a cargo del Inter de Milán, el portugués relató cómo preparó las semifinales de la Champions League 2010, cuando eliminó al Barcelona que en ese momento era el vigente campeón del europeo y del mundo.
“La situación para nosotros era muy, muy clara. No puede jugar sin una marca encima cuando se sitúa entre líneas. Entonces este jugador (un mediocampista defensivo) debe tener el control total de esta área (frente a la defensa); siempre en comunicación con el lateral izquierdo. Hay un momento en el que (Messi) se convierte en la (prioridad) del centrocampista”, dijo Mou.
“Si en un momento Messi se mete entre líneas, y si decides ir (con él), tienes que defenderte de (Dani) Alves. Había una combinación de ideas, pero básicamente todo giraba en torno a no dejar jugar a Messi”, subrayó.
En tanto que Sergio Batista lo dirigió en dos etapas. Primero en los Juegos Olímpicos Pekín 2008, en el equipo que ganó la medalla dorada. También estuvo a cargo en la selección mayor entre 2010 y 2011. El Checho, campeón mundial en México 1986, compartió el campo de juego con Diego Armando Maradona así que es un especialista para hablar de ambos. “(Diego Maradona) Donde más te sorprendía era en los entrenamientos. En los partidos lo disfrutabas, pero sin las cámaras, en esa intimidad, era algo espectacular. Hacía cosas que no eran normales. De otro planeta. Años después, tuve esa misma sensación con Lionel Messi. Aunque todavía era muy joven (21 años), ya se le veía un enorme potencial”, dijo el ex mediocampista de Argentinos Juniors y River Plate.
“Al contrario de lo que muchos piensan otros, no creía que a Messi le hiciera falta un Mundial para decir que es el mejor jugador del mundo”, esgrimió Batista. “Es un privilegio haber compartido vestuario con Maradona como jugador y con Messi como entrenador. Jugadores a los que un técnico no tiene que decirles nada. Basta con indicarles su ubicación dentro del campo. Luego sabes que ellos deciden”, reflexionó.
Juan Antonio Pizzi, por su parte, era seleccionador de Chile cuando derrotó por penales a la Argentina en la final de la Copa América 2016. Planteó que “para frenar al mejor jugador de la historia, la verdad, muchas cosas no se pueden hacer. Mantuve el mismo discurso que había tenido con los jugadores del Valencia cuando me enfrenté a él en varias ocasiones en España: ‘Tienes que hacer lo que habitualmente haces en tus funciones, pero además controlar a Messi’. El lateral derecho tiene que proyectarse y marcar al extremo izquierdo del equipo rival, y además preocuparse por Messi. El centro delantero tiene que tratar de estirar el equipo hacia adelante, meter goles y además preocuparse por Messi’”, reveló el ex atacante argentino. “Fue la única información que les di a todos los jugadores de campo. Su función contra un equipo normal, pero además incorporar a Messi, porque desde cualquier lado y desde cualquier situación puede generarte una situación de gol”, culminó.
En tanto que Luiz Felipe Scolari, que supo ser campeón mundial con Brasil en Corea-Japón 2002 y de Portugal en 2003/2008, contó que “cuando era seleccionador de Portugal y la selección de Brasil tenía que votar por el Mejor Jugador del Mundo. Voté por Luis Figo. Y luego cuando era de Brasil voté por Cristiano Ronaldo porque lo conocía bien. Pero si tuviera que escoger, elegiría también a Messi. Porque es un genio. Un genio total. Es realmente hermoso verlo jugar y ver lo que hace”.
Aunque un testimonio muy esperado es el de Pablo Aimar, el ídolo de Messi. Ambos jugaron juntos en la selección argentina entre 2005 y 2009. “El fútbol acepta todas las opiniones, es lo que lo hace tan popular. Eso y que tiene mucho que ver con el azar. Entonces, cuando hay un tipo que rompe el azar, pasa lo que sucede con Lionel Messi, que cuando juega todos creemos que el Barcelona va a ganar”, dijo el cordobés en tiempos que La Pulga era jugador de equipo culé.
“Ha logrado que se agoten los elogios; en 15 años ha hecho exactamente lo que tenía que hacer. Nadie se pregunta y nadie es capaz de poner sobre la mesa que todos los años juega entre 60 y 70 partidos. Él sabe que los va a jugar y es el mejor en el noventa y tanto por ciento de las veces. Entonces no hay más análisis. Todos los que hemos jugado a un cierto nivel nos alejamos de esa discusión de cuántos metros recorre por partido”, sentenció la ex figura surgida de River Plate.
“Estoy convencido de que el fútbol no es qué, sino cuándo. Los mejores futbolistas, más allá de que hacen todo bien, destacan porque saben cuándo hacer las cosas. Inevitablemente debo hablar de Messi. Probablemente él era más vistoso a los 22 años cuando gambeteaba hasta a su propia sombra. Ahora, esta versión actual lo convierte en el mejor de todos; hace todo lo que tiene que hacer, en el momento en el que lo tiene que hacer y cuando lo tiene que hacer”, remató el campeón mundial Sub 20 en Malasia 1997.