La selección argentina vapuleó 3-0 a Bolivia en La Paz por la segunda fecha de las Eliminatorias: se impuso gracias a los goles de Enzo Fernández, Nicolás Tagliafico y Nicolás González, y jugó con soltura, como en el llano. Aún sin Lionel Messi, quien fue preservado a raíz de sus molestias musculares (siguió el recital desde el banco de suplentes), se impuso con autoridad y dejó varias perlitas, más allá del juego atildado, que mereció la ovación de los locales en varios pasajes del pleito (la Pulga, Di María y Dibu Martínez, los reconocidos).
Lo dicho, el capitán del elenco campeón del mundo vio el cotejo sentado junto a sus compañeros, pero fuera de los hombres disponibles para ingresar. Aunque los estudios no confirmaron lesión, la incomodidad en la cara posterior del muslo derecho llevó al cuerpo técnico a cuidarlo. Desde allí paladeó el show albiceleste. Cuando lo detectaron, los fotógrafos se agolparon para tomarle una foto. No obstante, muchos espectadores no se dieron cuenta. Y tampoco habrán chequeado en su teléfono móvil que estaba descartado, a juzgar por la reacción que tuvieron en el complemento...
Es que al momento del ingreso de Ángel Correa, quien lució el dorsal N° 10, los hinchas elevaron la voz e hicieron atronar las palmas pensando que el que saltaba al césped era Messi... El blooper quedó registrado al detalle en la transmisión. El hombre del Atlético Madrid, otro de los que se consagraron en Qatar, agradecido por el cariño heredado.
Ángel Di María fue una de las grandes figuras del partido. Lució la cinta de líder y, una vez más, demostró una capacidad aeróbica encomiable, además de regalar dos asistencias y de merecer su grito, que estuvo cerca. Tras el encuentro, lanzó un doble mensaje desafiante contra las dificultades que proponen los 3600 metros sobre el nivel del mar del estadio Hernando Siles.
“Hicimos un partido perfecto. Convertimos tres goles y no son convirtieron. Cada vez que llegamos pudimos convertir. La altura es psicológico, nada más. Fue el partido que planeamos”, soltó, impecable luego de donar los pulmones. Y reforzó el concepto en su cuenta de Instagram. Junto a una foto en el vestuario de toda la delegación, feliz por la victoria, rubricó: “Este grupo se merece todo lo bueno que le está pasando. Felicitaciones a todos. Se ganó un partido muy difícil. La altura (y ubicó estratégicamente un emoji de un rostro risueño). ¡Vamos, Argentina!”.
Si hay alguien que jamás bajó la vara luego del título en Qatar, ese es el técnico Lionel Scaloni. Hasta los amistosos los vivió con intensidad. Bolivia apeló repetidamente al juego brusco para cortar, sobre todo cuando se vio sorprendida por la presión de Álvarez, Di María, Enzo Fernández y compañía. Y eso enojó al Gringo.
Tal vez la acción más polémica fue el planchazo de Roberto Fernández a Cuti Romero que derivó en su expulsión, primero por doble amarilla, pero ante el llamado del VAR a revisar, por roja directa. Fue en ese momento de roces en continuado que Scaloni reaccionó con furia y le reclamó al cuarto árbitro y al juez Ostojich. “No lo podés permitir, Esteban”, le dijo en más de una oportunidad.
Todo quedó en una anécdota dentro de la gran actuación de Argentina, que una vez más demostró por qué ostenta (con justicia) la corona mundial.