Las incógnitas que deja el peor inicio en un Mundial para Los Pumas

Cheika y su staff deberán trabajar mucho para dar vuelta la pálida imagen del debut del seleccionado argentino

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Los Pumas perdieron con Inglaterra y deberán ganar los tres partidos que le quedan para poder clasificar a cuartos de final. REUTERS/Benoit Tessier
Los Pumas perdieron con Inglaterra y deberán ganar los tres partidos que le quedan para poder clasificar a cuartos de final. REUTERS/Benoit Tessier

Otra vez se arrancó con una derrota en el primer partido de un Mundial. En esta décima Copa del Mundo, la segunda en Francia, el equipo conducido por Michael Cheika sufrió la cuarta caída al hilo en los comienzos mundialistas, pero la imagen que dejó el sábado ante Inglaterra fue de desconsuelo y tristeza para los miles de hinchas argentinos que no podían creer lo que sus ojos veían en el Estadio Velodrome de Marsella. Entonces, debemos remontarnos al año 2007, justamente aquí en Francia, y ante el seleccionado galo para recordar la única gran alegría en un debut, en aquel recordado 17 a 12 de Los Pumas de Bronce.

Pero, lo del sábado fue distinto y preocupa mucho más que en las ocasiones anteriores.

Repasemos los últimos antecedentes: en 2011 ante Inglaterra (13-9); en 2015 frente a Nueva Zelanda (26-16) y en Japón 2019 frente a Francia (23-21). En todas esas caídas se peleó y dejó todo hasta el final del partido, buscando la remontada, con amor propio y corazón pero siempre sabiendo como intentarlo. En esta ocasión la preocupación es mayor porque Los Pumas no solo no tuvieron esa reacción, sino que tampoco pudieron aprovechar nunca una serie de factores a su favor y además dejaron agrandar a un rival que volvió a “tener vida” y demostró que sabe sobreponerse a sus dificultades. El equipo de Steve Borthwick llegaba con serios problemas, producto de sus malos resultados, derrotas no esperadas y dos de sus figuras suspendidas (Owen Farrell y Billy Vunipola); y como si eso fuera poco a los 3´ del match ante Argentina, Tom Curry fue amonestado; y luego a los 11´recibió la tarjeta roja tras la revisión, con lo cual el seleccionado de La Rosa debió afrontar con un hombre menos casi todo el match… Parecía todo a pedir de Los Pumas con el 3 a 0 parcial del penal de Boffelli. Bueno no todo, porque para emparejar las cosas Santiago Carreras también se fue amonestado en la jugada siguiente por 10 minutos y George Ford apareció y empató el partido.

Santiago Carreras frente a la marca de Joe Marchant REUTERS/Benoit Tessier
Santiago Carreras frente a la marca de Joe Marchant REUTERS/Benoit Tessier

¿Y Los Pumas? Esa fue la pregunta. Estaban desorientados y nerviosos, tomando muy malas decisiones, sin un conductor fijo adentro de la cancha que los pudiera acomodar después de que el apertura inglés con su pie derecho empezara a hacer “de las suyas”, a poner distancia a través de sus penales y complicarnos con sus drops. Claro, George Ford no jugaba solo; sus forwards demostraron que Borthwick tenía un “plan B” y podían cambiarlo de acuerdo a como se diera el partido. Y fue lo que hicieron, algo que por el lado del staff argentino no pasó. Errores en la toma de decisiones, penales infantiles y en cantidad, un pack que retrocedió casi siempre, poca efectividad de los tres cuartos y una mala noche general, sumado a un banco de relevos que sin un conductor natural pudiera poner a Los Pumas al menos en carrera. Por todo eso, el seleccionado argentino mostró su peor cara. Incluso ni durante el entretiempo y luego del 3-12 parcial Cheika y su staff pudieron cambiarle el rumbo al equipo ni acomodarle las ideas, y mucho menos revertir la imagen desdibujada de unos Pumas que recibieron una de las peores, sino la peor derrota en la historia en la Copa del Mundo.

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En la segunda parte esa pálida imagen no cambió, sino que empeoró. Los forwards fueron siempre superados, los medios no aparecieron nunca con ideas claras, las individualidades y los esfuerzos individuales, con Pablo Matera y Guido Petti como abanderados no alcanzaron, a pesar del try de Bruni en el cierre del match, con todo definido, para acortar el score y sellar el 27 a 10 del final.

Mientras tanto George Ford, el mismo que en el 2017 con el “Huevo” Hourcade como entrenador nos había complicado la vida con su magistral pie derecho en dos test en donde sumó 38 de los 63 puntos de Inglaterra, incluido un drop fundamental; el sábado volvió a ser la figura del partido para quedar como el máximo anotador inglés de la historia ante Los Pumas, aunque esta vez su perfomance no se limitó a los aciertos (9 de 10, en intentos a los palos), sino que fue clave para darnos un golpe al corazón y tirar por la borda la ilusión de los miles de hinchas argentinos que se dieron cita en Marsella para alentar al equipo albiceleste en el debut del mundial.

George Ford festeja uno de los tres drops que metió. REUTERS/Peter Cziborra
George Ford festeja uno de los tres drops que metió. REUTERS/Peter Cziborra

Michael Cheika tendrá mucho trabajo por hacer, él habla siempre de trabajar sobre la cabeza del jugador y los estados de ánimo. En estos doce días justamente deberá trabajar allí, para que este partido quede rápido en el olvido y puedan cuanto antes dar vuelta la página y poner el foco en los tres choques decisivos que le quedan a su equipo frente a Samoa, Chile y Japón. La pasividad de unos Pumas inconexos y sin reacción deberá cambiar urgente, como la pobre imagen de este nuevo debut adverso. Un triunfo que ilusione al equipo y a sus hinchas será imperioso ante Samoa para cambiar el rumbo y no repetir lo de Mario Ledesma en el Mundial de Japón regresando en la primera ronda.

Hay tiempo, material de sobra y quedan tres partidos “ganables”; pero claro para eso habrá que asimilar el golpe, buscar a los mejores intérpretes para poder conseguirlo y finalmente creer que la noche del sábado fue solo una muy mala noche en donde a Los Pumas no les salió nada de lo que venían trabajando desde hace tanto tiempo.

Los jugadores sin dudas ya lo saben, esperemos que Cheika y su staff se den cuenta a tiempo…

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