Dicen que los homenajes hay que darlos en vida. Y así lo vivió una de las leyendas que dejó su huella en La Bombonera. Es que Boca Juniors inauguró en el Hall Central del mítico estadio porteño la estatua de Hugo Orlando Gatti, el histórico arquero que vistió la camiseta del Xeneize entre 1976 y 1988. El Loco es considerado uno de los mejores en su puesto desde que se fundó el club de la ribera y durante su etapa gloriosa ganó seis títulos, entre los que se destacan las dos Copas Libertadores y la Intercontinental.
Su nombre, junto al de Antonio Roma, Oscar Córdoba y Roberto Abbondanzieri está entre los mejores que defendieron los arcos teñidos de azul y oro. Nacido el 19 de agosto de 1944 en Carlos Tejedor, el ex arquero marcó un estilo y dejó una huella indeleble en la historia del club.
La figura del Loco descansará al lado de la de otros ídolo populares que escribieron las páginas doradas de la institución como Diego Armando Maradona, Toto Lorenzo, Antonio Rattin, Carlos Bianchi, Silvio Marzolini, Rubén Suñé, Ángel Clemente Rojas, Juan Román Riquelme, Martín Palermo, Guillermo Barros Schelotto y Roberto Mouzo.
No fue casualidad la fecha elegida para homenajear a Gatti. Es que el 7 de septiembre se conmemora el 46to. aniversario de la primera Copa Libertadores ganada por Boca en 1977, cuando venció al Cruzeiro de Brasil en el Estadio Centenario de Montevideo. En esa definición, el Loco se convirtió en héroe al desviarle el tiro desde el punto penal a Vanderley, acción que definió el rumbo del certamen continental en una noche fría y de neblina uruguaya.
La iniciativa llamada Estatua para el Loco Gatti fue liderada por Gustavo Bucciarelli durante el año pasado y marcó el inicio de un merecido reconocimiento al legendario deportista que dejó su legado y en la actualidad Sergio Romero sueña con continuarlo. “El que me conoce sabe de mi fanatismo por el Loco. Dejo mi nuevo desafío, en el que me acompañan algunos locos más”, había deslizado el impulsor de la obra cuando presentó el proyecto que ahora es una realidad.
Tras ser ovacionado por todos los presentes, entre ellos el presidente de la institución Jorge Amor Ameal, que acompañaron al protagonista, el ídolo popular agradeció el esfuerzo de los fanáticos y sorprendió al señalar un detalle de su figura: el protector bucal.
“Esto me hace sentir que estoy jugando todavía. El hincha de Boca es único. En el mundo quieren conocer a esta hinchada”, dijo el hombre de la vincha mientras entonaba con los simpatizantes presentes el clásico “no deje de chupar, el Loco es lo más grande del fútbol nacional”. “Mi mejor partido fue cuando le ganamos a los innombrables (por River) con gol de mi querido Rubén Chapa Suñe”, dijo Gatti mientras el público festejaba.
“Boca puede ganar esta Libertadores. Si llegamos a la final la ganamos, porque todos le tienen miedo a la camiseta de Boca”, refrendó. Luego llegó el momento cumbre, cuando se descubrió la estatua y se vio a un Gatti genuino, sosteniendo la pelota con una mano con sus bermudas, sus piernas flacas y su histórica vincha. “Pensé que nunca iba vivir este homenaje. La gente me lo hacía todos los días en la calle. No se si fui el arquero del pueblo de Boca. Yo nunca me considere arquero, si no un jugador con manos”, apreció entre risas.
Después dijo que los otros dos mejores arqueros del club de La Ribera “fueron el “Flaco”, Néstor Errea y el “Mono” Carlos Navarro Montoya, y que la estatua le gustaría que esté al lado de la del “gordito” Diego Maradona”. A su lado Gustavo Bucciarelli, mentor de la campaña destacó: ”Una estatua para el Loco”, le decía a Télam que este era el día más feliz de su vida.
Durante su carrera como futbolista, el emblemático personaje que también incursionó en la TV en programas de España como el Chiringuito de Jugones, disputó 417 partidos en Boca, pero también vistió las camisetas de Atlanta, River Plate, Gimnasia de La Plata y Unión de Santa Fe. En la actualidad, con 79 años, reparte su día viviendo en Buenos Aires y Madrid.