Lo único reprochable de aquella ronda del mate crepuscular era precisamente la textura del mate. Carecía de cuidado y esmero: podía verse el agua casi en la superficie y algún palo de la yerba cual naufrago a la deriva. El recipiente para colmo era esmaltado y la bombilla le resultaba desproporcionadamente alta. Pero los integrantes de la rueda lo disfrutaban pues ellos eran la síntesis de esa amistad sin tiempos que el fútbol genera con el almanaque en las espaldas de la vida.
Estábamos en el comedor del Predio de Ezeiza, el que quedaba en el primer piso. Transcurría el 2007 y el Coco Basile era el técnico de la selección nacional. Por la mañana se había realizado, como todas las mañanas, el entrenamiento cuyo objetivo principal era ver jugadores, hablar con ellos, luego almorzar, descansar y en la mayoría de los casos regresar al día siguiente. Se estaba formando el plantel para las Eliminatorias del 2010, las del Mundial de Sudáfrica.
El cuerpo técnico no se iba: prefería quedarse para ver videos, partidos, hablar mucho entre ellos, ver imágenes de jugadores, analizarlos y disfrutar del ayer y del mañana… Allí ya soñaban entre tantos, Messi, Aguero, Zanetti, Riquelme, Gago, Heinze, Mascherano, los Milito, Maxi Rodriguez,Verón, Cambiasso… Dios mio cuantos cracks… Eran el ayer y el mañana. Y por cierto se respetaba la costumbre que tras la siesta el cuerpo técnico y algún invitado circunstancial se sentaran a tomar mate mientras las pantallas de los programas deportivos de la televisión por cable mostraban imágenes de partidos – especialmente desde Europa- o se intuían acalorados debates futboleros generalmente sin volumen..
En un costado de la mesa armada como un cuadrado reposaban los diarios de la mañana mientras envejecían sus primores del amanecer marchito y un plato de facturas frescas gratificaban al paladar mancillado por aquel mate sin textura ni cuidado. De pronto los ojos quedaron clavados en un zócalo de TyC: “La Selección no tiene arqueros para el amistoso contra Noruega…”. Y de inmediato el agregado: “Abbondanzieri, Juan Pablo Carrizo y Orión, lesionados”. Basile miró al Pato Fillol – su amigo de toda la vida, su entrenador de arqueros- el Ruso Ribolzi, su ayudante de campo, miró a Fillol, el Panadero Diaz , mano derecha del DT, también miró a Fillol, a la sazón a cargo de cebar el insufrible mate. Tras el silencio, el abandono inmediato de las medialunas y la suspensión de la ronda, Basile exclamó: " Estamos jodiendo, ¿ qué es esto?, justo que tenemos que ir a Noruega se lesionan los tres…”. Y luego reflexionó para sí: " Es al pedo, nadie sabe el valor de nuestra selección; ojalá algún día los dirigentes, los jugadores, los periodistas y los dirigentes se den cuenta lo que significa jugar en la Selección; madre mía la que se están perdiendo…”.
Tras el primer estallido de justificada bronca, Fillol lo miró a Basile y le dijo: “Escuchame Coco, dame bola a mí que yo de esto sé un montón… Fijate si podemos llamar a Ustari que está en el Getafe, un arquerazo y lo tenemos en Europa; te digo más –agregó el Pato con énfasis- para Pepé Santoro, es crack y para mí también…
- Ya lo sé, mirá si no lo voy a conocer... viene de jugar el Sudamericano Sub 20 en Paraguay. ¿Me estás jodiendo? Pero al banco, ¿vamos el Panadero y yo…?, replicó irónicamente Basile no exento de fastidio.
- No, tranquilo Coco, también tengo arquero para el banco.- .
Y frente a la ansiedad del resto lo reveló sin hesitar: es un pibito de Misiones que vive en Comodoro, mide más de 1.90 y le dicen Chiquito. Luego recordó: “Lo entrené, lo conozco perfectamente de Racing, es más: el pibe es hincha a muerte de la Academia ; creéme Coco que es de Selección…Ya jugó en la CAI , en la Juvenil y justo cuando lo tenía listo para la Primera y reemplazar a Campagnuolo que se había lesionado se fue a esa Copa America Sub 20″.
No conforme con tanto fervor Fillol siguió evocando al joven arquerito a quien un prestigioso entrenador de basquetbol –Enrique Tolcachier- quiso incorporarlo como jugador de Gimnasia y Esgrima de Comodoro pues le veía futuro de NBA. Ya de pie continuó con su discurso: “No sabés Coco lo que me peleé por ese pibe que al final lo vendieron a Holanda. Pero está aquí, esta mañana o ayer a la tarde lo vi entrenar con los juveniles; está acá Coco, hay que encontrarlo y convocarlo, confía en mí…”.
En pocos minutos el restaurante del primer piso del predio se convirtió en un verdadero pandemónium. Entraban y salían empleados de la Oficina de Selecciones Nacionales, probablemente la más eficiente del mundo. Papeles, carpetas, teléfonos celulares y la primera revelación:
-El pibe le pidió permiso a Hugo (Tocalli, su entrenador) para irse hoy al sur a Trelew creo, para ver a su familia…-
-¿ Y se fue?, preguntó azorado el Panadero Díaz.-
- Y…sí, le respondió Ruben Moschella, actual director de Ezeiza y por entonces gerente de la oficina de Selecciones Nacionales.
-Vayan a buscarlo y que venga a entrenar mañana, lo quiero ver en el entrenamiento de la mañana…
-Pero Coco, ¿cómo haríamos para traerlo mañana si supuestamente hoy viajó a Trelew o a Comodoro? Primero tenemos que ubicarlo, después mandarle el pasaje y si tenemos suerte de engancharlo en la casa de la mama por ahí para mañana a la tarde o para pasado mañana por la mañana ya lo tendremos aquí”, replicó con cierta lógica Omar Souto, ese imprescindible funcionario de todas las selecciones.
Por cierto que a partir de ese momento comenzaron a funcionar todos los mecanismos de un “alerta amarillo” pues mientras el Coco y su cuerpo técnico hablaban con diferentes entrenadores de los equipos de la primera división para testear por la disponibilidad de sus arqueros –con más negativas que apoyos- comenzaría un mega operativo con múltiples perfiles para ubicar a Chiquito Romero.
Grande fue la desesperación en la Oficina de Selecciones cuando tras acudir telefónicamente a las autoridades de la CAI, de varias ligas del sur, de dirigentes amigos, las respuestas telefónicas negaban que Romero hubiese estado o sido visto en diversos puntos de frecuente presencia. Al mismo tiempo se recurrió a las autoridades de Aeropuertos 2000 para que hicieran llamados por su sistema de altoparlantes en el Aeroparque: " çSu atención por favor, su atención por favor: de encontrarse en este este aeropuerto el señor Sergio Romero, le rogamos presentarse en el mostrador de Atención al Viajero…Repetimos: de encontrarse en este aeropuerto el señor..”. Nada. Alguien pidió que Grondona ni se enterara de este caso menor al tiempo que lograba hablar con una importante autoridad de la PSA (Policía Seguridad Aeroportuaria). Este alto jefe dispuso que agentes de civil recorrieran el interior del edificio buscando una seña inequívoca: 1.92, cabello morocho, 22 años, barba incipiente, fisonomía atlética y vestido con un buzo deportivo presumiblemente identificado con el logo de la AFA.
Al parecer casi todos llegaron al Aeroparque al mismo tiempo. Allí coincidieron los que venían del predio de Ezeiza en remise, los agentes encubiertos de la PSA que se paseaban de punta a punta a lo largo del edificio, dos empleados de la AFA de Viamonte que arribaron en un taxi y Daniel Pellegrino el por entonces secretario de Grondona, quien misteriosamente sabía –como siempre- todo lo que estaba ocurriendo.
No costó mucho ubicarlo. En la Sala de Embarque número 12 se hallaban los fatigados pasajeros que debían viajar a Trelew a las 13 y siendo las 18 aguardaban con ansiedad la orden de embarcar. En un asiento al extremo de una fila de butacas unidas entre sí, resultaba notable ver las piernas estiradas de un gigante que requería tomar una parte del pasillo adyacente para poder apoyar los talones desde donde partían sus interminables piernas... Romero estaba durmiendo con la cabeza colgada en su hombro, el buzo cubriéndole todo el cuerpo con el cierre hasta bien arriba y una gorrita sobre los ojos que le evitaba la luz…
- ¿Señor Romero, Sergio Romero?.-
-Sí, soy yo .-
-Nos va a tener que acompañar-, le dijeron con amabilidad los agentes de la PSA.
-¿ Qué pasó…?
-Nada grave amigo, lo vienen a buscar de la AFA para que se integre a la selección nacional…¿ Me permite…? Es por acá…-, le indicó el oficial.
Abajo lo esperaban todos: los de Ezeiza, los de Viamonte, el de la Seguridad de la Selección, el secretario de Grondona y los muchachos de la Oficina de Selecciones Nacionales…
Por cierto que fue suplente de Ustari en aquel primer partido jugado el 22 de agosto frente a Noruega (1-2) y desde allí jugó 96 partidos en la Selección, ganó la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Beijing,atajó dos penales contra Holanda en el 2014 y fue subcampeón mundial. Y en el mientras tanto después de Racing jugó en el Az Alkmaar, Sampdoria, Mónaco, Manchester United y Venecia
Sus particulares condiciones para atajar penales acaban de permitirle a Boca llegar hasta los Cuartos de Final de la Libertadores luego de pasar a Nacional y a Racing convirtiéndose en el protagonista fundamental de esos logros. Además el haber alcanzado los Cuartos de Final le permitieron a Boca asegurarse 9 millones de dólares en concepto de premios. O sea que su contrato y sus salarios en Boca quedaron ampliamente compensados por sus actuaciones.
- ¿Señor Romero, Sergio Romero?.-
-Sí, soy yo.-
-Nos va a tener que acompañar.-
- ¿A dónde?
Hasta donde haya una definición por penales…