En la Academia hay optimismo. La nueva versión del Racing Positivo que se generó en la Copa Libertadores cargó de entusiasmo a los hinchas, los jugadores, el cuerpo técnico y los empleados del club. No fue casualidad que después del empate con Boca en La Bombonera, Gabriel Arias haya hecho mención a las buenas energías que espera encontrar en el Cilindro, donde se disputará la revancha de los cuartos de final.
El arquero que fue la figura contra el Xeneize manifestó el deseo de revivir lo que sucedió frente a Atlético Nacional en Avellaneda, donde el equipo de Fernando Gago revirtió un 4 a 2 adverso y se impuso con autoridad para evitar la eliminación y continuar en el torneo más codiciado del continente.
En el Presidente Perón, el entrenador que lidera a La Gagoneta sumará 103 partidos al frente del conjunto albiceleste y extenderá el récord que batió el sábado contra Tigre, al convertirse en el estratega con más encuentros oficiales de manera ininterrumpida como DT del equipo albiceleste; superando a glorias de la talla del Coco Basile, Mostaza Merlo, Diego Cocca y el Chacho Coudet. “Es una alegría personal. Superar una marca que estaba desde 1989, en una institución como Racing me pone muy contento. Además, valoro lo que nos propusimos desde el primer día, que es ayudar a los jugadores más jóvenes a que tengan un progreso. Al club le puede beneficiar en un futuro la venta de esos jóvenes. Nuestra misión es formar a los chicos desde las Inferiores para que el día que lleguen a Primera División estén en todos los detalles, con conceptos de fútbol y preparados desde el aspecto personal, como el tema del colegio. Creo que eso es lo más lindo de los 102 partidos, más allá de los resultados, aunque entiendo que el hincha siempre quiere ganar. Me llena que muchos chicos hayan debutado y que estén a disposición para trabajar como sparrings o como jugadores de la Primera. Un ejemplo es el de Nico Meaurio, que me demostró que con siete entrenamientos ya estaba listo para ser titular; y en algún momento cuando le tocó estar en el banco de la Reserva, le comenté que tenía que cambiar esa sensación de fastidio porque yo lo estaba mirando para ponerlo en Primera División. En una semana cambió, y contra Tigre hizo un partido extraordinario”, explicó Pintita en conferencia de prensa luego de la última victoria contra el Matador, en la que la Academia terminó el duelo con 7 juveniles surgidos del predio Tita Mattiussi.
Baltasar Rodríguez, Ignacio Galván, Santiago Quirós, Nicolás Kozlovsky, Tomás Pérez, David González y Gonzalo Escudero fueron los pibes que terminaron el duelo en el José Dellagiovanna, en una muestra del potencial que tiene la entidad de Avellaneda en sus divisiones menores. Sin embargo, Iván Pillud elevó el promedio y en diálogo con Infobae hizo referencia al recambio constante que emplea Gago para afrontar las tres competencias (Copa de la Liga, Copa Argentina y Copa Libertadores). “Me dan ganas de llorar cuando veo a los chicos debutar. Son cosas de la vida. Más allá de las bromas, está muy bueno que tengan estas oportunidades, porque son jugadores del club que demuestran el gran trabajo que vienen haciendo en inferiores. Gracias a Dios estamos en los tres torneos y tenemos que estar a la altura. Lo importante es que sepan aprovechar las chances que tengan”, reconoció el lateral derecho.
Para el experimentado defensor se le avecina una nueva batalla histórica. Si bien es consciente del lugar que ocupa en el plantel, advirtió que el partido con Boca podría marcar una nueva hazaña, dado que Racing no se clasifica a las semifinales de la Libertadores desde la edición de 1997, cuando el Sporting Cristal terminó con la ilusión continental. “Uno compite en todos los torneos de igual a igual. Interiormente sabemos lo que significa para la gente y entendemos que la Copa es lo máximo que puede aspirar un jugador. Nos tocó un rival que conocemos, es muy duro y se tratará de una serie entre dos rivales que tienen mucha historia. Lo estamos encarando de la mejor manera y ganar en Tigre nos dio un envión anímico para seguir focalizados. Sabemos que vamos a vivir una noche inolvidable con todo el apoyo de nuestros hinchas. Los vamos a necesitar y esperamos jugar en un Cilindro lleno. Ojalá que logremos el objetivo, tengo muchísima confianza; pero vamos Paso a Paso”, subrayó con el sello de la cautela que marcó el recordado título del 2001 y terminó con la sequía de los 35 años sin alegrías.
A la edad de 37, Pillud tomó la posta que dejaron los últimos ídolos de la Academia. Fue compañero de Diego Milito y Lisandro López. Y desde su llegada a la institución conquistó 5 trofeos que lo ubican como el futbolista más ganador desde la fundación en 1903. “Ahora vamos por la sexta”, había anticipado cuando renovó su contrato; pero más allá del anhelo también advierte la función que asumió en el grupo. “Hoy tengo un rol que nos fueron dejando los más grandes. Es una responsabilidad muy linda que tenemos con otros compañeros, porque no soy el único veterano. Es importante que los chicos que vienen de abajo también puedan sumar minutos para que podamos ir por todo. En lo personal uno trata de estar siempre, el fútbol es muy dinámico y es normal el recambio. Creo que todavía queda hilo en el carrete”, completó entre risas.
La tendencia positiva continuó con el regreso de un referente. Después de 10 meses de inactividad a causa de una dura lesión, Lionel Miranda volvió a jugar cuando reemplazó a Agustín Almendra en Victoria. El volante de 29 años que se metió en el corazón de los hinchas con los campeonatos que ganó y se destacó como uno de los héroes en el recordado clásico con 9 frente a Independiente, atravesó un momento personal muy complejo. “En algún momento pensé en dejar todo. Llegó un momento en el que sentí que no tenía nada más para dar, pero hice el click y volví al club”, reveló.
En la conversación que mantuvo con este medio, Lolo reconoció que tuvo que “pedir ayuda” en la situación más oscura que atravesó en su carrera. “Me sentí muy solo. El apoyo de los seres queridos fue clave, porque en un momento de soledad la cabeza te puede jugar en contra y corrés el peligro de perderlo todo”, continuó emocionado. Y remarcó: “Volver al club fue clave, porque uno se hacía una película que no era. Los muchachos me hicieron poner muy contento y me hicieron sentir como nuevo. Fue lindo el apoyo de todo el grupo. También estoy muy agradecido a mi familia, mi hijo y su madre, porque ella es la principal responsable de que yo haya regresado. También a los hinchas, quienes me enviaron menajes hermosos en las redes sociales. No tengo palabras para describir lo que siento”.
Los días previos a la concentración fueron determinantes en su estado de ánimo. Cuando Gago le dijo que iba a estar con la delegación para el choque contra Tigre atravesó una sensación similar a la que sintió cuando le dijeron que iba a debutar en Primera (aunque lo haya hecho en la vereda opuesta de Avellaneda). “No lo podía creer. Fernando tampoco me lo había comunicado y en mi cabeza estaba sumar entrenamientos. Se ve que me vio bien y yo me sentía muy cómodo, porque estaba bien de la cabeza. Me puso muy feliz”, recordó sin omitir ningún detalle. Por lo tanto, cuando le tocó ingresar para sostener el triunfo, el ciclo de su rehabilitación se cerró definitivamente. “Me gritaba bastante, pero sabía que no se iba a arrepentir, porque ya me estaba cambiando. Gracias a Dios pude volver, después de todo este tiempo en el que la pasé muy mal”.
“Lolo estaba muy contento. Viene teniendo unas semanas de trabajo muy buenas, aunque le falta recuperar ritmo. Él necesitaba volver y el grupo lo necesitaba a él. Era una linda situación para que pudiera estar. Si bien tenía pensado darle menos minutos, cuando lo vi entrando en calor con tantas ganas decidimos hacer el cambio. Tendrá que seguir trabajando para que pueda estar al 100% de lo que nos puede dar”, destacó el entrenador con la satisfacción que le generó la recuperación del mediocampista. “Yo también me puse muy contento, porque ha pasado un momento muy jodido en lo personal. Le pegué un gran abrazo y sabe que lo quiero mucho. Jugar le hace bien y nos puso muy felices su regreso”, completó Pillud.
Las imágenes emotivas que arrojaron el final del partido, con las lágrimas de Miranda que expusieron el sacrificio que debió afrontar para volver a tener protagonismo, junto con las felicitaciones que recibió de sus rivales Sebastián Prediger y Alexis Castro, le bajaron el telón al episodio dramático que atravesó durante el último año. “Somos colegas. Cuando uno pasa una situación tan difícil, entiende que le dan importancia a la faceta humana por encima de la profesional. Seguramente si otro hubiera pasado por lo mismo, yo también me podría muy contento en su regreso”, analizó.
En Racing reina el optimismo. El plantel sabe que está a 90 minutos de escribir otro capítulo importante en la historia del club. Los hinchas preparan una fiesta en su casa que incluirá pirotecnia, banderas, papelitos y mosaico. “Los jugadores necesitan un partido a estadio lleno y la institución merece una victoria. El camino se basa en la unión que se formó entre la gente y los futbolistas. Vamos a querer contagiar ese entusiasmo que tiene el público para que el final sea muy lindo”, dijo Gago. “Vamos a dejar la vida”, sentenció Miranda. En Avellaneda sueñan con dar otro paso hacia Río de Janeiro para llegar de la mejor manera al Maracaná, el destino final. La hazaña está cerca. Y en el Cilindro hay confianza.
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