El Mundial de Atletismo entró en fase de definiciones luego de su comienzo el 19 de agosto pasado. Por un lapso de una semana, los mejores atletas del mundo pasan por la pista para demostrar sus habilidades en cada especialidad, como sucedió con Shelly-Ann Fraser-Pryce y Sha’Carri Richardson en los 100 metros llanos, pero hay imponderables que se escapan a la lógica y pueden alterar la rutina de un deportista sin pedirlo en el evento más importante de la disciplina.
Esto le pasó al velocista jamaiquino Andrew Hudson en su camino para disputar las semifinales de los 200 metros llanos disputados en la capital de Hungría. El hombre de 26 años era uno de los ocho corredores transportados dentro de un carrito de golf desde la pista de entrenamiento hasta una de las salas ubicadas dentro del Centro Nacional de Atletismo, lugares separados por 500 metros de distancia. En una de las entradas situadas junto al río Danubio, el vehículo iba a alta velocidad, no llegó a frenar a tiempo y chocó con otro rodado. Acto seguido, una de las personas sentadas en el lado del copiloto salió contra un costado y las ruedas de ambos móviles pasaron a centímetros de su cabeza.
La peor parte se la llevó Hudson, quien debió realizar la prueba con fragmentos de vidrio en su ojo derecho. Las imágenes brindadas por la BBC Sport describen la gravedad del momento con el hombre tocándose con su mano diestra en la zona afectada. La primera ronda de atletas pasó a ser la última con el objetivo de que pueda tener mayor tiempo para recuperarse, aunque su problema de salud fue crucial en su quinto lugar con un registro de 20,38 segundos, una marca que lo dejaba afuera de la final. Sin embargo, Jamaica elevó una protesta y la World Athletics lo reclasificó en la instancia decisiva de este viernes, día en que brindarán asistencia nueve competidores en lugar de ocho.
“No sé qué pasó, es borroso. La carrera fue borrosa, mi vista está borrosa. Voy a asegurarme de que mi vista esté bien. Sólo estoy tratando de quitarme el vidrio del ojo. Regresé a la (sala) médica y el doctor dijo que tenía algunos fragmentos de vidrio en el ojo”, manifestó el involucrado finalizado el sprint. Y agregó: “Trató de sacarlo lo mejor posible. World Athletics me preguntó si iba a correr o no. Era como si corriera o perdiera mi lugar. Y he trabajado demasiado duro para estar aquí. Por eso lo intenté”. En último lugar, le agradeció a sus colegas por aceptar el aplazo de la carrera hasta el último turno.
En este sentido, el máximo organismo del deporte brindó un comunicado por lo sucedido: “El reordenamiento de las eliminatorias de 200 metros se debió a la colisión de dos carritos de golf. Se evaluó a un atleta y un voluntario y el atleta recibió autorización para participar. Compitió en la última serie. El voluntario también está bien. El Comité Organizador Local está investigando el incidente y revisando los procedimientos de transporte”.
Otro de los que fue parte del inesperado accidente fue Noah Lyles, doble campeón mundial en esta distancia, quien se permitió una broma en su cuenta personal de Twitter después de avanzar a la ronda decisiva por la disputa de medallas: “Sobrevivió a un accidente y llegó a la final. ¡Dios es bueno!”.
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