Tiene 19 años, admira a Neymar y se repuso de “un pecado de juventud” para dejar su huella en Racing: la apuesta de Gago para lastimar a Boca

Agustín Ojeda fue la gran figura en la remontada con Atlético Nacional de Medellín y se ilusiona con dar el golpe frente al Xeneize. La historia de Trapito, uno de los juveniles que quiere continuar con el legado de Diego Milito, Lisandro López, Rodrigo De Paul y Lautaro Martínez

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El joven rosarino de 20
El joven rosarino de 20 años celebra su gol ante Atlético Nacional

Durante el mercado de pases, Racing intentó incorporar a Benjamín Domínguez y Juan Gauto para reforzar la zona que dejó Johan Carbonero, quien se recupera de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Por esas situaciones que brinda el destino, las autoridades de la Academia no llegaron a un acuerdo con las pretensiones de Gimnasia y Huracán; y Fernando Gago encontró la solución en su propia casa.

Las cifras millonarias no fueron suficientes para los directivos del Lobo y del Globo. Y mientras tanto, en el Cilindro Agustín Ojeda continuaba trabajando con humildad, dedicación y sacrificio. A diferencia de la imagen que muestra cuando está en la intimidad, en la cancha Trapito se transforma. Cuando tiene la pelota en sus pies, el delantero es desfachatado, atrevido y encarador. La timidez que lo caracteriza en el vestuario muta hacia una revolución que puede dejar en ridículo a cualquiera de sus marcadores.

Así como alguna vez Luis Zubeldía le brindó su confianza a Ricardo Centurión, cuando el Wachiturro alcanzaba los 18 años y su aparición enloqueció a los hinchas en el recordado clásico ante Independiente de 2011, que concluyó con victoria albiceleste gracias a una notable producción de Ricky; en la revancha de los octavos de final de la Copa Libertadores Pintita apostó por el pibe de 19 oriundo de Rosario. Y el joven surgido del Tita Mattiussi se destacó como la principal figura para revertir la serie ante Atlético Nacional y sellar la clasificación hacia la siguiente instancia.

Para él fue una sorpresa estar desde el arranque. “Me enteré cuando estaba en el vestuario. Me puse un poco nervioso, pero feliz por cómo se dio todo”, reveló en diálogo con Infobae. Todavía dolorido por el desgaste físico que le provocaron algunas dificultades para caminar, el delantero reconoció que terminó “todo acalambrado”, porque las molestias se le presentaban “desde el gemelo hasta el cuádriceps”.

Con frases cortas, que no requieren de la necesidad del tradicional casete que en muchos casos usan los futbolistas, la naciente figura de Racing brindó detalles sobre cómo fue la preparación en el plantel, luego de la derrota por 4 a 2 sufrida en Medellín. “En la semana sabíamos que lo íbamos a dar vuelta, porque teníamos con qué”, advirtió. Y cuando se retiró asistido por el personal médico en Avellaneda, escuchó una de sus primeras ovaciones que lo hicieron emocionar. “Sentí los aplausos de la gente y fue algo hermoso. Ya me había pasado cuando tuve la suerte de hacer mi primer gol (contra Central Córdoba por la Liga Profesional). El cariño de la hinchada es un granito de arena para seguir creciendo”, destacó.

Amparándose simplemente en la estética y teniendo en cuenta los diferentes contextos, su conquista fue muy similar a la de Jorge Burruchaga en el Mundial de México que le permitió a la Argentina bordar su segunda estrella. La velocidad por el sector derecho con la camiseta albiceleste, el desconcierto de los defensores, la tardía salida del arquero y la definición rasante impusieron un sello que se volvió a repetir 37 años más tarde.

El gol de Trapito Ojeda que recordó la gloria de Burruchaga en México 86

El tanto de Trapito Ojeda fue fundamental para que los fanáticos de la Academia mantengan su ilusión en la competición más codiciada del continente. Sin embargo, el rosarino optó por la cautela a la hora de la comparación. “Nunca me di cuenta de la importancia que tuvo ese gol. Apenas entró la pelota, pensé en mi familia, que siempre estuvieron al lado mío”, deslizó con timidez. Y describió su obra con la misma naturalidad con la que infló la red: “Pensé que el central me iba a salir a marcar, pero como se quedó esperando el pase y vi que el arquero se me venía, decidí patear al arco”.

El ensordecedor grito masivo que se instaló en el Presidente Perón acompañó al sentimiento colectivo. La prometedora estrella impuso un desahogo que alimentó la esperanza que reúne a la mitad de Avellaneda. Pero él prefiere ir de a poco. “Se viene dando todo muy rápido. Estoy muy agradecido a Dios, porque sé que se van a venir cosas más lindas. Estoy feliz, pero trato de mantener la calma. Aprendí un montón en este último tiempo y voy a tratar de seguir trabajando para mejorar”, subrayó.

Ese aprendizaje del que hizo mención el virtuoso extremo tiene como referencia un hecho que nunca se aclaró oficialmente, pero desde el entorno del club le confirmaron a este medio que se trató de “un error propio de su edad”. Cuando en la conferencia de prensa Fernando Gago interrumpió la pregunta del colega de TyC Sports, Lautaro Salucho, que hacía mención a aquel suceso, el entrenador mostró una faceta paternal hacia el juvenil. “No se lo permito contestar”, sentenció Pintita. Di vuelta la página y seguí. Me equivoqué y supe reponerme”, completó el futbolista.

Ambos intentaron dejar en el pasado el suceso. Para entender lo que pasó, hay que remontarse al verano, cuando el DT lo promovió para que el jugador hiciera la pretemporada con el plantel profesional. Alguna inoportuna salida nocturna molestó al estratega y le pidió que regresara con la Reserva, porque “aún no estaba listo” para asumir la responsabilidad de vestir la camiseta de Racing. Casi sin darse cuenta, en la reciente rueda de prensa, Gago manifestó que comprendió al chico y dejó en claro que su “castigo” sirvió para que tomara dimensión del lugar que iba a ocupar en el futuro. “Ellos tienen un proceso de formación y madurativo desde la edad. No es el mismo Agustín el del año pasado que el de ahora. Creció desde el aspecto personal y futbolístico. Trabajó y empezó a entender situaciones de juego. Hoy tiene un nivel muy bueno, pero debe exigirse más. El proceso de formación va a tener momentos buenos y momentos malos. Y los momentos malos son los más difíciles de digerir para los chicos. Me pasó como futbolista. No nos olvidemos que tienen 18, 19 o 20 años. Pensemos en lo que hacíamos nosotros a los 20 años”, analizó. “Pensé mucho y me dediqué a trabajar para tener este presente. Estoy muy agradecido a Dios, mi familia, mi novia y mis suegros, que me apoyaron mucho y estuvieron en todo momento. Lo que hoy me pasa es gracias a ellos”, destacó Ojeda.

Cuatro hombres de Atlético Nacional
Cuatro hombres de Atlético Nacional intentar frenar el talento del joven extremo de Racing

Aquel chico que llegó a los 10 años al predio de las Inferiores es una realidad. Si bien el Turco García se adjudica haberle puesto el apodo de Trapito, el delantero confesó que se debe a una broma interna que le hizo un preparador físico de las juveniles cuando lo vio con la camiseta mojada que le quedaba gigante y le hizo recordar al entrañable dibujo animado.

Su talento le permitió afianzarse en el plantel profesional. Y con la humildad que lo caracteriza, escucha “a todos los compañeros”, porque “tienen una gran trayectoria” y le brindan buenos consejos. “Estoy en el club hace 9 años y pasaron muchos jugadores por acá. Muchos de ellos tuvieron una gran carrera en Europa. Siempre traté de mirarlos a todos. Cuando apenas llegué, me saqué una foto con Pillud y tenerlo como compañero es algo inexplicable”, deslizó.

Si bien reconoció que no es de seguir mucho al fútbol del exterior, el atacante manifestó que le gusta el juego de Johan Carbonero. Justamente, al delantero que le tocó reemplazar. “Trato de imitarlo en todo lo que hace, porque no miro tanto de afuera. Igualmente, en mi puesto Neymar y Hazard me encantan cómo juegan”, subrayó.

De cara a lo que viene, la máxima ilusión está puesta en los duelos que se llevarán adelante frente al Xeneize por un lugar en las semifinales de la Copa Libertadores. Para lograr el objetivo, Ojeda continúa trabajando con dedicación y entusiasmo. En su cabeza todavía están las indicaciones de Gago, quien el pide “que corra, aproveche la velocidad y encare en el uno contra uno”.

Su caso va camino a continuar con el legado que alguna vez dejaron estrellas de la talla de Lisandro López, Diego Milito, Lautaro Martínez, Rodrigo De Paul, Matías Zaracho o Carlos Alcaraz. Para ello, habrá que cuidar al diamante y llevarlo de a poco. Mientras tanto, el DT sabe que cuenta con un arma letal para lastimar al club de la ribera. Como dijo el propio delantero, “hay que creer. Ya veremos lo que pasa con Boca”.

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