Es como un sino fatal. Luis Rubiales, el “Chiqui” Tapia español, podía haber atravesado uno de sus mayores días de gloria en el podio del festejo del título mundial de la selección femenina luego de haber respaldado contra viento y marea al entrenador Jorge Vilda, pero un beso en la boca a la jugadora Jenni Hermoso, que luego lamentó, opacó el momento y volvió a poner en tela de juicio a su controvertida figura.
“Me he equivocado, fue sin mala fe, en un momento de máxima efusividad sin ninguna mala intención, sin ninguna mala fe de ninguna de las dos partes, ocurrió lo que ocurrió cuando estamos ante un hecho histórico, uno de los días más felices del fútbol español, campeonas del mundo, una barbaridad. Para esto venimos trabajando desde hace mucho en la RFEF y nos sentimos orgullosos. Pero hay un hecho que tengo que lamentar entre una jugadora y yo, con una magnífica relación entre ambos. Y sí que estoy apenado porque ante el mayor éxito de nuestra historia en el fútbol femenino y siendo la segunda Copa del Mundo que conseguimos, esto haya empañado en cierto modo la celebración”, reconoció en un video que envió a los medios de comunicación.
Lo que pudo ser una fiesta completa -España es, actualmente, campeona del mundo en mayores, Sub 20 y Sub 17- se transformó en un vía crucis por la propia acción del presidente de la Federación, que con este beso a Hermoso desató una polémica nacional e internacional, con repercusiones inmediatas. Como la de la ministra de Igualdad -la también polémica Irene Montero- quien afirmó que “es muy sencillo. Dos personas se besan si ambas quieren. Si hay consentimiento. Sólo sí es sí…no sólo es machismo, abuso de poder o un acto sexista: es violencia sexual”.
Tampoco se quedó atrás el ministro de Deportes, Miguel Iceta, quien consideró “inaceptable” la reacción de Rubiales en el palco y sostuvo que “lo primero que tiene que hacer es dar explicaciones y pedir excusas”. Mientras que María del Prado Escoda, de la Asociación Española de Juezas y Jueces por la Democracia, fue más allá con otra dimensión de los hechos: “El beso lo está dando una persona en una posición de superioridad laboral con respecto a la otra por lo que no es sólo violencia sexual, también es una violencia y un abuso de poder”.
Poco antes del Mundial de 2018, el entonces nuevo presidente de la Federación Española, Luis Rubiales, comenzaba su mandato con puño de hierro y echó a Julen Lopetegui como entrenador de la selección a días de su debut, al conocerse que había firmado un contrato con el Real Madrid para cuando terminara el certamen de Rusia. Cinco años más tarde, el dirigente se encuentra jaqueado y con chances de salir de su cargo, con duras acusaciones que generaron la intervención de la Fiscalía Anticorrupción y de la Secretaría de Deportes estatal. Justamente, las victorias en el fútbol femenino podían obrar como contención.
Entre otros hechos de corrupción, se vincula a Rubiales con el defensor del Fútbol Club Barcelona y empresario, Gerard Piqué, de participación conjunta en supuestos negocios opacos en la organización de la Supercopa de España en Arabia Saudita, por la que el jugador percibió 24 millones de euros en comisiones, y todo se potenció con la difusión de un diálogo telefónico entre ambos en el que se plantean estos y otros temas.
Todo comenzó con la acusación en el Juzgado de Instrucción de Majadahonda del presidente del Centro Nacional de Formación de entrenadores de Fútbol (CENAFE), Miguel Ángel Galán, por los delitos de cohecho y corrupción entre particulares, administración desleal, corrupción en los negocios y prevaricación.
Galán fue candidato a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en 2015 como opositor a Ángel María Villar, quien fuera considerado “hermano político” del ex presidente de la AFA, Julio Grondona y quien se mantuvo en el máximo cargo entre 1988 y 2017, además de haber sido vicepresidente de la UEFA y de la FIFA.
Galán, también presidente de la Asociación Transparencia y Democracia en el Deporte, denunció además la posible contratación u orden de contratar, por parte de Rubiales, detectives mediante una empresa pantalla con el fin de espiar a otros dirigentes y sindicalistas de la Federación, un acuerdo con Piqué “para lucrarse 24 millones de euros a costa de la RFEF en la organización y traslado de la Supercopa de España a Arabia Saudita”, una supuesta ayuda de 3100 euros mensuales por vivienda que el presidente de la federación pudo embolsar “indebidamente”, y un “viaje de asueto” a los Estados Unidos que habría sido camuflado como “de trabajo”.
Una vez conocido que la Fiscalía Anticorrupción a cargo de José Miguel Alonso Carbajo libró requerimientos a la Agencia Tributaria, a la Intervención General del Estado (IGAE), a la RFEF, a Piqué y su empresa “Kosmos”, a los registros Mercantiles y al Consejo Superior de Deportes (CSD) estatal, el titular de este último organismo, José Manuel Franco, envió a Rubiales una carta abierta en la que le pidió que diera a conocer a la opinión pública los datos que terminen con las informaciones de los medio acerca de “comportamientos irregulares” como presidente de la RFEF. “Creo que es muy conveniente que proporciones a la opinión pública los datos de que dispongas para mitigar la inquietud que algunas informaciones han generado”, indicó el funcionario.
El CSD estatal viene desgastado por la tensa relación que existe desde siempre entre Rubiales y Javier Tebas, el presidente de la Liga Española, que chocan en casi todos los temas, desde los derechos de TV hasta la organización del fútbol femenino.
Rubiales respondió entonces que se trata “de una campaña de desprestigio que estoy sufriendo pero estoy tranquilo porque no he cometido ninguna ilegalidad”, pero la Fiscalía no se quedó allí y quiere saber sobre ingresos fijos y variables percibidos por Rubiales durante los últimos años, y la vivienda que utiliza pagado con fondos federativos “desde su designación como presidente hasta la actualidad”, y requirió “cualquier documento donde conste la decisión por la que la RFEF pasa a alquilar una vivienda como residencia de su presidente” y pidió la normativa reglamentaria sobre retribuciones de dicho cargo hasta febrero de 2020.
La Fiscalía investiga si el hecho de recibir 3100 euros mensuales como retribución de la RFEF para vivienda por parte de Rubiales no constituye fraude porque los estatutos de la entidad especifican que esto sucede sólo con aquellos presidentes que antes de llegar al cargo no fijaban su residencia oficial en Madrid, aunque éste no parece ser el caso, pero se justificó alegando que la casa en la que vivía como presidente del sindicato de futbolistas (AFE) no es la única, porque posee otras en Granada y Valencia.
Uno de los hechos más relevantes acerca de Rubiales que investiga la Fiscalía Anticorrupción es el de las comisiones por 24 millones de euros que cobró Piqué, el defensor del Barcelona, con su empresa “Kosmos”, como intermediaria para que la RFEF llevara la Supercopa de España a Arabia Saudita desde 2020.
El diario El Mundo de Madrid tuvo acceso a esta orden del Ministerio Público, que libró esta orden para requerir documentación a la Federación y a la empresa del jugador a partir de revelaciones publicadas por El Confidencial acerca de un diálogo entre Piqué y Rubiales en el que aparece entre ellos una gran confianza (se tratan de “Gery” y “Rubi”) y en la que el aún jugador del Barcelona trata incluso de que el dirigente haga gestiones para que pueda ser uno de los tres mayores de 23 años en la selección española para los Juegos Olímpicos de Tokio, para lo que busca complicidad en su interlocutor mencionándole que el actual defensor del PSG Sergio Ramos también compite por ese lugar.
En el marco de esta investigación, la Fiscalía exigió a la RFEF “todos los contratos firmados para que la Supercopa de fútbol pasase a disputarse en Arabia Saudí con un nuevo formato” –anteriormente la disputaban el ganador de la Liga contra el de la Copa del Rey y ahora se amplió a cuatro equipos- a partir del cobro de los 24 millones de euros de comisión, que Piqué insiste que sus organizaciones “Kosmos Football SL” y “Kosmos Global Holding SL” los cobró en su totalidad de una empresa árabe intermediaria, “Sela Company Limited”, y no de la Federación Española.
Si bien la Fiscalía pidió los documentos de los acuerdos suscriptos entre la RFEF y las empresas de Piqué “con referencia a la Supercopa de España”, también lo hizo “en relación con cualquier otra materia”. En este sentido, Piqué entregó diez documentos por 800.000 euros cada uno recibidos por “Kosmos” de parte de “Sela” “libres de impuestos” por supuestas “labores de consultoría”. El futbolista afirma que esos pagos fueron “por promoción, organización, desarrollo, escenificación, explotación y gestión” del torneo. La empresa de Piqué también entregó al Ministerio Fiscal contratos hechos con distintas empresas entre finales de 2019 y principios de 2020, momento en el que se jugó por primera vez la Supercopa en Arabia Saudita.
En distintas entrevistas posteriores a la publicación del diálogo entre Piqué y Rubiales difundido por El Confidencial, el defensor del Barcelona destacó que si no fuera por él, el Real Madrid no habría podido jugar en aquella edición si es que se mantenía el formato anterior de competencia. Además de los “Merengues” jugaron el Barcelona, el Atlético Madrid y el Valencia (el Barcelona acudió como campeón de la Liga y el Valencia, como campeón de la Copa del Rey).
En cuanto a la Supercopa, la Fiscalía pidió justificantes de los pagos que hasta la actualidad haya recibido y haya efectuado la RFEF con motivo de la disputa de la Supercopa en Arabia Saudita así como “los dictámenes emitidos, en su caso, por el Comité de Cumplimiento Normativo o de ética de la RFEF sobre la pretensión y decisión de que la competición fuera trasladada”. En este punto, si bien se trata de otra competencia, Rubiales se interpuso cuando la Liga Española avaló que el partido entre Atlético Madrid y Villarreal de la liga española se trasladara a los Estados Unidos porque constituía un fraude hacia los abonados que ya tenían paga toda la temporada.
Por otra parte, la Fiscalía pidió a la Secretaría de Deportes los estatutos de la RFEF y los Códigos de Ética de FIFA, UEFA y RFEF, toda la documentación referida a la Supercopa y en la que “se autorizó, refrendó o recibió comunicación” de la RFEF “acerca del cambio de modelo de la competición “, mientras que los registros mercantiles de Barcelona fueron emplazados para que envíen toda la información relacionada con las sociedades de Piqué, al punto de que se habilitaron varias unidades de investigación para que profundicen sus pesquisas acerca de posibles nexos entre la institución y las empresas del defensor del Barcelona.
En tanto, instó a la Guardia Civil para que coordine toda la información que se vaya recibiendo y a la Agencia Tributaria para que analice “las implicaciones tributarias” de los contratos suscriptos con “Kosmos” y por último, a la IGAE “para que analice los acuerdos y contratos aportados a tenor de las características de las partes implicadas”.
Por si faltaba poco, la Fiscalía ya tomó declaración al tío de Rubiales y ex jefe de gabinete de la RFEF, Juan Rubiales, quien en su comparecencia aseguró que su sobrino organizó una orgía en un chalet de Salobreña, una localidad granadina, pagada con fondos de la entidad futbolística, y detalló que a ella asistieron “ocho a diez mujeres” y que la fiesta fue disfrazada de una reunión de trabajo, algo negado rotundamente por la Federación, que sostuvo que cada uno de los asistentes “a las jornadas de trabajo” que asegura que se desarrollaron allí, se pagó la estadía de su propio bolsillo.
Por último, la Fiscalía también investiga si algunos viajes de Rubiales pagados por la RFEF fueron por motivos ligados a la entidad o por razones personales, como uno realizado a los Estados Unidos, que el funcionario justificó como necesario para llevar a cabo reuniones con diferentes organismos norteamericanos para conseguir nuevos fondos.
Por el contrario, El Confidencial indicó que ese viaje de Rubiales se desplazó a Estados Unidos por intereses personales y de ocio, para lo que utilizó diferentes audios filtrados.
Una posible salida de Rubiales de la RFEF podría generar una amplia crisis en el fútbol español y más aún cuando el dirigente ya mantuvo varias reuniones en el más alto nivel político para conseguir que España sea, junto con Portugal, la sede del Mundial de 2030, para la que compite con la candidatura conjunta de Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile.
En este sentido, y gracias a su buena relación con el presidente de la UEFA, Alecsander Ceferin, logró sumar primero a Ucrania como sede para 2030, más que nada, para generar empatía internacional -luego quedó desestimada-, y luego integró a Marruecos para generar una candidatura que uniera dos continentes y dada la excelente relación entre el país africano y España en la actualidad.
“Debo aprender de esto y entender que cuando uno es presidente de una institución tan importante como la Federación Española tiene que, sobre todo en este tipo de cuestiones y ceremonias, tener más cuidado”, reconoció Rubiales al final del video entregado a los medios respecto del controvertido beso a su jugadora Jenni Hermoso, pero ya el fuego se había encendido, una vez más.
Seguir leyendo: