“En ningún caso volveré a jugar con la bandera argentina, aunque se vaya o renuncie Mario Petrucci, el presidente de la federación argentina, o sea designado otro de mi agrado en su lugar”, le contó a Infobae el mejor ajedrecista argentino, Alan Pichot, tras su regreso a Málaga, donde reside junto a su pareja, Vanessa, luego de haber participado en el último mes en cuatro competencias con organizadores privados en Portugal, Rumania (un torneo clásico y otro rápido) y Marruecos, en estos dos últimos países bajo bandera española.
La novela del caso Alan Pichot, de flamantes 25 años, sobre la batalla que decidió librar contra la Federación Argentina de Ajedrez (FADA), y de modo particular contra su presidente, Petrucci, cuando el pasado 4 de agosto solicitó el cambio de bandera para representar a España, inexorablemente se encamina hacia su capítulo final.
Su decisión de no volver a jugar representando a la bandera argentina no podrá ser cambiada por los factores que la originaron. “Aunque se vaya o renuncie Petrucci o sea designado otro de mi agrado en su lugar. Esta decisión ya está tomada y será por mucho tiempo, tal vez 10 o 15 años, y durante ese tiempo jugaré profesionalmente sólo para España”, le reafirma a Infobae tras su regreso a Málaga.
Alan Pichot se sostiene en la fuerza de sus años de juventud; para él creer es poder. Es que en 2003, a los 5 años, les exigió a sus padres que le enseñaran un juego del que ni siquiera sabía su nombre, pero que le atraían las figuras de reyes, damas, torres y caballos tallados en madera. El mismo chico que 10 años después se convertiría en el maestro internacional más joven del país y, a los 16, en 2014, en el último ajedrecista argentino que conquistó un campeonato mundial: el Sub16 en Durban (Sudáfrica). Su currículum se engalanó con la obtención del título de gran maestro en 2015, el más joven del país, a los 17 años y 2 meses, y desde 2020, en el N°1 del ranking local y más tarde de Sudamérica. Su última participación bajo bandera argentina fue en el Mundial de Ajedrez Blitz, en Varsovia, entre el 29 y 30 de diciembre de 2021. Allí finalizó 64° entre 180 jugadores, con 11,5 puntos sobre 21 posibles, a dos unidades del ex campeón mundial, Magnus Carlsen que ocupó el 12° lugar de la tabla.
En julio de 2022, tras desavenencias con la dirigencia argentina y con algunos integrantes del equipo olímpico que representarían al país en los juegos en Chennai (India) renunció a su participación y meses después, considerándose maltratado como ajedrecista de élite, dimitió a la beca que recibía de la Secretaría de Deportes de la Nación, alejándose de la representación argentina en competencias oficiales organizadas por la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, según sus siglas francesas). Harto, se marchó del país, se afincó en España y desde mayo de 2023 es ciudadano español. El 4 de agosto último fue inscripto como jugador de la Federación Española de Ajedrez (FEDA).
-Las causas de tu decisión de cambio de bandera provocaron un revuelo; no te guardaste nada contra la dirigencia y no quisiste conversar con la prensa.
-Es que estaba en plena competencia, y es imposible tener una entrevista que a lo mejor te demanda una hora cuando uno debe estar enfocado en la partida y también en la preparación de cada juego para el día siguiente. Sentía que ya no tenía más nada que explicar y por eso rechacé los pedidos de los periodistas
-Pero tu posteo en X (antes Twitter) despertó muchos comentarios.
-Sí es cierto. En un momento yo pensé que podía hablar con la prensa, con todos los que estuvieran interesados en escucharme, pero se me hacía muy difícil, por eso decidí, y espero que lo hayan comprendido, que lo mejor sería contar todo a través de mis redes sociales en X, FB e IG. Pero no me imaginé que se desataría tal revuelo, que además de las felicitaciones y las muestras de apoyo de la gente del ambiente del ajedrez, de todas partes querían entrevistarme. Te soy sincero debo haber escrito y contado sólo el 10% de las cosas que me han hecho o que me han pasado, pero traté de resumirlo y hacerlo de la manera más clara para que todos pudieran entenderlo. Ahora ya está, ya pasó y de a poco voy respondiendo. Por suerte con el resultado de las PASO, por las elecciones en Argentina, bajó el interés por el tema. Pero cuando llegó mi cumpleaños otra vez comenzaron a llegar muchos mensajes. Vos sos uno de los primeros que atiendo, y todavía no me animé a abrir ni FB ni IG (risas).
-¿Tu decisión de no jugar para Argentina ni siquiera se modifica con un cambio de autoridades en el ajedrez argentino?
-Por favor, que esto quede bien claro: Esta decisión ya está tomada y será por mucho tiempo, tal vez 10 o 15 años y durante ese tiempo jugaré profesionalmente sólo para España. No es un cambio para toda la vida, pero sí en mi carrera profesional. Tal vez, en algunos años, a los 40 o 45 años o en un momento de mi vida, si continúo jugando al ajedrez no descarto la posibilidad de hacerlo otra vez para Argentina y participar en un campeonato argentino que nunca pude ganarlo.
-Tu publicación en Twitter fue reproducida en Infobae en una extensa nota y días después se informó el comunicado de la FADA a tus acusaciones. ¿Cómo tomaste esa declaración?
-La verdad de ese comunicado es que la Junta Directiva de la FADA -la integra el presidente (Petrucci) y otros diez miembros- no resolvió nada; se trató de una decisión que tomó sólo el presidente. (Según lo consultado por Infobae, el tema de respuesta a la acusación de Pichot hacia la FADA no fue tratado por todos los integrantes, y al menos tres de ellos, aseguraron que tomaron conocimiento del escrito a través de un correo electrónico con la respuesta ya confeccionada).
Uno de los nudos de la negociación por el pase del mejor ajedrecista argentino para representar a España se encontraba en el valor del transfer. Según las formalidades detalladas en el “Handbook” -el reglamento de la FIDE- se establece que, por tratarse del pase de un jugador con título de gran maestro y una fuerza de Elo -medición del ranking de los ajedrecistas- entre 2600 y 2699 puntos (Pichot tiene 2642 puntos) la cuota de compensación del pase tiene un valor de 30.000 euros, además de otros cinco mil que debería recibir la FIDE para su habilitación oficial. Se sabe también, que el costo del pase es negociable entre las federaciones y que, en este caso puntual, la FADA estaría dispuesta a la reducción de un tercio de su valor, es decir hasta diez mil euros.
Pichot también dio su visión del tema: “¿Te parece que la federación española tiene que pagar por cada jugador que quiere jugar para España? Para mí eso no tiene mucha lógica. Es que los dirigentes españoles no salen a buscar jugadores, es uno él que se presenta. Muchos ajedrecistas rusos lo han hecho a lo largo de estos años y simplemente la FEDA no se opone al cambio”.
Si bien es comprensible el argumento hecho por Pichot, en verdad es muy delgada la línea entre el deseo del jugador y la conveniencia de la dirigencia. Es decir, “yo no te pido porque tengo que pagar, pero si el cambio de federación corre por tu cuenta, te aceptamos”. El tema como aseguró a Infobae el gran maestro uruguayo Andrés Rodríguez seguramente amerita un debate, donde debe establecerse que los jugadores no pertenecen a una federación sino a los clubes que los formaron y representan.
-Cuando la federación argentina dice que está dispuesta a negociar en un tercio el valor de tu pase a España no te satisface.
-No, todo lo contrario. Ustedes en Infobae informaron lo que dijo el presidente, que entre sus misiones estaba la de trabajar en el proceso formativo de los jóvenes y no tienen obligación de apoyar a los jugadores de élite. ¡Mirá qué bien!; así que no apoyan a la élite, pero si quieren sacar provecho de ellos. Así es fácil, no invertimos en ellos, pero sí cobramos por ellos.
Mientras la negociación por el costo del transfer entró en un compás de espera, una de las excepciones de la reglamentación del Handbook de la FIDE, la que establece que un jugador que representó a su país en una competencia internacional de la FIDE dos años antes del pedido de cambio de federación (es decir dos años sin representar a su antigua federación) estará exento del pago, aparece como una tabla de salvación para destrabar la situación.
-Ya pasaron dos años de tu participación en la Copa del Mundo en Sochi, en agosto de 2021. ¿Esta excepción no te favorece?
-Lamentablemente, no. El último día de ese año jugué el Mundial Blitz en Varsovia, pero además lo que acá cuenta no es mi participación sino el pedido de la ciudadanía española. Según los registros no puedo jugar ninguna competencia oficial para España hasta el 24 de mayo de 2025. A partir de ese día puedo jugar los torneos organizados por la FIDE.
-O sea, dos años sin jugar campeonatos europeos, copas del mundo, Mundiales y los nacionales en España.
-Exactamente. Pero lo voy a resolver; yo me voy hacer cargo de ese dinero, de los 10.000 Euros para la FADA y los cinco mil para la FIDE.
-¿Con todo lo que te sucede podés concentrarte en el ajedrez?
-La verdad que es increíble (se le escapa una sonrisa de satisfacción), porque a pesar de todo en un mes jugué cuatro torneos y en todos gané puntos para el ranking; perdí sólo una partida entre las dieciocho que jugué (le empató al N°13 del mundo, el azerbaiyano, Shakhriyar Mamedyarov). Todo está dado para que a partir de septiembre figure entre los 100 mejores jugadores del mundo.
Alan Pichot, otro talento argentino que decidió huir como el verde en otoño; acaso, cansado ya de correr detrás de un porvenir que se le aleja se decidió por patear el tablero y poner fin a una historia escrita en un tablero de cuadros claros y de otros muy oscuros. Apostó por él y por sus años de juventud; eligió creer porque puede.
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