Esta tarde el PSG visitará al Toulouse por la segunda jornada de la Ligue 1 en el que será el estreno absoluto de Kylian Mbappé en la temporada. Luego de ausentarse en el empate sin goles en Parque de los Príncipes ante Lorient por su conflicto con la directiva, la estrella francesa resolvió sus cuestiones con el presidente Nasser Al-Khelaïfi y volvió a ser tenido en cuenta por el entrenador Luis Enrique, que celebró el acuerdo entre las partes para potenciar a su equipo.
“Le he visto perfecto. Con muchas ganas, con muy buen ánimo. Estoy encantado de contar con un jugador de su categoría. Evidentemente, no sólo por lo que aporta a nivel de futbolístico, sino también por lo que aporta por su personalidad. Estamos hablando de un jugador de clase top mundial y es una gran alegría para mí volver a contar con él”, dijo el técnico español sobre Kiki.
Lo cierto es que hubo oscuros nubarrones dando vueltas por París en las últimas semanas. Mbappé se había quedado afuera de la gira del equipo en Japón por su negativa a renovar un año más el contrato que lo vincula con el club hasta 2024. Estuvo un tiempo marginado de los entrenamientos con el resto de la plantilla y el último partido que disputó fue el 21 de julio, un amistoso ante el Le Havre, en el inicio de la preparación. Kylian Mbappé salió desde el banquillo sobre la hora de juego antes de cerrar el marcador en el tiempo añadido (2-0).
“Han pasado cosas... Un despido del grupo de Luis Enrique por su negativa a prorrogar, amenazas, cartas, propuestas de fichajes, negativas, sospechas compartidas, suspiros y la sensación de que nadie saldría vencedor de esta dura jornada. Combate mano a mano”, rezó una de las líneas del explosivo artículo publicado por L’Equipe en las últimas horas. En el mismo, filtraron cuál fue el diálogo entre Al-Khelaïfi y Mbappé, el pasado martes 8 de agosto, en el que la relación casi vuela por los aires.
―¡Ya verás! ¡No volverás a jugar! ¡No nos rendiremos!
―¿Que voy a ver? Pero, ¿qué voy a ver? ¡Serás el único presidente que no me hará jugar!
De repente, el clima se despejó. Mbappé fue reincorporado al grupo principal y se mostró sonriente junto al resto de sus compañeros. Según testigos en una de las últimas prácticas, el delantero de 24 años fue recibido tras unas palabras de Nasser y, al igual que el flamante refuerzo Ousmane Dembélé, le dieron la bienvenida con una “guardia de honor” con pequeñas palmadas en su cabeza cuando saltó al césped del centro deportivo de Poissy. “Fue para demostrar que volvía a ser parte de la familia”, ventilaron.
Con quien no terminó todo bien es con el brasileño Neymar, quien ya se unió a las filas del Al-Hilal de Arabia Saudita. El jueves se dieron el último frío abrazo de despedida, pero lo concreto es que el sudamericano no invitó al francés a una pequeña despedida íntima a la que sí concurrieron otros jugadores como su compatriota Marquinhos. Trascendió también que a Kiki no le gustó el like que Ney le dio a una publicación de Instagram que insinuaba que el francés había tenido que ver con su alejamiento de la institución parisina.
Mbappé ahora buscará hacer borrón y cuenta nueva, aunque como informó el diario francés Le Parisien, un nuevo estallido podría registrarse de un momento a otro. Se mostró ilusionado con el rearmado de la estructura deportiva del equipo y los más optimistas creen que puede llegar a quedarse más allá de esta temporada, aunque todavía no extendió formalmente su vínculo: “En el fondo, nada ha cambiado. Todavía no sabemos muy bien cómo acabará este sketch y quién saldrá victorioso. Pero que no nos quede duda de un punto: a la menor molestia, a la primera tormenta, esta unidad de fachada se hará añicos”. La estadía de Mbappé en PSG es una bomba de tiempo y el reloj ya empezó a contar.
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