Pidiendo disculpas. Así se retiró del campo de juego Emiliano Martínez con la vista fijada en el sector de hinchas visitantes del estadio St. James’ Park, donde el Newcastle le dio una lección de fútbol al Aston Villa y lo vapuleó 5-1 por la primera fecha de la Premier League. Los tantos fueron de Sandro Tonali, Alexander Isak (2), Callum Wilson y Harvey Barnes (Moussa Diaby había igualado transitoriamente). Aunque parezca irreal, Dibu fue una de las figuras del encuentro pese a haber sufrido cinco tantos.
La primera intervención del show de atajadas fue justo antes del 1-0. Bruno Guimarães probó desde media distancia y Martínez desactivó el peligro con una volada y desvío sobre su costado derecho. Nada pudo hacer cuando la jugada se rehizo y concluyó con la definición del italiano Tonali. Justamente el autor del primer tanto tuvo el segundo con un mano a mano, pero el guardameta argentino le bajó la persiana a su arco e impidió lo que hubiera sido el 2-0 parcial.
Como la defensa de los Villanos hacía agua por todos lados, en un par de ocasiones tuvo que salir fuera del área para alejar el peligro. Todavía en la etapa inicial, primero rechazó con la cabeza fuera de su hábitat como si fuera un defensor más. Y más tarde tuvo que agarrar al paraguayo Miguel Almirón para impedir que se dirigiera con balón dominado hacia su valla: esto le costó la amonestación y un desafiante cruce con el ex Lanús.
Con el match 3-1 a favor del dueño de casa, Martínez intervino otra vez en un cara a cara con el sueco Isak, quien corrió libre tras la habilitación de Almirón y no pudo convertirle otra vez. Y enseguida Dibu salió nuevamente fuera del área para anticiparse a la llegada de los delanteros del Newcastle, pero dejó el balón corto y en posesión de Almirón, que quiso sorprenderlo con un tiro espontáneo. El campeón del mundo se repuso y logró quedarse con el esférico en dos tiempos.
Y como si se tratara de un partido de aficionados, Emi Martínez tuvo que defender un ataque de dos delanteros contra él solo sobre el final del encuentro. En la que fue su mejor atajada, voló como un superhéroe y le ahogó el grito de gol a Wilson, que hubiera significado el quinto para los locales (un rato después lo conseguiría Barnes).
Toda la desazón quedó del lado de los londinenses, que ni por asomo esperaban este terrorífico arranque de temporada. Dibu Martínez fue pura impotencia, desató su furia por la poca oposición ofrecida por la última línea del equipo dirigido por el español Unai Emery y, aunque prácticamente no tuvo responsabilidad por la goleada en contra, les pidió disculpas a los fanáticos.
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