El Póker es un juego de azar en donde la estrategia y el engaño tiene una importancia sustancial, pero la suerte también forma parte de la acción y ese factor es incontrolable para quienes participan de las mesas. Esto quedó demostrado en la final del Triton Series celebrado a comienzos de mes en Londres, certamen cuyo final hizo levantar de los asientos hasta a los relatores y comentaristas.
En la última mesa llegaron con vida el experimentado francés Jean-Noel Thorel, de 76 años, y el canadiense Timothy Adams, que se ha ganado el respeto de sus colegas pese a sus jóvenes 37 años, sobre todo después de una gran actuación en el Wolrd Series 2012, cuando embolsó un premio cercano a los USD 400 mil. En este caso, ambos quedaron cara a cara en una mano que se definió en con la última carta.
Thorel recibió un par de nueves y Adams un par de ochos, por lo que ambos subieron las apuestas hasta que el europeo dijo “All-In”. Ambos entonces pusieron sus pozos en juego, incluso antes de que se conozcan las tres cartas que el croupier debía exponer sobre la mesa y que, en esta modalidad de Póker, son parte de la mano de todos los jugadores.
Sobre el paño, se revelaron un 7 de Corazones, una K de Trébol y una Q de Corazones, tres cartas que lo único que hicieron fueron subir las chances de Thorel, quien con su doble 9 se encaminaba a ganar la mano. Luego, se sumó un 6 de Picas, que tampoco cambió la tendencia y puso al francés con un 96% de chances de ganar con una carta más por mostrarse.
Del otro lado, a Adams solo le servía que esa carta fuera un 8, para así formar una pierna y ganarle al par de 9 de su rival. Pero para entonces, solo había un 4% de posibilidades de que eso ocurra, por lo cual todos creían que la partida estaba acabada. Sin embargo, se develó el 8 de Trébol que le dio la victoria de forma agónica y el título del torneo.
“Pasó muy rápido porque él aumentaba (la apuesta) y yo también. Él hizo All In y como yo tenía una buena mano, lo seguí y de repente fue como ‘oh no, estoy dominado, creo que estoy atado a que pase algo porque probablemente terminaré segundo’. Pero pasó tan rápido que realmente no pensé demasiado. Y cuando ocurre, simplemente dices, ‘Oh mierda, no pudo creer que eso acaba de pasar’”, declaró Adams ante la prensa después de alzarse con el título del Triton Series.
Thorel perdió con esa última carta la oportunidad de embolsar el premio mayor y acumular USD 1,3 millones más a su cuenta. Lo increíble es que antes de que se diera vuelta ese naipe, la probabilidad marcaba que ese monto, en un 96%, iba a ser suyo. Pero, la suerte, como en todo juego de azar, hizo de las suyas y dejó al canadiense con el título de campeón.
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