Ángel Di María volvió a exponer su vigencia. El astro rosarino, campeón del mundo en Qatar, dejó su sello en la victoria del Benfica sobre el Porto por 2 a 0 en la final de la Supercopa de Portugal. Fue el debut oficial del Fideo en su regreso al conjunto lusitano y con una clara muestra de talento encaminó el triunfo para sumar un nuevo título.
El ex Real Madrid, Juventus, PSG y Manchester United marcó el primer tanto del elenco liderado por Roger Schmidt con una obra similar a la que interpretó en el Mundial de Brasil 2014, cuando celebró su conquista frente a Suiza en los octavos de final del certamen más codiciado del planeta. Una definición cruzada y rasante, imposible para el arquero. Y en esta ocasión su víctima fue Diogo Costa.
Unos instantes después, el croata Petar Musa, extendió la diferencia para completar el 2 a 0 definitivo que hizo delirar a los Encarnados que fueron testigos de la consagración por novena vez en su historia del certamen que reúne a los mejores de Portugal.
El líder futbolístico de la jornada tuvo el nombre de Ángel Di María. La figura internacional mostró un excelente nivel y dejó en ridículo a sus marcas. Con lujos productivos, como el doble sombrero que le propinó a Otavinho y Romario Baró fue otra muestra de su grandeza. “Mis sentimientos son únicos e inigualables. Volví a mi casa, porque siento a Benfica mi casa, es algo único. Estoy eternamente agradecido a todos ustedes”, había dicho el crack con pasado Canalla durante sus primeros días en el club. Y durante sus producciones pareciera que jugara en el patio de su hogar.
Desde 2001, la Supercopa de Portugal cambió su formato (antiguamente era ida y vuelta) y la institución que más veces se ha quedado con el trofeo es el Porto, con 23 conquistas. El Benfica, en tanto, se quedó con el trono en 9 oportunidades (la última había sido en 2019) y comparte esa cantidad con el Sporting de Lisboa. Boavista (en las ediciones de 1979, 1992 y 1997) y Vitoria (1988) son los otros dos equipos que alguna vez han logrado quedarse con la corona.
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