La barra de Racing recién había llegado al barrio El Poblado, en la zona Sur de Medellín. Ese era el reducto donde se concentrarían a la espera del partido de esta noche frente a Atlético Nacional. Pero tras hacer el ingreso al hotel, en menos de diez minutos, se desató la tragedia: Carlos Ernesto Fabián De Rose, alias El Pola de Burzaco, se desplomó apenas entró a su habitación. Intentaron reanimarlo sus propios compañeros de tribuna y pidieron ayuda en el establecimiento. Los conserjes, viendo que la situación estaba fuera de control, les indicaron rápidamente el primer nosocomio cercano al hotel: la Clínica Las Vegas, un hospital privado de alta complejidad que viene funcionando en el estado de Antioquía desde hace 35 años. Pero no hubo nada que hacer: a las dos de la mañana hora argentina (en Colombia son 120 minutos menos por el huso horario) comunicaron el deceso del miembro de Los Pibes de Racing, tal como se autotutitula la actual conducción del paravalanchas de la Academia. Y si bien Leandro Paredes, jefe de la barra brava con cuatro causas en Tribunales pero con autorización judicial para salir del país, intentó comunicarse de entrada con el consulado para que autoricen la repatriación del cuerpo, desde el Hospital pisaron el freno y tanto la causa como las circunstancias de la muerte son materia de investigación por parte de las autoridades.
¿Quién era De Rose? De 37 años, había ingresado a la barra siendo parte del grupo de Burzaco cuando la misma estaba gobernada por La Guardia Imperial. En ese bando estaba considerado un segunda línea, pero su posición se fortaleció cuando Leandro Paredes con su gente ganó la interna de la tribuna en septiembre de 2021, con apoyo de la Policía bonaerense, la política de la zona y la dirigencia del club. En ese momento, los que manejaban el grupo de Burzaco decidieron bajarse de la tribuna pero, a las tres semanas, De Rose y otro barra apodado Tarta terminaron arreglando con los nuevos reyes del Cilindro de Avellaneda, pacto que se cerró en un asado en las instalaciones del club. Así fueron hasta Villa Corina, centro neurálgico de la nueva barra, para presentar sus credenciales y ponerle músculo a Los Pibes de Racing aportando de la zona de Burzaco al principio 30 barras más, que con el correr del tiempo fueron duplicándose.
Esta nueva realidad le dio al Pola de Burzaco un lugar destacado. Su bando cobró notoriedad pública cuando el año pasado en ocasión de la visita de Depòrtivo Cali para jugar contra Boca por la Copa Libertadores, varios barras cafeteros fueron al estadio de Racing y con la complicidad de otro sector robaron la bandera que identificaba a la localidad comandada por el Pola y el Tarta, lo que determinó que al día siguiente toda la barra de la Academia atacara en el tren Roca a la altura de Gerli a hinchas del Cali dejando al menos ocho heridos de gravedad. Una de las causas judiciales en el prontuario de Leandro Paredes es justamente esta, en la que se lo sindica como el organizador de la vendetta.
Lo cierto es que ese hecho marca cuán importante pasó a ser la facción Burzaco dentro del grupo violento y por ello sus líderes comenzaron a viajar por todos lados a seguir al equipo de Gago, sin que nadie se pregunte nunca de dónde salen los fondos para tantos tours futboleros. Cosas que ocurren habitualmente en la Argentina.
Ahora, con los octavos de final a la vuelta de la esquina, la barra armó las valijas y salieron desde Ezeiza el miércoles con la planificación establecida: un viaje con una escala para llegar a Medellín y después un hotel en la zona de El Poblado, que es el sector más costoso y exclusivo de la ciudad. Porque la mayoría de los hinchas lo tiene que ver por televisión en sus casas, pero la barra no sólo viaja, sino que es un tour all inclusive con todos los gastos pagos y en lugares de excelencia. Y cuando todo estaba preparado para otra fiesta a costa del club, asomó la tragedia: se descompuso el Pola de Burzaco, se desvaneció y aunque intentaron reanimarlo, falleció casi instantáneamente. Se espera que sus restos puedan volver en forma inmediata para restituirlos a su familia. Mientras, la barra estará esta noche en el estadio Anastasio Girardot se presume que con alguna bandera recordatoria a uno de sus miembros, pero sin perderse el partido por el que una vez más salieron del país con todo pago y con autorización judicial su líder, que a pesar de las innumerables causas por violencia viaja como si nada nunca le hubiera ocurrido.
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