“¿Volvemos los dos juntos?”. “Volvemos los dos juntos”. La pregunta fue de Gonzalo Martínez y la respuesta, de Lucas Martínez Quarta. El diálogo ocurrió entre el 7 y el 10 de julio, en el Centro de Terapia Física que Jorge Bombicino, histórico kinesiólogo de River en general y del ciclo Gallardo en particular, montó en Pilar y que tiene a su hijo Franco como el principal nexo con los futbolistas que concurren a recuperarse de lesiones y también a entrenarse. Pity se está recuperando de una rotura de ligamentos en la rodilla izquierda y Martínez Quarta se encontraba de vacaciones en Buenos Aires cuando ocurrió ese diálogo en el que ambos manifestaron su deseo de volver a coincidir con la camiseta de River. El regreso de uno está al caer: a Pity Martínez lo separan detalles de su segunda etapa en el club en el que ganó ocho títulos (cinco internacionales y tres nacionales), anotó 35 goles y dio 34 asistencias en 163 partidos, desde principios de 2015 hasta fines de 2018. En cambio, Martínez Quarta deberá esperar: había acordado con River un regreso a préstamo por un año e incluso estaba dispuesto a resignar dinero para ello, pero la Fiorentina no quiso saber nada y le recordó que le quedan dos años de contrato en Italia.
Martínez Quarta no es el único exjugador de River al que el Pity quiso “arrastrar” hacia su deseo. “Cada vez que habla con Lucas Alario, le dice que pegue la vuelta ahora, que quiere volver a jugar con él en River. Y Alario le dice que todavía tiene contrato en Eintracht Frankfurt”, afirma un dirigente de River que conoce muy bien a ambos. En efecto, el vínculo de Alario con el equipo alemán se extiende hasta junio de 2025.
El regreso del Pity Martínez a River es más sencillo que el de Martínez Quarta y el de Alario por distintas razones. En primer lugar, porque le quedan unos diez meses de contrato con Al-Nassr, el club de Arabia Saudita donde juega desde septiembre de 2020, y tanto el futbolista como el club entienden que se trata de un ciclo cumplido para ambas partes: en abril de 2021, había sufrido la misma lesión pero en la rodilla derecha y ésta segunda rotura de ligamentos generó cierto desgaste sordo con las autoridades del club.
En segundo término, los jeques árabes que conducen a Al-Nassr están dispuestos a liberarlo: solo falta determinar si será a préstamo o con una rescisión del contrato que vencerá el 31 de junio del año próximo.
Hay una certeza: Pity Martínez, quien el 13 de junio cumplió 30 años, volverá a jugar con la camiseta de la banda roja. El interrogante es cuándo: ¿en este mercado de pases o en el próximo de enero?
El exHuracán, River y Atlanta United atraviesa la etapa final de su recuperación: los médicos que lo atienden afirman que en un mes podrá volver a jugar oficialmente. Ya se entrena con intensidad, juega “picados” de entrenamiento y busca ponerse en forma todos los días. El miércoles, por caso, practicó junto a los dos hijos más grandes del Muñeco Gallardo: Nahuel y Matías, quien ya acordó su partida desde River al Atlanta United 2.
En los próximos días, el Pity viajará a Barcelona, donde lo revisará el médico Ramón Cugat, una eminencia en traumatología que lo operó de su lesión y que supo intervenir quirúrgicamente -entre otros- a Sergio Kun Agüero y al extenista Juan Martín Del Potro.
El 15 de este mes, durante los festejos del plantel de River por la obtención del campeonato local, el Pity participó de la celebración en el Monumental como un integrante más del equipo. Fue compañero de muchos de ellos: Franco Armani, Milton Casco, Jonatan Maidana, Enzo Pérez, Ignacio Fernández y Lucas Beltrán, entre otros. Y con varios de los que no jugó se lleva muy bien: Agustín Palavecino y Esequiel Barco son dos de ellos. En esa fiesta, Palavecino le pidió que vuelva a River cerca de la mirada de un periodista y Pity le dijo, entre risas y en alusión al gran poderío que tiene hoy el equipo: “Si vuelvo, soy suplente”.
En realidad, el inminente regreso de Martínez a River comenzó a gestarse unos días antes. El presidente de River, Jorge Brito, consultó a los médicos acerca de la condición física del zurdo. La respuesta fue música para los oídos del dirigente. “En un mes y medio estará para jugar”, le dijeron. De inmediato le trasladó la inquietud a Martín Demichelis y el director técnico se mostró interesado, especialmente porque existen chances firmes de que Nicolás De La Cruz sea vendido en este mercado de pases.
De La Cruz tiene una promesa de venta desde que en noviembre del año pasado decidió renovar su contrato con River hasta diciembre de 2025 pese a que tenía la posibilidad de irse con el pase en su poder. Y ahora es pretendido por la Lazio y por Al-Duhail, el equipo qatarí cuyo técnico es Hernán Crespo. Se espera que ambos clubes realicen ofertas por él más temprano que tarde.
Al margen de esa situación, Pity almorzó recientemente con el manager Enzo Francescoli y con Leonardo Ponzio, quien secunda al uruguayo en la secretaría técnica de River. Y les pidió que hagan lo posible por acordar su regreso para este mercado ya que quiere quedarse en Buenos Aires sin tener la necesidad de regresar a Riad para concretar su salida de Al-Nassr.
Pity había prometido ya desde hace dos años su regreso a River, aunque no tan rápido como parece que ocurrirá. A juzgar por las repercusiones que generó este nuevo escenario, todo River espera con los brazos abiertos a uno de los máximos héroes de la gesta de Madrid ante Boca.
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