Este sábado Fernando Alonso cumple 42 años y es historia viva del automovilismo porque a su edad se muestra muy vigente y es “el mejor del resto”, detrás de los pilotos de Red Bull en el campeonato de la Fórmula 1. Esta temporada sumó seis podios en once carreras con un competitivo Aston Martin AMR23. Pero ahí el factor humano hace diferencias para el español sea protagonista. Se trata de una disciplina oriental a la que se sometió para poder estar en su mejor momento físico y explotando al máximo su talento y su gran carta ganadora, su mente de acero.
Hace dos décadas logró en Hungría su primer triunfo en la F1. En 2005 y 2006 el asturiano consiguió con Renault sus dos títulos en la Máxima. En 2007 buscó el tricampeonato en su pase a McLaren y se encontró con un joven de 22 años que fue su nuevo compañero de equipo y principal, Lewis Hamilton. Su fuerte rivalidad y la interna desatada en el team inglés hicieron que ambos perdieran el título a manos de Kimi Räikkönen, quien le dio a Ferrari la última corona en el Campeonato Mundial de Conductores.
Pasaron los años y puede decirse que el asturiano se rehizo tras situaciones adversas. Las frustraciones con los tres subcampeonatos en Ferrari (2010, 2012 y 2013) y el fracaso de la remake entre McLaren-Honda (de 2015 a 2017), produjeron un efecto de retroalimentación combativa en Alonso, que además potenció una coraza mental que le permitió reinventarse.
Pese a ser el centro de los memes, se mantuvo estoico y su perseverancia le devolvió de a poco su sacrificio. También mostró su actitud y no exteriorizó su bronca, como la inolvidable postal de Brasil 2015, donde otra vez tuvo fallas con su McLaren y se sentó a tomar sol cerca de una de las curvas del Autódromo José Carlos Pace de Interlagos.
El último romántico del automovilismo y su pasión por la velocidad lo llevó a probarse en las 500 Millas de Indianápolis y en su debut en 2017 clasificó quinto, fue protagonista en carrera y una falla en el motor lo marginó. Volvió a intentarlo en 2019 y quedó eliminado en la clasificación por Kyle Kaiser, el piloto del equipo de Ricardo Juncos. Otra vez Fernando fue apuntado en las redes que se mofaron de él.
Además, corrió en el Campeonato Mundial de Endurance (WEC por su sigla en inglés) y fue compañero del argentino José María López en el equipo Toyota Gazoo Racing. Con el Sport Prototipo nipón ganó dos veces las 24 Horas de Le Mans (2018 y 2019) y fue campeón en la temporada 2018/2019.
Los nuevos desafíos siguieron. También se animó al Rally Dakar y en 2020 fue cuarto en la última etapa y 13° en la clasificación general. En la preparación para esa carrera pasó 48 horas por la Argentina en noviembre de 2019 y brindó una exhibición en el circuito de tierra que Toyota tiene en Zárate. Infobae pudo compartir una vuelta y la sensación fue que el asturiano siempre había corrido en el rally raid, pero hasta ese momento era un mundo completamente diferente a lo que estaba acostumbrado. Domó esa camioneta Hilux como si la hubiese manejado toda su vida.
Alonso supo esperar. Se bancó las críticas en su retorno a la F1 en 2021. Volvió a ser el centro de las bromas por el triunfo de su joven compañero de equipo, Esteban Ocon en Hungría. Pero los grandes saben moverse también abajo del auto. En 2022 caminó los boxes, tejió alianzas, hizo inteligencia y averiguó dónde iba a tener –quizá- su última chance de ganar una carrera en la Máxima. El lugar estuvo en Aston Martin, que ya contaba con el desarrollo de un ingeniero ex de Red Bull.
Alonso supo que Aston Martin iba a pegar un salto de calidad en 2023 y para encarar -quizás- una de sus últimas chances de ganar una carrera en la F1. En la pretemporada llevó a cabo una preparación física extrema. A fines de diciembre, mientras el resto de sus colegas estuvo de descanso, disfrutó de las Fiestas de fin de año y se divirtió con algún que otro viaje exótico como el que hizo el propio Hamilton a la Antártida, Alonso comenzó su pretemporada. Primero con otras dos pasiones suyas, el ciclismo y acelerando sobre un karting en la pista que tiene en su museo de Oviedo.
En enero continuó sus trabajos con un súper y exigente plan en la nieve junto a sus fisioterapeutas Edo Bendinelli y Fabrizio Borra, en una costumbre que comenzó hace tres años y llegó a entrenar a 2.600 de altura. Este año en pleno invierno europeo se instaló en una zona montañosa de Italia llamada Val Gardena. Largas caminatas diarias bajo el frío y el peso de la nieve, subidas y bajadas y corridas por la mañana con temperaturas bajo cero, le dieron forma un entrenamiento físico del más alto nivel.
Fernando supo que si iba a que sacarle el jugo al nuevo Aston Martin debía estar al 110 por ciento del nivel físico. No desentonó y desde los ensayos preliminares de la F1 asomó. El flamante AMR23 de la escudería inglesa tuvo un salto de calidad respecto del auto del año anterior y Nano consiguió seis podios en las primeras ocho fechas: fue tercero en Bahréin, Arabia Saudita, Australia y Miami, y luego segundo en Mónaco y Canadá.
Detrás de los dos pilotos de Red Bull, el sólido líder del campeonato, Max Verstappen y Sergio “Checo” Pérez, se ubica Alonso, que hace la diferencia y suma 139, el triple de los que cosechó su compañero de equipo Lance Stroll (24 años / 45 unidades), hijo del dueño de la escudería, Lawrence Stroll.
Pero para mantenerse en el más alto nivel deportivo Alonso no se detiene y en los días entre carrera se lo puede ver entrenando al máximo. Su aspecto físico mejoró con el correr del tiempo y si se compara una foto de sus inicios en la F1 con una actual la diferencia es elocuente.
Hasta este fin de semana, Alonso, desde su debut en 2001 (salvo los años ausente en 2019 y 2020), corrió 366 Grandes Premios de F1, ganó 32, logró 104 podios (1 cada 3,5 carreras), 22 poles positions y 23 récords de vuelta. Es una leyenda viva del automovilismo y el único corredor en la actual F1 que manejó motores V10, V8 y los híbridos. Superó los 40 años y es competitivo. Una especie de homenaje a aquellos veteranos héroes del inicio de la categoría en los años cincuenta. Cabe recordar que Juan Manuel Fangio logró su quinto título con 46 años, pero en una época totalmente diferente.
Fernando se basa en cuatro claves:
Sale de su zona de confort. Siempre busca nuevos desafíos. Su personalidad lo lleva a poder abordar un nuevo escenario y adaptarse rápido a los cambios. No se duerme en los laureles. Supo que se expuso con apuestas a otras disciplinas en el automovilismo, pero no le importaron las críticas. No deja nada librado al azar y está en todo.
Determinación. La prioridad en su vida es el automovilismo y por ahora está focalizado en su carrera deportiva. Su filosofía lo lleva a tener en la mira un objetivo que es estar lo más adelante posible en cualquier condición. Basa su desarrollo profesional con la premisa de “mejora constante”, sin dar un paso hacia atrás. Su campaña deportiva es como un túnel en el que final parece cada vez más lejos. Una vez que termine su periodo en las pistas, es posible que regrese al Rally Dakar, donde no sería de extrañar que siga los pasos de su compatriota, Carlos Sainz, que a sus 61 años sigue siendo protagonista en la carrera más dura del planeta.
Trabajo duro. No para. Es una máquina constante que abajo del auto está siempre buscando perfeccionarse más allá de lo físico. Tareas en simulador, ejercicios de concentración para mejorar los reflejos, estudio y análisis de todo lo que pasa con el coche, comunicación constante con sus mecánicos e ingenieros. Su empatía con todos y cada uno de los integrantes de su equipo es algo que siempre trasladó al ambiente y eso fue lo que le permitió estar un paso adelante a la hora de tomar una decisión. Alguna vez pudo salir mal, como su retorno a McLaren, pero en aquella ocasión fue por el desafío ante el retorno de Honda como motorista a la Máxima.
Concentración. Su disciplina al estilo oriental es una de claves de su vigencia. Su factor psicológico y fortaleza mental son elementos tan determinantes como su talento. Nada pasa a su alrededor en la previa de una carrera. Asimiló los golpes y errores de una manera tal para poder seguir adelante. Si hicieran una película de su vida el slogan podría ser “Retroceder nunca, rendirse jamás”, como el nombre del film de los años ochenta que protagonizó Jean-Claude Van Damme.
Mirada “asesina”
Para profundizar el panorama Infobae habló con el periodista español Fabio Marchi de Mundo Deportivo y cuenta que “uno de sus fisioterapeutas, Edo Bendinelli, lo que más destaca de él es su mentalidad. Cómo enfrentó este reto. Sobre todo, es que no se dejó ir en los años malos. Cuando no tenía coche seguía con esa mentalidad ganadora. Eso se puede ver en todo lo que hace. Su planificación, entrenamiento. Él vive por y para correr”.
“Una vez hablando con Pedro de la Rosa (ex piloto de F1) me decía ‘lo fácil para un campeón era bajar el listón cuando no tenía un coche para ganar’. Pero sus máximas fueron que ‘si el coche está para ser quinto, yo voy a ser cuarto. Si estás para ser sexto, yo voy a ser quinto. Siempre maximizar el coche’”, agrega.
“Siempre piensa en que la oportunidad va a llegar algún día. Por eso siempre se mantuvo al máximo. Fernando lo que hizo muy bien fue mantener esa mentalidad de hierro para seguir siendo competitivo. Esas ganas de luchar, esa esperanza de algún año va a tener un coche le permitió mantener el nivel al máximo. A eso se le suma toda la experiencia que ganó en otras categorías y el paso de los años”.
“Uno de los puntos clave que tiene es la capacidad de leer la carrera. Por ejemplo, compartió el reparto de frenada correcto (N. de la R: valores que los pilotos van modificando en busca de la vuelta perfecta) a su compañero de equipo, Stroll. O tuvo la posibilidad de ver el sobrepaso de Stroll en Miami, a 300 km/h entre muros. En Australia, en el relanzamiento final que tuvo un toque con Sainz, en lugar de quejarse, estuvo pensando que en el relanzamiento de 2022 en Silverstone y supo maximizar la carrera”, añade.
Otro punto importante es su aporte técnico, que lo llevó a ser casi otro “ingeniero de pista”: “Tiene experiencia en los ajustes. Los diversos ingenieros de los equipos o de Pirelli afirman que nunca han visto a alguien que cuide tanto los neumáticos. Si hablas de frenos, la gente de Brembo dice lo mismo. En cualquier aspecto siempre mantuvo la excelencia. Alonso lo dijo, que ‘se sigue divirtiendo y vive por y para correr’”.
“Cuando estaba en el WEC decía ‘si fuera por mí, correría cada domingo’. Entonces se iba a la pista de karting que tiene en su museo de Oviedo y practicaba allí o en carreras amateurs de karting en Asturias”, revela Fabio quien recuerda una anécdota: “Por ejemplo, en unas Seis Horas de Spa, en 2019, que nevó y fue una carrera durísima en lo físico y en lo psicológico para los pilotos, él ganó y luego en una rueda de prensa con periodistas españoles dijo ‘bueno, ahora me subo al avión que mañana tengo una carrera de karting en Asturias. Tengo que mirar a los rivales porque hay un piloto que es muy bueno. Hablo en serio y tenemos que ganar’.
Además, insistió en “esa mentalidad de no perder por nada. Es una de las claves, pese a los años complicados, el no bajar los brazos, el no bajar la guardia, sumado a su talento y capacidad de leer las carreras es un piloto completísimo. Es uno de los pocos casos en la historia o quizás el único”.
“Pedro de la Rosa también me decía en una entrevista que Fernando tiene la misma mirada de ‘killer’ (asesino) cuando compartía equipo en McLaren y en Ferrari. Pedro era piloto de reserva. Tiene la misma mirada asesina e incluso la ha incrementado. Siempre preparándose al máximo, sin querer perderse nada y aprovechar cada día. Si algo quiere es siempre rozar la experiencia. Él siempre se exige al máximo y le molesta mucho que alguien de su entorno o su equipo no lo haga. Eso encontró en Aston Martin, un equipo que tiene las mismas ambiciones y quiere ganar. Si tú ves a un equipo que está trabajando con la misma fuerza que tú y quieren lo mismo que tú, eso te llena más de energía. Se ha encontrado en un proyecto que va de la mano con lo que quiere él y está como nunca. Está como un niño con zapatos nuevos. Aunque el proyecto sea a largo plazo y no sabemos si va a ganar o si va a luchar por títulos, en uno, dos, o tres años, o quizás cuando él lo deje, dejará el legado para que otro piloto de Aston Martin pueda ganar. Aunque no se sabe eso o si puede llegar ese día en el que Fernando pueda luchar por triunfos o por títulos y por eso está al máximo”, concluye.
Fernando Alonso es el hombre que le ganó al tiempo. Llegó a sus 42 años en un momento superlativo de su campaña. No pasa por si gana o no una carrera. Lo más importante es su vigencia en el más alto nivel. En una temporada marcada por el dominio aplastante de Red Bull con Verstappen y más allá de los altibajos de Checo Pérez, el español es el mejor del resto. Su ejemplo inspira a muchos pilotos y cualquier otro deportista.
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