La última fecha de la Liga Profesional iba a tener una fiesta en Santiago del Estero. El Estadio Único Madre de Ciudades vivió el encuentro entre Central Córdoba y Atlético Tucumán con 10 mil hinchas visitantes que llegaron para alentar a su equipo en el cierre del campeonato, pero la violencia volvió a tener su capítulo aparte antes del primer cuarto de hora.
Ya en los primeros instantes de la historia, la transmisión oficial de TNT Sports informó sobre los incidentes que se comenzaron a registrar en una de las tribunas del reducto. A pesar de estos avisos, el árbitro Andrés Gariano dejó correr el juego hasta que el reloj marcó los 10 minutos de la etapa inicial. Según los periodistas presentes en el campo de juego, los fanáticos del Ferroviario detectaron que había hinchas del Decano infiltrados en las gradas y los obligaron a marcharse de ese lugar.
Esta decisión provocó una serie de corridas por parte de algunas personas y los simpatizantes de la visita se alojaron en un costado para resguardarse de cualquier represalia. Los jugadores de ambos conjuntos se acercaron para pedir tranquilidad con la iniciativa de volver a jugar un encuentro clave con vinculación a la pelea para evitar el descenso. La preocupación se acrecentó ya que había familiares de los futbolistas en las butacas.
Con el transcurso del cronómetro, Gariano fue postergando el reinicio y brindó su testimonio: “Lo estamos manejando nosotros. Voy a hablar con el jefe del operativo para que me den las garantías. Ahora, los jugadores entrarán en calor hasta que se calme la situación”. Además, hizo mención a los movimientos existentes con los seguidores locales, ya que minutos antes de sus dichos habían intentado desplazar de cuajo una barra metálica que separa a las tribunas para confrontar con sus pares tucumanos.
Instantes después, tuvo la charla con el encargado del operativo policial. “¿Tenemos las garantías?”, le preguntó al oficial y la respuesta afirmativa aceleró la vuelta de las acciones tras casi media hora de parate. “Necesito que se quede acá por cualquier inconveniente”, le espetó el juez, atento a cualquier inconveniente que recrudezca la situación. Finalmente, el encuentro se reanudó 35 minutos más tarde.
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