Apenas dos días después de cumplir 19 años, Valentín Barco volvió a confirmar que es una de las máximas promesas del fútbol argentino. El juvenil montó un verdadero show en el duelo entre Boca Juniors y Newell’s en La Bombonera por la anteúltima fecha de la Liga Profesional. El lateral-volante abrió el marcador y regaló una asistencia excelsa para un conjunto de Jorge Almirón que ofrece su mejor versión cuando él y Cristian Medina le sacan brillo al balón.
Corrían 21 minutos del primer tiempo cuando el Colo quebró la paridad. Tras un córner, desbordó por derecha y sacó un centro con mucha potencia, que exprimió el mal posicionamiento del arquero Lucas Hoyos, que terminó metiendo la pelota en su propio arco. En las redes arreciaron los comentarios celebrando su pegada. Y muchos, en tono de broma, compararon la conquista con una de Roberto Carlos en el Real Madrid, en la que, sin ángulo. se animó a pegarle al arco y batir al portero adversario.
No se quedó en el festejo. Continuó asociándose y desequilibrando, como a los 41′ de acción, cuando volvió a romper por afuera, tiró un caño en el área y, en el momento en el que se disponía a patear, fue molestado.
Pero se tomó revancha con su calidad en el amanecer del complemento. Boca sacó del medio y no le permitió tocar el esférico a su rival. Equi Fernández amplió para Barco, quien a la carrera ejecutó un centro delicioso, con pegada de enlace. De arremetida, Medina se anticipó a Hoyos (otra vez salió sin convicción) y rubricó el 2-0 en apenas 18 segundos.
* El caño del Colo dentro del área que enloqueció a los fanáticos del Xeneize
La sociedad entre el zurdo y Medina encendió las ilusiones de los hinchas, sobre todo pensando en el duelo del miércoles ante Nacional en Montevideo, por la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores. Tal vez pensando en eso, Almirón no lo quiso arriesgar. A los 20 minutos de la segunda parte, optó por reemplazarlo por Exequiel Zeballos. Una estruendosa ovación lo bañó de orgullo. “Olé, olé, olé, olé, Colooo, Colooo”, atronó.
* El segundo tanto del local, una obra maestra que se inició en el saque del medio y culminó en el centro de Valentín para Medina
La historia del juvenil que logró continuidad con Almirón comenzó en su pueblo, en el club Sportivo de 25 de Mayo, donde ya brillaba desde chico como delantero. Con 9 años, su talento fue detectado por el reconocido ojeador Ramón Maddoni, quien le consiguió la prueba en Boca Juniors. Luego de fichar en el club de La Ribera, Barco desplegó su talento hasta ser convocado en la selección argentina Sub 13 y Sub 15. Pero no todo fue sencillo para el Colo, ya que debió hacer sacrificios extremos junto a su familia para cumplir su sueño.
Sin lugar en la pensión de Boca, debió recorrer 450 kilómetros de ida y de vuelta desde 25 de Mayo a la Ciudad de Buenos Aires durante tres años al menos cuatro veces por semana a bordo del Renault 12 de su padre. Su mamá, Patricia, contó cómo fueron aquellos viajes. “Había veces que no teníamos nada de plata. ‘Tenemos para el gas y el peaje. Vamos y llevamos el mate’, le decía yo. ‘Sí, má, vamos’. Ha ido hasta con fiebre a entrenar, vomitando”, dijo en el medio Convergencias.
Pero los sueños están para cumplirse y Valentín atravesó los obstáculos necesarios hasta poder firmar su contrato y renovarlo hasta el 31 de diciembre de 2024, con una cláusula de salida de 10 millones de dólares. Hoy, asentado, defendió la casaca albiceleste en el Mundial Sub 20 que se disputó en Argentina y gigantes de Europa como el Real Madrid lo tienen en carpeta. Pero por ahora lo disfrutan (y mucho) los fanáticos auriazules.
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