La selección brasileña femenina de fútbol, hegemónica en Sudamérica pero sin títulos mundiales, aspira a llegar a la final del certamen que se disputará en Australia y Nueva Zelanda con un equipo renovado, pero que aún es liderado por la leyenda internacional Marta, quien fue elegida en seis ocasiones como la mejor jugadora del planeta.
Oriunda de Dois Riachos, una pequeña localidad del noreste de Brasil, la leyenda disputará por sexta vez la Copa del Mundo. “Hay muchas cosas en juego, va a depender de mucho, pero ya tengo 37 años”, declaró la figura de la Canarinha en una entrevista reciente con el canal de televisión Globo, en la cual confesó que, una vez finalizado el campeonato, podría plantearse “la posibilidad de ser madre”.
Abocada desde pequeña a su profesión, la estrella de la región forjó un carácter de lucha desde su infancia. Sus orígenes envueltos en la humildad fueron marcados a fuego cuando su padre, Aldário da Silva, abandonó a su familia y dejó a su mamá, Tereza Vieira, a cargo de sus cuatro hijas. Y la pelota apareció como recurso fundamental para abstraerse del complejo contexto. “Cuando me veían jugando al fútbol con los niños, mis hermanos mayores venían, corrían detrás de mí para llevarme a casa y yo me escapaba. La mayoría de veces no conseguían alcanzarme, porque era más rápida”, recordó en reiteradas ocasiones. Incluso en diálogo con CNN profundizó cómo fue su crianza en una sociedad que todavía no admitía a las mujeres dentro de las canchas: “Era la única niña en medio de un montón de niños y no era bien aceptada. Pero nunca desistí porque me di cuenta de que era una forma de progresar en la vida y ayudar a mi familia económicamente y de una cierta manera revertir ese papel de la mujer”.
En aquellos tiempos desplegaba su talento en el Centro Sportivo Alagoano, un equipo masculino en el que se destacó. Lo llamativo fue que un profesor de gimnasia artística llamado Julio de Frei-tas la descubrió entre los jóvenes y la ayudó a fomentar su carrera. “Era el mayor talento que había visto nunca, después de Pelé”, analizó el docente.
A los 14 años partió con un bolso cargado de ilusiones hacia Río de Janeiro. Un viaje en bus de tres días que marcó parte del sacrificio constante que hizo por el amor que sentía por el deporte. Y el Vasco Da Gama le abrió las puertas después de una serie de pruebas que cautivaron a los reclutadores. Tras dos temporadas en el Bacalhau, incursionó por el Santa Cruz hasta llegar a la mayoría de edad.
Con el pasaporte al día y un futuro prometedor, Marta emigró hacia Suecia en busca de un fútbol más profesional. Cuatro años en el Umea IK escandinavo marcaron un camino plagado de éxitos que continuó por Los Ángeles Sol de Estados Unidos antes de retornar hacia su país. Y como no podía ser de otra manera, se destacó en la tierra de O Rey y Neymar: el Santos.
Aquella etapa gloriosa junto a su gente se vio interrumpida cuando volvió a partir hacia el país del norte y vestir las camisetas de FC Golden Pride y Western New York Flash. Más tarde, regresaría al Viejo Continente para brillar en el Tyresö FF de Suecia, Rosengård (también en tierras nórdicas) y Orlando Pride, a pocos kilómetros de Miami, donde Lionel Messi revolucionó al estado de La Florida.
Para el Mundial, la Canarinha no convocó a dos de sus jugadoras históricas: Cristiane (83 goles en su selección) y Formiga (28), por lo que toda la responsabilidad en trasladar su experiencia estará en la legendaria goleadora que festejó con 119 tantos. La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) considera que el equipo puede llegar a la final, una meta acorde con un conjunto que cuenta con 8 títulos en la Copa América, pero carece de coronas en los mundiales y los Juegos Olímpicos. Cabe señalar que su mejor participación en la Copa del Mundo fue la final en la edición que organizó China en 2007, en donde Alemania terminó en lo más alto del podio.
En la edición de Estados Unidos en 1999, Brasil tuvo que conformarse con el bronce y en sus dos últimas participaciones, en Canadá 2015 y en Francia 2019, fue eliminada en octavos de final. Para el torneo que se disputará en Oceanía, la Canarinha renovó sus esperanzas luego de clasificar con la conquista continental en Colombia, donde el conjunto ganó en todas sus presentaciones, con veinte goles a favor y ninguno contra.
Sin embargo, en abril de este año cayó por penales en la Finalissima contra Inglaterra, tras iguala 1 a 1 y en el mítico estadio de Wembley celebraron las campeonas europeas. “Yo no vi jugar a Pelé, pero vi a Marta”, es una de las canciones que suenan habitualmente en las tribunas brasileñas. Y Marta responde con entusiasmo: “Yo voy a soñar siempre con conquistar un Mundial con la selección brasileña o una medalla de oro. Me gustaría mucho tener la oportunidad de cerrar mi carrera con un oro para Brasil”. La leyenda está ante una nueva oportunidad. Tal vez la sexta (ni Messi, ni Pelé ni Maradona, por nombrar leyendas, llegaron a esa cantidad), sea la vencida.
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