Las perlitas de la apertura del Mundial femenino 2023 y la historia de la argentina que participó del show

Romina Branssesco fue una de las integrantes del elenco que saltó al campo de juego del Eden Park de Auckland para marcar el inicio del certamen

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La ceremonia de apertura marcó
La ceremonia de apertura marcó el inicio del Mundial femenino (Foto: Reuters/David Rowland)

(Desde Nueva Zelanda) El inicio del Mundial femenino tuvo su clásica ceremonia de apertura en el Eden Park de Auckland y en Infobae decidimos meternos en el detrás de escena del show de apertura. Un espectáculo cosmopolita pero bien arraigado a la cultura local. Identidad y multiculturalismo sería la definición correcta para la apertura del Mundial femenino del 2023.

La unidad estuvo presente en todos lados. El show principal con una cantante de cada uno de los países co-anfitriones, la pelota Oceaunz, los artistas voluntarios representando a todas las naciones, el público cantando y hablado en diferentes idiomas, los tambores maoríes, las frases impulsadas por la ONU, los colores y las camisetas.

Romina Branssesco es una de las argentinas que lució los colores de la patria en la ceremonia inaugural. Ella entró corriendo al campo de juego vestida con la bandera de los colores de la novena edición de la Copa del Mundo femenina. La joven argentina llegó a Nueva Zelanda en 2015 junto a Fede, su pareja, desde allí el país les abrió las puertas y los dejó ser parte de la historia en estas latitudes. “Encontramos acá la libertad y la paz que necesitábamos en nuestra vida así que decidimos quedarnos y hoy en día nosotros ya somos ciudadanos ‘kiwis’. Por lo que Nueva Zelanda es nuestra segunda casa” contó Romi emocionada.

La vida aquí y la gran cantidad de latinos migrando para tierras maoríes la llevaron a iniciar un proyecto de comunicación. ‘Y un día nos fuimos’ nació hace 3 años para dar respuesta a todas esas personas que salían de su país en busca de aventuras, sueños, proyectos, una mejor calidad de vida o todas ellas juntas. “Me tomé muy en serio este trabajo e intento informar siempre de manera responsable y honesta” a través de las redes sociales.

Más allá de que Romina es una referente para toda persona que arriba a Nueva Zelanda, ella también inició con sus sueños y proyectos. Así llegó a ser parte de la inauguración del Mundial. “Hace unas seis semanas encontramos un anuncio en Facebook que buscaban gente para la ceremonia de apertura, una amiga me lo mandó y me anoté”, casualidad o casualidad Romina Branssesco formaba parte de las elegidas.

Las primeras reuniones fueron en una escuela, al norte de Auckland en el barrio de Albany. “No teníamos la dimensión de donde estábamos ensayando, ni hacia dónde íbamos, que era el Eden Park. Los primeros ensayos fui sola y me encontré con 4 o 5 argentinas y como 30 latinos y eso estuvo increíble, nos reconocíamos por el acento”. Había participantes de los cinco continentes.

En cada ensayo nos enseñaban una parte de la coreografía diferente. No terminamos de darle el toque final hasta que ensayamos en el Eden Park el domingo pasado. Solo tuvimos dos ensayos en el estadio y estaba Benee -la cantante neozelandesa- que es super conocida y fue emocionante estar frente a una famosa”. Los bailarines formaron algunas figuras además de danzar al compás de la música y ninguno podía imaginar cómo sus movimientos se fusionaban para que desde las alturas se formaran animales y hasta el logo del Mundial. “Es increíble como tanta gente puede estar coordinada al mismo tiempo para hacer un espectáculo, porque en el anuncio no decía que tenías que tener habilidades particulares, solo ganas de participar”.

"Hace unas seis semanas encontramos
"Hace unas seis semanas encontramos un anuncio en Facebook que buscaban gente para la ceremonia de apertura, una amiga me lo mandó y me anoté"

Pero la magia no se hizo sola, como contó Romina: “Nosotros estábamos todos con un auricular escuchando al coreógrafo, me pareció fantástico el equipo de producción. Desde el día uno estuvieron cuidándonos, siempre tirando buena onda y diciendo que todo estaba bien”. Y eso ayudó mucho a que en cada ensayo se viera el progreso. El único pedido que recibieron es que nadie publicara nada sobre la apertura del evento, así la primicia sorprendía al mundo.

El 20 de julio era el día esperado y así fue, con la intensidad y la emoción que generan las grandes cosas, los anhelos y el amor por la patria. Desde temprano los artistas estuvieron en el sector preparado para el staff hasta que se hicieron las 18.00 (hora de Nueva Zelanda) y debieron alistarse. “Nos avisaron que quedan 5′ para el inicio. Estábamos todos en el túnel para entrar e íbamos viendo que en la tribuna se veían unos huecos, nosotros decíamos no debe haber mucha gente, pero cuando salimos y vimos todas las personas con los celulares fue increíble. Se me puso la piel de gallina y dije Romina tiene que salir todo bien, vos sonreí y salió todo bien”.

Sin dudas había mucha gente, 42.137 personas marcó el cartel de aforo. En un estadio que tiene una capacidad total de 48.276. En Oceanía los deportes por excelencia son el rugby y el críquet por lo que su historia futbolística es bastante escasa. El estadio recibió su primer partido de fútbol profesional en noviembre de 2011. Por lo que el número de espectadores en el match de apertura fue muy significativo.

“Sentir que la gente coreaba fue increíble, fue la mejor parte. Me pregunté ¿qué estará viendo la gente que nosotros no estamos viendo? Dije: Realmente estoy formando parte de esta ceremonia de apertura que va a quedar en la memoria de la gente. Fue por lo que elegí estar, para ser parte de la historia, estoy contenta, orgullosa y feliz de haber representado a Argentina”.

La emoción que sintieron ellos desde adentro se trasladó a las tribunas. Gritos, aplausos, fotos, videos y mucha emoción. La velada terminó con broche de oro para las locales que festejaron el triunfo histórico. Así es, Nueva Zelanda le ganó a Noruega por 1 a 0. Y dieron la vuelta olímpica como si hubiesen salido campeonas, ya que obtuvieron por primera vez una victoria en una Copa del Mundo. En su casa, con los gritos de los Kiwis y de todos aquellos habitantes que llegaron desde lejos pero que aquí encontraron su casa.

Una de las escenas de
Una de las escenas de la ceremonia (Foto: Reuters/David Rowland)

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