Argentina está lista para tomar por sorpresa la Copa del Mundo femenina de fútbol Australia y Nueva Zelanda 2023. La preparación de la Albiceleste fue histórica y por primera llega con rodaje y trabajo a la máxima cita, en la que compartirá el Grupo G con Italia, Sudáfrica y Suecia. La mente maestra detrás de la evolución en el último tiempo fue Germán Portanova, entrenador del combinado nacional, quien a sus 49 años indica estar “en el lugar donde siempre soñó”.
El ex defensor central recibió a Infobae en el predio de la AFA, realizó un análisis previo al Mundial y analizó el presente de la rama femenina en el país. “La verdad es que tenemos mucha fe. No sé si es el Mundial para pasar de fase. Creo mucho en el momento, en cómo van a estar las jugadoras en su parte personal, familia, físicamente. Intentaremos llevarlas al pico y después es ir y jugársela. Ir sin miedo y no salir en búsqueda de un resultado sin mostrar el trabajo”, admitió confiado sobre la preparación de las últimas semanas.
- Falta apenas un puñado de días para el arranque de una nueva Copa del Mundo. ¿Cómo estás vos? ¿Cómo se transitan estos momentos previos?
- Los días de repente son distintos. Hay días en los que estamos un poquito más ansiosos y enfocados en lo que puede ser nuestro juego y nuestra esencia, que no queremos perderla más allá de las adversidades que puedan aparecer en el Mundial. Sabemos que un Mundial es lo máximo que nos puede tocar y poder vivirlo genera mucha expectativa y felicidad. No tenemos que olvidar que tenemos disfrutarlo trabajando mucho y dar lo mejor. Estos días me encuentran algunos ansioso, otros más tranquilo. Con ese pensamiento de querer y poder jugar bien.
- ¿Sos capaz de desconectarte un poco de la selección argentina o está en tu mente las 24 horas?
- Es difícil desconectar. Llego a mi casa y vuelvo a repasar algunos partidos o veo situaciones de los rivales. Trato de desenchufarme, pero muchas veces en estos tiempos sigo con el pensamiento en estos tres partidos, que esperemos que sean muchos más.
- En tu casa, con tu esposa e hijo, ¿tienen dimensión de tu rol? ¿Te acompañaron durante todo este proceso?
- Fui jugador de fútbol con una mentalidad de mucho cuidado y detalles. Eso lo trasladé a director técnico. Ellos conocen mi pasión y amor por este trabajo. Hay veces que me dicen ‘tenés que dormir más’ o ‘tenés que descansar’ para estar lúcido en los pensamientos. Pero también me conocen, son muchos años y la verdad es que me contienen bien.
- Durante tu carrera como futbolista, ¿viste venir esa transición a director técnico?
- Si bien nunca pensé en mis últimos años de ser técnico, yo pensaba en jugar lo mejor posible. Mis últimos ocho años fueron en Italia y creo que ahí me fui formando como técnico. Fui capitán en los últimos cuatro equipos y en Italia la figura del capitán es muy importante por el calibre de decisiones que tiene que tomar a lo externo que es un partido: la vestimenta, los horarios, lo decide todo el capitán. Ahí me fui armando, liderar de alguna manera desde el convencimiento para después construir. Los últimos meses recuerdo que el técnico tuvo un inconveniente de salud y fui un jugador-técnico en el último equipo, Sportivo Porto Corallo. Después mi llegada a Buenos Aires es medio repentina porque mi mujer tuvo un problema de salud, mi hijo comenzó la escuela acá y nos instalamos definitivamente. La operación de mi mujer por un fibroma nos estableció en Argentina y me tocó estar en UAI Urquiza, donde me dieron la libertad de trabajar.
- ¿Tu retiro del fútbol fue premeditado o consecuencia de una serie de eventos que te llevaron a eso?
- Mi retiro fue pensado. Tengo cuatro operaciones en la rodilla y en los entrenamientos se me inflamaba, tenía que tomar mucho antiinflamatorio. Era perjudicial para mi salud. Lo venía pensando pero creo que el fibroma llevó al regreso. Tuve la posibilidad de ir a Deportivo Morón, club del cual soy hincha, pero decidí terminarla. También el pasar de algo bien organizado en Europa donde sólo pensaba en jugar a un equipo del ascenso argentino capaz que no iba a estar bien de la cabeza. Era yo el que iba a estar como sapo de otro pozo. Decidí terminar ahí e iniciar con la carrera de entrenador.
- ¿Apenas te instalaste en Argentina te metiste en el fútbol femenino?
- No. Cuando llego tengo un amigo que tiene una fábrica de zapatos y no puedo estar parado. Me dijo “vamos a invertir en un par de modelos” y la verdad que yo no sabía nada de eso, pero él tenía los clientes, la fábrica, todo. Por suerte nos fue bastante bien, pero en su momento no llegué a un año que me ofrecen ser director técnico de juveniles masculino en UAI Urquiza y no lo dudé ni un segundo. Si bien en ganancia económica pasé de100 a cinco, así de porcentaje, juveniles no se gana tan bien en equipos de ascenso. En la fábrica no veía el sol, estaba de siete de la mañana a siete de la tarde, o poco menos. Era como muy difícil para mí no ver el sol, no trabajar al aire libre, muy acostumbrado a lo que era como jugador toda mi vida. Esto creí siempre que es lo mío, que nací para esto y era una puerta. Y creo que no me equivoqué, me volqué completamente en hacer lo que amo. Es lo que le aconsejo a mi hijo, que estudie...
- ¿Cuántos años tiene?
- 22. Que estudie, que busque un camino a lo que ama. Que trabajar de lo que uno ama y lo que a uno le apasiona es lo mejor que te puede pasar. Podemos terminar hoy por ejemplo a las dos de la tarde o a las siete de la tarde que es pasión. No es que estás esperando marcar tarjeta para irte. Creo que armar un camino sobre lo que uno ama es muy importante. Somos privilegiados de poder hacerlo y, bueno, trataremos de dar lo mejor ahora en lo que nos toca que es el Mundial.
- ¿Venís de una familia que no tuvo problemas en lo económico?
- La verdad es que cuando era chico no me faltó pero tampoco sobraba. Yo le cuento a mi hijo que si íbamos a una pizzería con mi familia era una fiesta o ciertas comidas eran únicamente para festejos. Era una familia trabajadora, con mucho amor. Para hacer realmente lo que amaba, tenía un montón de trabajos. En un principio tenía tres categorías de UAI Urquiza, después pasé al femenino, tuve una escuelita social en Villa Lynch de chicos de nueve años, un grupo de otro club en Ramos, para tener un suelo digno para darme algún gustito tenía todos esos trabajos. Después te vas armando, haciendo un nombre y a la hora de cobrar un sueldo aumentó.
- En 2013 incursionás por primera vez en el fútbol femenino, ¿con qué te encontraste?
- Siempre con juveniles ascenso masculino... Se juega mucho al resultado lamentablemente. Es algo que tenemos que cambiar, que los dirigentes puedan bancar un proyecto o una idea. Que los niños o niñas se desarrollen y puedan formarse. Ahí intenté mostrar una idea diferente y formar al jugador para la Primera. La Quinta, Cuarta, Sexta campeona es beneficiosa para los técnicos pero que tienen que ser más formadores que competidores. La idea es mejorar al jugador, de eso se trata. A raíz de este sello, me ofrecen el femenino de UAI y me dicen ‘entrenalo una semana y el viernes me decís’. Estábamos en Lynch, me acuerdo como si pasó ayer, y viene Ramiro Pérez, un dirigente, a preguntame cómo lo veía. “Esto es lo mío”, le respondí. Habían pasado 20 minutos de la primera práctica. Vi que estas jugadoras querían crecer, tenían buena predisposición, todo arrancó como anillo al dedo. Yo soy constante con una idea de crecimiento, de poder aprender a cualquier edad y ellas igual. Querían jugar, jugar bien, crecer y tuve la suerte de tener un gran equipo. Muchas de ellas en la Selección, Boca venía de una seguidilla consecutiva campeón y le sacamos el trono. Eso me dio un empujón en cuanto a mi nombre y en lo económico.
- ¿En qué momento de tu vida aparece la oportunidad de la selección argentina?
- Nunca tuve un contacto con nadie de AFA, sí con clubes del exterior. Hay cosas que suceden y Dios te va llevando. Soy muy creyente y es parte de mi vida dejar las cosas en manos de Dios. Justo en ese entonces tenía una oferta muy fuerte de Santiago Morning, hoy en día me hablo con su presidente, y salió lo de la Selección. Primero hubo una charla y cuando me eligieron no lo dudé ni un segundo.
- “No importa a veces el resultado abultado siempre y cuando se mantenga la idea”, dijiste en una entrevista. ¿Es el momento ideal para aplicar estas palabras?
- Mi frase se traslada a todos los partidos. Nosotros podemos jugar con cualquier selección y tranquilamente podemos perder. Nosotros estamos en un proceso y con Suecia obviamente va a ser un partido muy difícil; ellas nos superan en lo que fue la apertura mental de su trabajo hace muchísimos años en el fútbol femenino. Recién ahora en Argentina se la ve a la mujer, a la niña, a la joven jugar y se la ve de otra manera. Por lo menos desde mis alrededores. Antes ver una mujer jugar, hace pocos años en Argentina, era mirar así o abrir los ojos sorprendido o ‘¿qué está haciendo?’. Bueno, eso ha sucedido en Suecia hace muchísimo tiempo, llevan un trabajo, tienen roce muy bueno. Suecia, Italia también más allá de que está un poquito más arriba... abajo en el ranking pero son selecciones muy fuertes. También Sudáfrica, que está abajo nuestro entre comillas, pero es campeón de África con sus jugadoras veloces... Cada selección tiene su forma de jugar. Estamos en un Mundial. Llegar a un Mundial y decir ‘no, ¿por qué me tocó este?’... Si no te tocaba esta, te tocaba la otra. Para nosotros los tres países son muy difíciles e intentaremos hacer lo que venimos haciendo, trabajando. Es parte del camino. Lo importante es no frenar por resultados, lo importante es ‘no sirve porque perdimos’, ‘no sirve lo que estamos haciendo’ y eso de que por el resultado sirve o no sirve dejarlo. Yo en esto, como resalto a UAI también resalto a AFA, de bancarme en lo que respecta a la filosofía de juego, en bancarme lo que es el trabajo más allá de resultados, entender que comenzamos muy tarde como país, Sudamérica comenzó tarde más allá de Brasil y que es un camino. Si bien nosotros estamos creciendo, toda Sudamérica viene creciendo y Europa sigue creciendo, las selecciones, el fútbol femenino en general no tiene paso atrás. Intentaremos arrimarnos cada vez más a las potencias. Creo que la forma es intentando jugar de igual a igual. Sé que podemos perder abultado haciéndolo de esa manera porque nos descubrimos, pero creo que es la forma de jugarla, de creer en nosotros también si bien tenemos que tomar recaudos y ser equilibradas. Ir a jugar estos partidos con todo lo que tenemos, con toda esa pasión, ese amor que nos caracteriza. Pero también sabiendo los detalles de los rivales y sin perder nuestro trabajo, nuestra esencia.
- ¿Es la mejor chances que históricamente tiene Argentina para ganar su primer partido en un Mundial?
- Son todas jugadores que llevan un proceso, capaz no fue el mejor, porque las más grandes no tuvieron juveniles. La verdad es que tenemos mucha fe. No sé si es el Mundial para pasar de fase. Creo mucho en el momento, en cómo van a estar las jugadoras en su parte personal, familia, físicamente. Intentaremos llevarlas al pico y después es ir y jugársela. Ir sin miedo y no salir en búsqueda de un resultado sin mostrar el trabajo. Sería perder todo lo que venimos haciendo. Creo que eso sería perder. Jugar de otra manera y ganar un partido, sería retroceder. La idea es seguir este camino de mentalidad, de plantarse. Antes Argentina comenzaba los partidos de mitad de cancha para atrás y hoy queremos jugar de nuestra manera: presionando, con nuestras salidas y teniendo un funcionamiento.
- Hay un barrido generacional notorio y el fútbol femenino lentamente va tomando más presencia en la juventud . ¿Creés que el fútbol mixto es una buena herramienta para la práctica y para captar interés?
- Para mí desde la diversión, es espectacular jugar hombre con mujeres. Desde lo profesional, hasta los 12 años es muy bueno para la niña jugar con niños. Hasta esa edad las fuerzas se pueden equiparar y la adversidad de un niño para una niña es buenísima. El gambetearlo, generar situaciones, tocar la pelota son detalles importantes en el crecimiento.
- ¿Tuviste la oportunidad de jugar un fútbol mixto alguna vez?
- La verdad que no. Estaba escondido en mi pensamiento el fútbol femenino cuando yo era jugador. La verdad que no había en la tele... No recuerdo siquiera haber visto alguna vez en la tele fútbol femenino. Estaba totalmente encerrado en la sociedad eso. Cómo fue avanzando la mujer, en el buen sentido, cómo fue tomando un lugar. No tiene paso atrás este movimiento. Hay muchas mujeres, sea jugadoras, técnicas, dirigentes, que pueden ser muy capaces de cumplir ese rol.
- Al crecer el movimiento femenino dentro del fútbol, ¿se generó una mayor competencia interna a la hora de seleccionar jugadoras?
- Totalmente. La competencia sana es lo mejor que puede suceder en una selección. Antes... sucedían tantas cosas antes. Capaz se iba a una provincia y una jugadora que entrenaba dos veces a la semana era titular en la Selección. Hace muchos años, ¿no? Hoy nos toca ver a las jovencitas porque la grande, que no puede entrenar seis veces por semana queda en el camino en lo físico o la lectura de juego.
- ¿Tenés redes sociales?
- Sí.
- ¿Consumís las opiniones de la gente?
- Tengo principalmente a raíz del crecimiento de nuestro fútbol. Entendí hace unos años que es muy importante difundir nuestro fútbol. También cuáles son nuestras realidades. En Argentina es inevitable la comparación con el masculino y es algo a años luz. Arrancando de la base de que, de 100 hombres, 99 quieren ser jugadores. En cambio de 100 mujeres, cinco quieren ser jugadoras. Dios quiera que el margen sea diferente desde la apertura mental.
- ¿Al argentino todavía le falta ese click para aceptar al fútbol femenino?
- Comparar con el masculino es inevitable y el Mundial seguro lo va a consumir gente no habitual de fútbol femenino. Capaz vamos empatando con Sudáfrica o una fecha FIFA con Islandia, que está mejor que nosotros en ranking y podríamos perder tranquilamente. Vamos a salir a ganar pero somos Argentina femenino. En crecimiento, constante trabajo y creemos en el proceso. Somos Argentina en un proceso en el que queremos más y más, pero es tiempo. Fútbol femenino en las escuelas en la parte social y que la niña hoy pueda elegir. El fútbol es popular y estamos muy contentos con eso. A mi entender elegirán muchas el fútbol y que jueguen. En mi círculo no veo esa piedra, pero seguramente en algunos sectores todavía sea mal visto. Pero creo que lo mejor que les puede pasar a los jóvenes es poder hacer lo que quieran y divertirse.
- ¿Qué le dirías a ese público que no suele consumir fútbol femenino para que los acompañe durante el Mundial?
- El hincha que sea libre de elección. Es argentino como todos nosotros, queremos representar de la mejor manera. Le contamos que somos un fútbol femenino en crecimiento que ahora, con el apoyo de Chiqui Tapia con la profesionalización, se ha avanzado muchísimo en muchos factores. Hoy podemos competir distinto. Como cuerpo técnico, junto con las jugadoras obviamente, buscamos una identidad. No queremos así porque sí las cosas, sino crear desde un funcionamiento y un juego. Creo que la gente que nos sigue está identificada con este equipo. Y a los que no nos siguen y de repente miran el Mundial, esperemos que les agrade nuestro juego y nuestro trabajo. Va a ser más dificultoso hacerlo por la dimensión de los rivales. No sólo Suecia, que está tercero en el ranking, sino también Italia y Sudáfrica. Intentaremos dar lo mejor, intentaremos darles alegría a los ojos en algunas jugadas y Dios quiera que seamos más nosotras en estos tres partidos. Significa que vamos a tener buenas salidas, vamos a intentar jugar y protagonizar los partidos. Pero seguramente estos equipos nos sometan futbolísticamente en algún momento y esclave saber soportar eso desde el sufrimiento defensivo. Siempre hablando futbolísticamente. La idea es no perder nuestra esencia y lo que venimos trabajando. Viste muchas veces un técnico al hablar de su equipo y después resulta un partido, capaz lo tildan de mentiroso porque lo sometieron o porque no la tocó el equipo. Los rivales juegan e intentaremos, sin miedo y con coraje, hacer nuestro Mundial. Queremos mostrar que la jugadora argentina no tiene sólo garra, sino que talento y una visión de juego muy buena.
- Argentina en el Mundial Femenino, por reglamento explícito de la FIFA, no va a tener estrellas sobre el escudo de la AFA. ¿Qué opinás al respecto?
- Esto puede causar un poquito de controversia, en las redes capaz. Por un lado la verdad que nosotros somos argentinos, argentinas y somos campeones del mundo con el masculino. Nos sentimos así. Y haberlo vivido con mi familia y principalmente con mi hijo, fue único y emocionante. Una alegría increíble. Con lo que respecta al fútbol femenino, estamos marcando nuestra historia. Todavía no tenemos ninguna estrella, ojalá en el futuro tengamos una de Mundial. Me parece correcto porque como argentinos llevamos las tres estrellas dentro. Eso es algo que porta la gente de manera inconsciente y la alegría es por muchas cosas. Somos un país golpeado en lo económico, sufrido y tener esa alegría que nos dieron los jugadores es importante. Pero separo eso de nuestra camiseta sin estrellas y trabajamos para algún día tener una. Igual mi sueño hoy es competir de igual a igual contra las potencias.
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