Lance Armstrong es la cara más reconocible en el mundo del ciclismo por su ascenso y descenso tan marcado en la disciplina con siete Tours de Francia ganados entre 1999 y 2005. Las acusaciones por dopaje sumadas a su posterior confesión afirmando los cargos motivaron el despojo de esos títulos que quedaron vacantes en la lista de los campeones anuales, pero no es el único nombre en la competición más importante de este deporte que está involucrado en esta problemática.
Jan Ullrich impregnó su sello en la competencia en 1997, aunque también inmortalizó su apellido con tres oros en los Campeonatos del Mundo (Oslo 1993, Verona 1999, Lisboa 2001) y llegó a ser medallista olímpico de oro y plata en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, entre sus preseas más importantes. Sin embargo, estos logros quedaron salpicados por una grave confesión con motivo del anuncio del tráiler que promociona el lanzamiento de su serie autobiográfica de cuatro episodios sobre su vida.
The Hunted tratará los entretelones personales del deportista y será estrenada en noviembre próximo dentro de la plataforma de Amazon Prime Video: “Me sentí muy mal. Abusé de la cocaína. Bebí whisky como si fuera agua. Hasta tocar la muerte”. Cabe recordar que en el lanzamiento del proyecto había declarado los lineamientos de lo que intentaría transmitir con su voz. “Últimamente se ha informado mucho sobre mí, positivo y negativo. Ahora me toca contar mi historia, toda la historia de cómo pasé de cazador a cazado. Me gustaría llevarte en un viaje a través de mi vida. Con todas las turbulencias, contratiempos y desafíos”, lanzó en septiembre pasado.
Estas revelaciones tienen un trasfondo y una historia detrás de la figura que sufrió un castigo similar a Armstrong. En 2012, el hombre de 49 años fue condenado por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) a dos años de prohibición de competir después de hallarlo culpable por doping por la llamada Operación Puerto. La suspensión se aplicó desde el 1 de mayo de 2005, ya que en esa fecha comenzó a estar involucrado en el suministro de sustancias dopantes realizado presuntamente por el médico español Eufemiano Fuentes. A raíz del inicio de esa investigación, Ullrich fue expulsado del Tour de Francia 2006 y despedido por su equipo de entonces, el T-Mobile.
El TAS puntualizó en que el atleta debía perder todos los títulos conseguidos desde esa fecha hasta su retiro, así fue como se le quitó el tercer puesto logrado en el Tour de Francia 2005, el primer lugar de la Vuelta a Suiza 2006 y la 11° etapa del Giro de Italia 2006. Sin embargo, rechazó el pedido de la Unión Ciclista Internacional (UCI) de retirarle la licencia deportiva de por vida, ya que comprobó el consumo de anfetaminas en 2002, pero se dieron al margen de la competición. Si hubiera ocurrido lo contrario, posiblemente se le hubieran quitado más logros.
Un año más tarde al fallo, Ullrich ofreció su crudo testimonio en charla con la revista alemana Focus: “Sí, me sometí al tratamiento de (Eufemiano) Fuentes. No hice nada que no hicieran también los otros. Para mí la estafa empieza cuando alguien saca una ventaja. Eso no fue así. Sólo quería asegurar igualdad de oportunidades”. El único ganador alemán del Tour de Francia iniciaría una espiral descendente sin un precipicio claro.
En septiembre de 2017, fue declarado culpable por un tribunal suizo luego de conducir bajo los efectos del alcohol (tenía 1,8 miligramos de alcohol en sangre) a 180 kilómetros por hora en una zona donde la máxima era de 80. Chocó a dos autos y no se registraron heridos, pero fue condenado a 21 meses de prisión en suspenso y multado por una suma superior a los USD 11.000. A 11 meses del veredicto, la Policía Nacional de España informó su detención por allanamiento de domicilio y amenazas al actor y director de cine Til Schweiger. Tras prestar declaración, fue liberado con una orden de alejamiento.
En agosto de 2019, la Justicia de su país lo condenó a pagar una multa de USD 8.000 por haber agredido a una prostituta el 10 de agosto de 2018. Fue juzgado por agresión física e intento de coacción a una mujer congoleña de 31 años en un hotel de la ciudad europea de Frankfurt porque se comprobó que el ex ciclista solicitó los servicios de la víctima y, durante una discusión, le retorció el brazo, la insultó, la agarró del cuello y la tiró contra una pared. Su detención trajo aparejado su traslado a una clínica psiquiátrica y comenzó un proceso domiciliario de desintoxicación de alcohol y drogas.
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