En la previa de las semifinales de Wimbledon la temperatura aumenta fuera de las canchas con un hecho que alteró los ánimos en los bandos de los principales candidatos a quedarse con el título en la rama masculina. Carlos Alcaraz y Novak Djokovic han estado en el centro de la polémica en la Catedral del tenis por una acusación de espionaje.
La mecha la encendieron algunos medios de Serbia que acusaron al equipo de trabajo del número uno del ranking ATP de grabar en secreto las sesiones de entrenamiento de Nole, quien busca ganar su octavo título en Londres y su vigésimo cuarto Grand Slam. La principal sospecha apunta al padre de Alcaraz.
Luego de la victoria ante el danés Holger Rune (7-6, 6-4 y 6-4) en los cuartos de final, el pujante tenista español de 20 años se refirió a las acusaciones de espionaje por parte de su papá: “Probablemente sea cierto. Mi padre es un gran aficionado del tenis. No mira solamente mis partidos. Creo que entra al club a las 11 y se retira a las 22, así que ve los partidos y las prácticas de todos”.
El murciano, que este viernes se medirá ante el ruso Daniil Medvedev (N°3) en busca de la ansiada final del domingo, respondió con una sonrisa la siguiente pregunta acerca de si las imágenes grabadas en secreto le darían una posible ventaja en caso de enfrentar en la final al serbio de 36 años: “No lo creo. Tengo muchos videos de Djokovic en todas las plataformas”.
Del otro lado, Djokovic no se quedó callado y mostró su enfado ante la situación: “El hecho es que no estás completamente relajado en el entrenamiento porque sabes que tus rivales también están ahí. Todo el mundo está mirando por encima de tu hombro lo que está pasando y en lo que estás trabajando. Me gustaría tener privacidad y no la tengo”.
“Este contenido podría contribuir a ciertos análisis y preparativos, lo que afectaría el resultado de un eventual enfrentamiento con, bueno, Alcaraz, o cualquier otra persona”, completó la estrella serbia que chocará en las semifinales ante el italiano Jannik Sinner (8°).
En la era digital, en la que se graba prácticamente todo, el deporte de alto rendimiento también se ve afectado. Más allá de que cada cuerpo técnico tiene el material de estudio suficiente para analizar al rival de turno y preparar el duelo, esta situación generó una incomodidad que podría potenciarse el domingo 16 de julio en la cancha central de Wimbledon en caso que Alcaraz y Djokovic se batan a duelo por la corona en el All England.
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