También es MJ. Y es Jordan de apellido. Pero el hijo de… Sí, de Michael. Se llama Marcus, es el menor de los chicos del clan y desde hace meses saltó a la fama por formar pareja con Larsa Pippen, nada menos que la ex esposa de Scottie, el lugarteniente que tuvo Michael en los Bulls durante más de una década y fue esencial en la conquista de seis títulos. Un romance que, sin un comienzo claro, le agregó más picante a una -ya distante- relación entre las superestrellas. Con permanentes idas y vueltas, incluso cuando eran compañeros, en los últimos años se sumaron dos capítulos más: el enojo de Pippen por el protagonismo -escaso- que tuvo, según él, en la serie The Last Dance y ahora esta nueva situación que, algunos creen, comenzó cuando todavía ella estaba con Scottie. En esta nota conoceremos quién es Marcus, el hijo que vivió a la sombra de Su Majestad, primero queriendo llegar -sin éxito- a la NBA y luego como -exitoso- hombre de negocios, y ahora adquirió fama propia.
Marcus James nació el 24 de diciembre de 1990, apenas horas después que su padre vapuleara a los Pacers de Indiana (118-108) con 29 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias. Dos años después que Jeffrey, el mayor, y un año después de que Juanita Vanoy se convirtiera oficialmente en la esposa de quien ya era el mejor jugador del mundo. Los dos hermanos, junto a Jasmine, la mejor, crecieron en el seno de una familia que explotaría en popularidad especialmente cuando MJ logró su primer tricampeonato, entre 1991 y 1993. Durante su adolescencia, ya con su padre retirado, fue primero al mismo secundario que su hermano mayor (Loyola Academy, en Wilmette, Illinois). Allí, juntos, fueron destacados basquetbolistas que prometían más de lo que concretaron… En 2006, por caso, llevaron al equipo del high school al título de conferencia, con el mejor récord de la historia.
Al año siguiente, Marcus pidió el transfer a Whitney Young Magnet en Chicago y en 2009 llegó a ser MVP del torneo estatal logrando el título con ese nuevo colegio. Una actuación que, conjuntamente a sus promedios de 10 puntos, 4.5 rebotes y 3.2 asistencias, le valió que el portal ESPN lo ubicará en el puesto N° 60 entre los mejores escoltas de Estados Unidos.
Marcus eligió la Universidad de Central Florida, en Orlando, por sobre ofertas de Toledo, Iowa y Davidson, porque “lo querían por ser Marcus”, según se supo desde el círculo íntimo de la familia. Sin embargo, él no comenzó siendo Marcus sino el hijo de… El chico se negó a jugar con las zapatillas Adidas, marca que tenía un acuerdo de cinco años con la facultad. Y cuando decidió saltar a la cancha lo hizo con el modelo Jordan XI Space Jam, generando un revuelo mediático y un problema legal con Adidas, que decidió rescindir el contrato que lo ataba con la facultad. Parte de una estrategia, se supo luego, avalada por MJ, para que Jordan Brand terminara firmando con la universidad donde jugaba Marcus.
En aquella primera campaña, el hijo menor de MJ anotó 8 puntos por juego, además de aportar 3.5 rebotes, 2.1 asistencias y 1.2 robo, transformándose una pieza complementaria del equipo y comenzando a sentir lo que era ser el hijo de un ícono mundial. El grito “You are not Mi-chael!!!” (Tu no eres Jordan) apareció en varias canchas cuando los Knights jugaran de visitantes.
La siguiente temporada comenzó con dos buenas noticias para él: un cambio de entrenador en el banco y la llegada de su hermano mayor, Jeffrey, quien había estado tres temporadas en la Universidad de Illinois, con escaso protagonismo (1.3 puntos, 1 rebotes y 36% de campo), lo que motivó pedir el transfer a UCF. Un transfer que lo obligó a estar inactivo una temporada y a recién poder sumarse al equipo en la 11/12, la tercera campaña de Marcus. Por el otro lado, la asunción de Donnie Jones, quien durante muchos años había sido ayudante de Billy Donovan en Florida y Marshall. Un coach acostumbrado a entrenar a hijos de famosos como Joachim Noah (hijo del tenista francés Yannick), Al Horford (hijo de Tito Horford) y Tauruean Green (hijo de Sidney Green, quien jugó 10 temporadas en la NBA) y que comenzó a sacar lo mejor de Marcus.
De hecho, en el primer juego de la temporada, el menor de los Jordan anotó 28 puntos (con 8-11 de campo y 5-7 triples) en la victoria en el clásico ante West Florida. Un mes después metió otros 18 en el resonante triunfo ante los Gators de Florida que comandaba Chanders Parsons (el futuro NBA sólo anotó 2 puntos). Así terminó la temporada con un interesante 15.2 en puntos, 3.3 rebotes y 2.8 asistencias, ratificándose como un escolta potente que iba bien para adentro aunque le faltaba consistencia en el tiro (30.6% triples en su carrera universitaria).
Pero, claro, no es fácil ser un Jordan… Como premio por su progreso, Michael invitó a sus hijos a Las Vegas, junto a un compañero de equipo (AJ Rompza), donde armaron una fiesta y terminaron perdiendo 56.000 dólares en un casino. Hasta ahí nada tan grave, salvo porque tuvieron el mal tino de publicarlo en redes sociales, sin tener en cuenta la ilegalidad que sacaban a la luz: Marcus estaba bajo el límite permitido de edad -21 años- para jugar en un casino. El tema no pasó a mayores, sin consecuencias legales, pero fue un nuevo toque de atención sobre lo que generaba el apellido que llevaban.
Para la tercera temporada, Marcus tuvo un rol mayor, siendo líder de un equipo que se mantuvo invicto hasta entrar en el Top 25 nacional por primera vez en los más de 25 años de historia jugando en la División I de la NCAA. Aunque, a la vez, también tuvo sus encontronazos con el DT, cuando Jones lo separó temporariamente del equipo, en noviembre, por un tema disciplinario. Justo en un momento en la carrera en que el menor de los Jordan podía soñar con llegar a la NBA.
La temporada terminó con un muy buen récord de 22-11 y con Marcus siendo titular y jugando mucho (36 minutos). Finalizó con promedios de 13.7 puntos, 2.7 rebotes y 2.4 asistencias. Lejos de las cualidades físicas y el tamaño de su padre, mostró cosas interesantes en su juego y un deseo de superación y espíritu competitivo similar al de Michael.
Pero, entre temporadas, protagonizó otro incidente que fue noticia nacional y le sacó las ganas de seguir. Marcus estaba en Omaha, Nebraska, acompañando amigos en los trials del seleccionado estadounidense de natación, cuando tuvo una fuerte discusión fuera de un hotel con dos mujeres, en la madrugada del sábado 1° de julio del 2012. La Policía asistió y encontró a Marcus borracho y a los gritos. Actitud que mantuvo con la Policía. Jordan desobedeció órdenes y terminó siendo esposado por dos agentes, recibiendo cargos por resistencia a la autoridad, conducta desordenada y obstrucción de la justicia.
A la mañana siguiente salió libre con el pago de una fianza y pasó a disculparse con los oficiales. “En mis 35 años como abogado es la primera vez que alguien lo hace”, admitió Steve Lefler, el abogado estatal durante la audiencia judicial. Marcus aceptó el cargo de “perturbación de la paz en la vía pública” y la otra parte desestimó los otros caros, pero fue otro aviso de la vida que le esperaba mientras estuviera en el centro de los reflectores.
Apenas un mes y medio después, Marcus tomó una drástica decisión: dejar el equipo, siguiendo los pasos de su hermano Jeff, quien había tomado esa misma decisión en enero. ¿Tuvo que ver el incidente? ¿Fue una suma de hechos? ¿Iba a ser castigado por la facultad y quiso evitar el escarnio público? Lo cierto es que ahí terminó su carrera basquetbolística, de forma sorprendente porque hasta la temporada pasada se había destacado. Marcus, pese a esa determinación deportiva, se quedó en la facultad asistiendo a clases hasta recibirse en gestión de hospitalidad, una carrera relacionada a la supervisión de actividades administrativas y con el brindar la mejor experiencia para los huéspedes
Mucho se habló de por qué Marcus tomó esa decisión, pero él dio una pista. “Cuando era más chico tenía cierta presión, pero no era algo que me avergonzara. Diferente fue para mi hermano, que es dos años más grande que yo. El pasó la peor parte. Pude verlo y asumir que era lo que iba a pasarme a mí”, comentó en una entrevista para el medio estadounidense TMZ.
No fue fácil ser un Jordan y vivir en la burbuja del deportista más famoso del planeta. “Nos criaron de manera relativamente normal. Digo ‘relativamente’ porque no tomé mi primer vuelo comercial hasta que estaba en la secundaria, por ejemplo. Crecí jugando a la Playstation en un avión privado, así que no es normal. Pero mi madre es del lado sur de Chicago, por lo que se aseguró de que tengamos siempre los pies en la tierra. Tuvimos una educación algo normal, yendo a la escuela pública”, comentó para luego dar su versión de qué fue lo más negativo de ser el hijo del mejor basquetbolista de la historia. “Básicamente fue tener que actuar bajo el supuesto de que la gente siempre quiere algo tuyo por interés. Ya sea una zapatilla o una conexión de algún tipo. Tienes que esperar que la gente venga con las manos extendidas, pidiendo algo. Ese fue el único gran problema”, remarcó.
Tras su carrera deportiva, Marcus se inclinó por los negocios y en 2016 fundó una compañía de venta de artículos deportivos de lujo llamada The Trophy Room, con un local en el shopping de Disney, en Orlando. Una suerte de réplica del salón de trofeos de su padre, donde vendía algunas de las zapatillas de Michael y otros productos top de memorabilia, hasta que decidió cerrarlo en 2019, cuando mudó la venta a una versión online.
Marcus volvió a ser noticia a nivel mundial hace poco más de un año, cuando comenzaron los rumores de su noviazgo con Larsa Pippen, la segunda de las cuatro mujeres con las que Scottie tuvo hijos (7). Con ella tuvo cuatro, se separó en 2016 y, tras una nueva oportunidad que se dieron y no funcionó, se divorciaron en 2021. El nuevo romance se confirmó en septiembre del 2022, aunque se cree que ya llevaba dos años, lo que generó más revuelo mediático entre Michael y Scottie, quien han tenido una relación distante desde que MJ dejó los Bulls.
Su Majestad sólo dijo una palabra en público sobre la nueva pareja.
-¿Avalas la relación de Marcus con Larsa?
-No
Se lo preguntó un fotógrafo en París y esa fue la respuesta de Mike, mientras era acompañado por su nueva esposa, Yvette Prieto, una modelo-empresaria cubana que creció en Miami y que Jordan conoció en 2008, se juntaron al otro año, se casaron en 2013 y tuvieron dos hijas mellizas en 2014.
Ella tiene 45 años y Michael, 60. Una diferencia parecida a la que se llevan Marcus (32) y Larsa (49). “No me parece que la distancia de edades determine algo, ni siquiera la madurez de alguien. En un país en que podés tomar alcohol recién a los 21 años pero podés ir a la guerra a los 18… Hay distintas circunstancias que determinan la madurez y nosotros estamos muy bien”, declaró Larsa, defendiendo la relación que su posible suegro no aprueba.
A Marcus, por lo pronto, poca le importa. Ya es demasiado grande para seguir viviendo a la sombra de su padre.
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