El Tour de France es una de las competiciones más extenuantes del ciclismo en el mundo. Del 1 al 23 de julio decenas de deportistas buscan el cetro del codiciado certamen y la presión por cumplir los prolongados trayectos en pocos días no es el único obstáculo ya que a esto hay que sumarle la imprudencia de los espectadores. Eso quedó demostrado nuevamente en esta edición después de que un aficionado provocara un accidente que obligó al abandono de un corredor.
La octava etapa de la cita estaba compuesta en la unión entre las ciudades de Libourne con Limoges. A seis kilómetros de la meta ocurrió una situación que no llegó a ser captada por las cámaras de la transmisión. Los flashes se quedaron con el pelotón que comandaba este sector, donde ya se observaba una peligrosa situación porque los fanáticos estaban congregados a centímetros de los 172 ciclistas que disputaron esta fase. Hasta en algunos casos invadían la ruta en un acto temerario que sufrió Steff Cras.
El conductor del Team TotalEnergies padeció las mayores consecuencias del choque. El cambio rápido en las imágenes de los medios oficiales alertó de la situación sucedida cuando ya había más de cinco bicicletas en el suelo y Cras, que marchaba en el 13° lugar a seis minutos del líder Vindegaaard, quedó retorciéndose de dolor en el césped, a un costado del trayecto. “Steff sufre múltiples contusiones en el codo y la cadera. Los exámenes realizados después de la etapa no revelaron ninguna fractura. Deseamos una buena recuperación a nuestro escalador al que esperamos volver a ver lo antes posible en carrera”, comunicó su equipo en redes sociales.
Poco después el belga de 27 años volcó toda su furia contra la persona que lo sacó de la competencia a través de sus cuentas de Twitter e Instagram: “Cuando un espectador ingresa más de un metro por la carretera y no se mueve cuando viene el pelotón, es mejor que se quede en casa. No tienes ningún respeto por los corredores. Espero que te sientas culpable de verdad. Tengo que dejar el Tour de Francia por tu culpa”. Por el momento, se desconoce el paradero del culpable y aún no se sabe si iniciarán acciones legales por su intromisión.
Además, Cras subió una foto en la que se ve el instante anterior al accidente, donde se puede observar a un hombre en particular que está invadiendo el área exclusiva de los ciclistas para tomar una fotografía. Debido a esto, acompañó el posteo con una frase irónica y un emoticón de una cara enojada: “Tomar una foto es tan importante”. Luego de ser atendido por el cuerpo médico, el europeo fue evacuado en camilla y su equipo fue el encargado de comunicar su baja definitiva, la sexta en lo que va de esta edición compuesta de 21 etapas.
Simon Yates y Mikel Landa fueron algunas de las otras víctimas que generó este accionar y los obligó a perder 47 segundos, un tiempo que generó la cesión de su protagonismo en la tabla general. Por otro lado, la jornada estuvo marcada por el retiro forzado de Mark Cavendish, quien tras una fuerte caída deberá esperar un año más para batir el récord de victorias en el Tour, compartido conjuntamente con Eddy Merckx (34).
La situación de Cras con el espectador reavivó la polémica por la cercanía del público a tan corta distancia de los protagonistas y recordó lo sucedido dos años atrás, cuando una mujer levantó un cartel que provocó la caída y abandono de varios ciclistas en la primera etapa desarrollada en 2021.
Esto sucedió cuando faltaban completar 45 de los 198 kilómetros planificados del recorrido de aquella edición, que comprendía la unión de la ciudad portuaria de Brest con el municipio de Landerneau. Luego de esperar el paso de las cámaras colocadas en distintas motocicletas dispuestas para el evento, la aficionada que vestía una campera amarilla se posicionó algunos centímetros por encima del asfalto y con un pedazo de cartón escrito para enviar su mensaje.
Ese cartel improvisado, que estaba por dentro de la carretera, desató el caos cuando se interpuso en el camino del veterano ciclista Tony Martin. “Allez Opi-Omi!”, decía el cartel en lo que se tradujo como “Vamos abuelo y abuela”, en una mezcla entre alemán y francés. Tras no sufrir ninguna lesión, la mujer se dio a la fuga y entonces se inició una intensa búsqueda, que concluyó el 30 de junio de ese año. Cuatro días después del incidente, fue arrestada y puesta bajo custodia policial en Landerneau.
Al menos 21 corredores terminaron heridos. Uno de los casos más graves fue el del corredor español Marc Soler, quien sufrió fracturas en las dos cabezas de radio y la cabeza del cúbito izquierdo. Más adelante, la acusada ofreció su testimonio después de elevarse distintos cargos contra ella, cuyas penas iban desde una multa económica a un año de prisión no efectiva: “Hice el ridículo, me dio vergüenza, tengo miedo de las consecuencias de mi acción y estoy angustiada por tanto bombo mediático”.
LAS POSTALES DEL ACCIDENTE PROVOCADO EN EL TOUR DE FRANCE
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