Ya pasaron más de seis meses de la consagración de la selección argentina en el Mundial de Qatar. Pero las historias del grupo perdurarán para siempre en la memoria colectiva de los fanáticos de un plantel que quedó en la historia grande del fútbol mundial. Y uno de los que fue un bastión de todo el proceso que encabezó Lionel Scaloni fue Leandro Paredes.
El ex jugador de Boca Juniors, que viene de un último paso por la Juventus, habló de todo lo que se generó en la previa y durante los casi 30 días de convivencia del plantel durante su estadía en el país árabe. Más allá de las alegrías y emociones, los días previos al viaje, Paredes sufrió porque no llegaba en las mejores condiciones físicas.
“No llegaba al ciento por ciento por las lesiones. Venía con dolores en los aductores, en el pubis… Cuando empezaba a sentirme mejor, a 20 días del Mundial, tuve la lesión en el isquiotibial. La pasé muy mal, sufrí muchísimo, lloré muchísimo”, dijo el volante en una entrevista junto a Sofía Martínez en el ciclo Llave a la Eternidad.
Acto seguido, la periodista le consultó dónde había llorado, en qué lugar de su casa en Torino. A lo que Paredes respondió: “Prendó la ducha para que no me escuche nadie y no me vea nadie. Me cagan a pedos porque no demuestro cuando estoy mal, pero tengo eso, que me encierro solo y trato de que las cosas pasarlas rápido y solo para no hacer sentir mal”.
Fueron días difíciles para el ex futbolista del PSG, que ahora retornará al club francés. “No sabía si iba a llegar. Estaba a 15, 20 días del Mundial y la lesión me llevaba ese tiempo. No tenía la resonancia, entonces esa noche fue muy dura hasta que me llamó Scaloni y me dijo ‘ponete bien’, que iba a estar en el Mundial, que no esté loco, que trate de llegar al último partido con el club a disposición pero que no me iba a perder el Mundial. Eso me dio tranquilidad pero no la sentía del todo porque llegaba sin entrenar y jugar, era feo lo que estaba pasando”.
A pesar de no llegar en la mejor forma física, el número 5 de la Selección jugó contra Arabia Saudita, pero luego perdió su lugar por decisión del entrenador. “Fue duro salir del equipo titular. Fue más por lo físico. No poder dar el máximo para ser titular fue duro. Las cosas salieron bien, los chicos lo hicieron de la mejor manera y me daba fuerza para ponerme bien, cuando me toque entrar poder hacerlo de la mejor manera y seguir siendo importante”, explicó Lean.
¿Cómo afectó eso en su estado de ánimo? “Lloré después de Arabia. También cuando me tocó quedar afuera contra México. Las cosas malas pasan y sabía que iba a pasar”, añadió Paredes sobre el nuevo rol que tuvo que ocupar en el combinado nacional después de ser reemplazado por Enzo Fernández, de gran actuación desde que llegó al primer equipo.
En la charla, Paredes destacó la unión del grupo después de la caída en el estreno ante el conjunto árabe. “Fue durísimo. Fue un golpe inesperado en ese momento. Estábamos preparados pero no para ese partido, pero tuvimos la fuerza mental para salir adelante”, recordó, al mismo tiempo que remarcó el rol vital de Messi en esa levantada anímica que tuvo el plantel. “Nos juntamos en la habitación en un grupo de seis como siempre y hablamos que no había margen de error. Leo mandó un mensaje al grupo. Se habló que había que hacernos fuertes como grupo y salir adelante todos juntos”, contó y destacó a jugadores como Dibu Martínez, Otamendi y De Paul como los que “tomaron la voz de mando”.
En el camino a la final, Argentina tuvo el duro escollo de pasar a los Países Bajos. Para Paredes, el penal en la definición contra los de naranja fue más difícil por las dimensiones del arquero. Ya en la final, y luego de volver a convertir desde los 12 pasos ante Francia, el tiro de Gonzalo Montiel desató una locura generalizada en todo el grupo. Pero él se quedó al lado de alguien muy especial.
“El abrazo con Messi después del gol de Montiel me va a quedar grabado. Seguramente me lo lleve para toda la vida. Girar y verlo arrodillado, y ser el primero en abrazarlo como campeón del mundo fue increíble. Decía ‘Gracias, Gracias, los amo’. Cada vez que veo el video me emocionó muchísimo porque le grito ‘somos campeones del mundo’ casi llorando”, recordó Paredes. Además del encuentro con el histórico número 10, el volante se estrechó en un abrazo genuino con su entrenador, que quebró en llanto cuando vio a uno de sus jugadores predilectos.
“Fue hermoso ese abrazo. Sentí la necesidad de agradecerle por el proceso que fue duro, criticado, con muchas dudas y crecimos juntos. Nos hicimos fuertes como grupo y haber podido lograr todo en tan corto tiempo fue increíble. Me salió ir a abrazarlo para decirle ‘gracias’, que sepa que no se tenía que sentir mal por haberme dejado afuera en el partido”.
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