En apenas seis minutos, Boca Juniors tuvo dos chances muy claras para convertir ante Monagas de Venezuela por sendos penales que no fueron sancionados por el árbitro uruguayo Andrés Matonte. Desde el VAR, comandado por los brasileños Rodolpho Toski y Rodrigo Guarizo (AVAR), tampoco llamaron al juez principal, pese a la claridad de las infracciones dentro del área.
El primero ocurrió a los cinco minutos tras un pase profundo de Bruno Valdez para Martín Payero. La pelota picó dentro del área y antes de que el futbolista de Boca Juniors intente impactar de cabeza, Edson Castillo conecta con el brazo izquierdo. Es un claro penal porque hay una mano antinatural que cubre un espacio y gana el objetivo.
Apenas un minuto después, y tras ese córner posterior al despeje de la última línea de Monagas, hubo otra clara infracción dentro del área sobre Miguel Merentiel. También es muy evidente que es penal porque el punto de contacto es una figura de falta, que debe sancionarse además con tarjeta amarilla por la forma temeraria con que disputa el balón el venezolano Rubén Ramírez.
Afortunadamente para el cuerpo arbitral, luego Boca Juniors terminó imponiéndose con total autoridad por 4 a 0 con goles de Marcelo Weigandt, Valentín Barco y un doblete de Luis Vázquez. De esta manera, el Xeneize terminó líder en su Grupo F y por puntuación y diferencia de gol, se ubica entre los tres mejores primeros. Esto le permitirá definir de local los octavos de final de la Copa Libertadores.
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