En mayo último, Candela Belén Francisco Guecamburu, de 16 años, ejecutó una jugada para la memoria; en La Habana (Cuba) se adjudicó el XIV Campeonato Continental Femenino de Ajedrez de las Américas, una competencia que reunió a 70 de las mejores jugadoras de 20 países de la región. La flamante “Reina de América”, también se quedó con la única plaza en juego para acceder a la Copa del Mundo que se jugará en Bakú (capital de Azerbaiyán) entre el 29 de julio y el 26 de agosto próximo y de la que tomarán cuenta también otros cuatro argentinos: María José Campos, Pablo Acosta, Fernando Peralta y Anapaola Borda. Pero hay más.
La brillante actuación de Candela Francisco -finalizó invicta con 7 puntos sobre 9 posibles- le permitió, además, la conquista del título de gran maestra, la categoría más alta entre las jugadoras, como una especie de cinturón negro entre los yudocas, y la cosecha de 66 puntos de Elo para el ranking internacional que la elevan a N°1 y líder del ajedrez vernáculo femenino. Toda una hazaña.
Candela -nacida en Pilar, el 14 de agosto de 2006- luce el cabello largo y castaño, la piel necesitada de sol y la compañía de un rictus permanente que le atraviesa el rostro como un garabato; la sonrisa nerviosa y contagiosa, acaso, es producto de una felicidad que la desborda.
“Me siento feliz y bendecida por este momento; todo estaba en el plan de Dios. Si llegué hasta Cuba fue porque era su propósito; él me acompaña en todo lo que hago”, le contó a Infobae la joven reina del ajedrez americano con fuerte convicción cristiana y fruto del amor de mamá Lorena y papá Agustín.
-Se te había escapado por muy poco el torneo Zonal en Paraguay. ¿Fuiste a Cuba por la revancha?
-Estaba triste por lo que pasó en Asunción; jugué muy bien y compartí el primer puesto en el Zonal Sudamericano, pero el sistema de desempate no me favoreció. Tenía ganas de jugar en Cuba, aunque con mi mamá conseguimos los pasajes recién dos días antes del comienzo del torneo. Yo igual estaba preparada, me habían dicho que la Internet a veces no funcionaba bien en la isla, por lo que tenía impresas todas las líneas que podría utilizar con cualquiera de mis 70 potenciales rivales.
-¿Y cómo fue el torneo en Cuba?
-El arranque fue muy bueno, con 4 puntos en las primeras cuatro partidas, luego tuve dos empates y en la antepenúltima jornada me enfrenté con la primera preclasificada y mejor jugadora de América, la peruana Deysi Cori. Esa partida era clave porque definiría el rumbo del torneo; las dos estábamos punteras. Jugué con negras y a pesar de algún error en la apertura me pude recuperar, ordené mis piezas y finalmente quedé mejor. Creo que después ella cometió algunas imprecisiones y pese a que no jugué una de mis partidas favoritas terminé ganando y afirmándome en el primer puesto. Después quedaban dos partidas y había que mantener la ventaja. Por suerte los dos empates bastaron para la consagración.
-¿La victoria fue producto de tu esfuerzo o creés que Dios se cruzó en tu camino?
-Hago un gran sacrificio jugando al ajedrez, dedicándome a full en la preparación y el estudio. El talento ayuda, pero el estudio, el esfuerzo y la dedicación son lo más importante. Jugar al ajedrez me quitó parte de mi vida social; en lo que va del año con mis amigos del colegio anterior apenas pude reunirme dos o tres horas. Aunque no descuido el colegio porque soy muy responsable y autoexigente, ahora mi energía está en el ajedrez y mis padres me apoyan en todo lo que decido. No obstante, creo que Dios me tiene reservadas más sorpresas con el ajedrez, sólo Él lo sabe.
Las actuales reglas de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, según el acrónimo francés) establecen que la conquista del primer puesto en el continente lleva además como recompensa la homologación del máximo título entre los ajedrecistas. De esta manera, Candela Francisco se convirtió en la tercera ajedrecista en el historial doméstico que alcanzó el título de gran maestra. Las anteriores, Claudia Amura y Carolina Luján.
“No tengo ídolos en el ajedrez; trato de hacer mi camino tomando lo mejor de cada uno”, dijo la ajedrecista, socia y representante del Círculo de Ajedrez de Villa Martelli.
La exigencia de la alta competencia y los tiempos de preparación para cada certamen la obligaron a Candela Francisco a cambiar de escuela; actualmente cursa el 5° de los seis años del secundario en El Sistema de Educación a Distancia del Ejército Argentino (SEADEA).
“La modalidad de estudio es a distancia; en casa recibo la actividad que me mandan de la escuela por anticipado para los siguientes 15 días. Trato de que el lunes sea el día dedicado para completar la mayoría de las cosas y así tener los siguientes días sin otra preocupación que no sea el ajedrez”, contó Candela, que aún no definió su futuro profesional fuera de las 64 casillas. Y completó: “Puede ser que siga estudiando algo ligado a las matemáticas, que me gustan mucho, o con la problemática ciudadana, porque creo que también es importante involucrarse con todo lo que pasa en la sociedad”, aseguró la joven que ganó tres campeonatos nacionales Sub 12, 14 y 16, fue campeona anamericana Sub 12 y Sub16, y sudamericana Sub14. Y es la actual subcampeona argentina femenina superior.
-Cómo es un día en tu vida. ¿Cómo consumís las 24 horas?
-Estoy casi todo el día junto al ajedrez; a la mañana después del desayuno hago mi entrada en calor con ejercicios de táctica y después de estudio. Ahora estoy acostumbrándome a leer libros, cosa que no había hecho hasta el momento. Esto te lleva a ir aprendiendo sola y no depender siempre de un profesor que te vaya haciendo las indicaciones. Además, tomo clases con tres profesores que me provee la Federación Argentina: los maestros Sebastián Iermito, Andrés Rodríguez y Diego Valerga; con él también tomó clases presenciales en el Círculo de Martelli, todos los viernes de 18 a 21. El resto de las horas o de los días son de competencia.
La Copa del Mundo en Bakú, que comenzará el mes próximo, será sin dudas la prueba más importante en la carrera ajedrecista de la joven pilarense que sólo lleva siete años de práctica en la alta competencia. “Sé realmente que es un gran desafío y por ello estoy muy contenta de haberme clasificado. Pero será importante disfrutar de ese momento, de divertirme y aprender de la experiencia”.
-¿Sentís que con los últimos logros cargás con la presión de cumplir una buena actuación?
-Lo tomo como una gran oportunidad, la presión suelo cargármela porque soy exigente y perfeccionista. Pero tal vez el mayor desafío será pasar la primera rueda (el certamen se divide en siete ruedas en el que cada pareja de jugadores se enfrenta a dos partidas por eliminación directa) ya que tengo entendido que nunca una jugadora argentina pasó de esa instancia
-Alguna vez contaste que uno de tus sueños era llegar a gran maestra y ya lo conseguiste. ¿Tenés nuevos sueños?
-Y, sí… (se le escapa una sonrisa), ahora me gustaría obtener el título de gran maestro entre los varones, que mi puntaje Elo de 2350 puntos llegue a los 2600 y convertirme en campeona mundial entre las mujeres.
QUÉ DICEN SUS PROFESORES
Sebastián Iermito: “La conozco desde que tenía 11 años y enseguida descubrí que tenía tres virtudes para triunfar: talento, disciplina para el estudio y el apoyo de sus padres. Creo que marca la diferencia con sus rivales por su talento y dedicación 100% al ajedrez”.
Andrés Rodríguez: “Llevo varios años como profesor y con muchos alumnos, pero Candela es sobresaliente, por esfuerzo, puntualidad y cumplimiento. Destaco sus ganas de superación, el hambre a ganar que no todos lo tienen. Esa combinación de trabajo, talento y aptitud le auguran un futuro extraordinario”.
Diego Valerga: “Ella encara el ajedrez seriamente; se prepara y tiene una excelente cabeza para lo competitivo. Es muy analítica y sabe corregir sus defectos. Y aunque hay mucho por aprender tiene un enorme potencial. Trabaja para llegar lo más alto posible. Ojalá siga así y que los resultados le permitan conseguir más apoyos para su progreso”.
CANDELA Y SU TRAMA CON EL AJEDREZ
La historia de Candela con el ajedrez nació en una Navidad de bolsillos flacos en 2013, cuando Papá Noel le dejó como regalo un juego de ajedrez. “Parece interesante” fue la primera exclamación. Dos años después, mientras sus padres realizaban tareas comunitarias en un shopping de Pilar, ella decidió aprender los movimientos junto a otros chicos de su edad. Tenía 9 cuando su abuelo Pedro leyó en un diario que en la Municipalidad de Pilar funcionaba una escuelita de ajedrez. Allí pulió sus rudimentos y enseguida se destacó en las clases. Confiada en sus progresos fue mamá Lorena la que la llevó a una competencia. Sin saberlo descubrieron que se trataba de un campeonato nacional. Fue su prueba de bautismo y finalizó 3ª. Lo que siguió fue asombroso. En sólo siete años su talento se disparó hasta los astros: tricampeona argentina, campeona Panamericana, campeona Sudamericana, subcampeona mundial escolar de ajedrez Blitz On Line, el título de Maestra Candidata en 2018, de Maestra Fide en 2019, y ahora el de gran maestra con la conquista del Continental.
Acaso, la breve pero intensa historia de Candela Belén Francisco Guecamburu junto al ajedrez pareciera estar atravesada por el misticismo de uno soneto borgeano, cuando el entrañable escritor de los laberintos y espejos sentenció: “Dios mueve al jugador, y éste, la pieza. ¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza?”. Y mientras tanto, ella sigue jugando y ganando.
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