Daniel Bolotnicoff, que en 1994 trabajaba representando a Diego Maradona junto a Marcos Franchi, se sumó al testimonio brindado hace días por el médico de la delegación durante el Mundial de 1994 en los Estados Unidos, Roberto Peidró, y sostuvo a Infobae que en la contraprueba del control antidoping en Los Ángeles, correspondiente al partido ante Nigeria por la fase de grupos, a la que asistió en representación del fútbol argentino, “sólo nosotros respaldábamos a Diego, porque la AFA estaba alineada con la FIFA”.
Bolotnicoff, Peidró (segundo médico del plantel); el abogado de la AFA, Santiago Agricol de Bianchetti; y el dirigente de River David Pintado, fueron los cuatro integrantes de la delegación que la AFA envió a Los Ángeles a la contraprueba del control antidoping a Maradona. El letrado contó cómo todo comenzó a torcerse luego de que se encontrara una irregularidad en un frasco y sin embargo, Pintado, “educadamente”, “no colaboró” y que cuando quiso pedirle el acta de la suspensión de Maradona al entonces presidente de la AFA, Julio Grondona, la respuesta del dirigente fue que “no había acta” porque decidieron retirar al jugador “para que la Selección no fuera sancionada”.
El abogado contó todos los pormenores del controvertido momento vivido durante el Mundial de Estados Unidos 1994.
-¿Cómo te enteraste del doping de Diego Maradona en el Mundial de 1994 y qué sucedió de allí en más?
-Yo me entero estando en ese momento en el Babson College, que era el lugar de concentración de la selección argentina en Boston. Había ido a ver el partido contra Nigeria, que Argentina ganó 2-1 y fue cuando al final se llevan de la mano a Diego. Estábamos con Marcos Franchi, mi socio, y al día siguiente o a los dos días, o tres -no recuerdo con exactitud- estábamos una tarde en el Babson College, porque ese era el horario en el que se podía visitar a los jugadores, tanto familiares como nosotros, y recuerdo que sale Marcos desde el hotel de la concentración, dentro del complejo de la universidad. Lo veo venir y me dice “vení, vení, vení”. Cuando me dijo así, pregunté qué pasó... Y me dijo “le dio positivo a Diego”. Y yo le pregunté “¿de qué le dio positivo a Diego?” y me dijo “no sé, me llamó (Julio) Grondona y me dijo que le dio positivo a Diego”.
-¿Ahí es que tanto vos como el doctor (Roberto) Peidró -segundo médico de la delegación-, Santiago Agricol de Bianchetti -abogado de la AFA- y David Pintado -vicepresidente de River- son enviados a la contraprueba de Los Ángeles?
-Claro, en realidad, la delegación viajó a Dallas, para jugar el tercer partido contra Bulgaria, y nosotros viajamos a Los Ángeles sin entender mucho, porque se estaban cumpliendo los protocolos porque decíamos “si este chico está muy bien cuidado. Él estaba vigilado, en la concentración en el Babson College habitualmente estaba la guardia, la seguridad, ¿qué podían encontrar? Nada”, así que estábamos sorprendidos de lo que estaba pasando.
-¿Es cierto que no hubo tiempo de hacer nada en el vuelo de ustedes cuatro a Los Ángeles?
-Es así. Primero queríamos trazar una estrategia sobre qué hacer o qué dejar de hacer. Queríamos tener un approach para ver qué iba a pasar y luego decidir. Lo lógico. Pero nos bajamos del avión, nos subieron a un auto y nos llevaron a la contraprueba, sin la posibilidad de hablar y sin ninguna estrategia de la AFA ni nada, ¿eh?
-¿Por qué creés que no hubo una estrategia de la AFA? ¿Por la falta de tiempo?
-Yo no entendí al final, Peidró te habrá contado, porque en el momento de la contraprueba había un cartelito en el frasco. No parecía una irregularidad, no es que estaba adulterado, pero ese cartelito no debía estar allí. Entonces nosotros pedimos un cuarto intermedio y pensábamos mantenerlo para que fuera largo para después poder anular todo el procedimiento. Fuimos a una habitación y a los veinte minutos nos dijeron “vengan, no se acepta el cuarto intermedio, y esto se va a resolver ahora”.
-¿Así, abruptamente?
-Sí, entonces, dijimos, “por lo menos vamos a pelear esto” porque ellos, cuando aparece eso escrito en el frasco, se ponen nerviosos porque eso podía dar lugar a una anulación, que es lo que veníamos a buscar nosotros. En realidad, la anulación no es automática. Son pedidos, interposición de recursos, lo de siempre. Pero no se acepta, se cierra el acta, y punto. Entonces ahí volvimos para Dallas. Y allí es que yo me voy a verlo a Grondona y le pido el acta de suspensión de Diego para apelarla, para meter un recurso, y ahí Grondona me dice que no, que no hay ninguna suspensión. “¿Cómo que no hay ninguna suspensión?” le pregunté, y me dijo “no, yo lo retiré del equipo”, con lo cual, como dijo Diego, nos cortaron las piernas a todos, porque no podíamos hacer nada.
-¿Alcanzaste a preguntarle a Grondona por qué retiró a Diego y por qué no había acta?
-Me dijo que fue para preservar a la selección para que no fuera sancionada. No sé si es verdad o mentira, pero me dijo eso.
-En cuanto a la contraprueba en sí, ¿te acordás cuánta gente había?
-No recuerdo cuántos eran, exactamente, de la FIFA, pero sí me acuerdo que había dos médicos y estaba el dirigente sueco de la UEFA que ya falleció, Stefan Johansson, que tenía una actitud totalmente hostil con todo. Siempre enojado. Al menos su aspecto era así. Yo creo que su vida era así. Y cuando Peidró habló de lo del frasco, que tenía una cinta y que no podía ser, enseguida salió a decir “no me importa, porque acá no dice nada...”, discusiones tontas, y de ahí que pedimos el cuarto intermedio que nos negaron, porque ahí ya se complicaba.
-Una parte turbia también parece ser la del rol de Pintado, porque cuando ustedes piden el cuarto intermedio parece que tenían las de ganar, porque me decía Peidró que Pintado se alejó para hablar con Grondona para explicarle lo que pasaba y al regreso, cambió también él su actitud...
-Yo no me acuerdo de ese detalle. Lo que yo simplemente me acuerdo es de que Pintado no colaboró.
-Muy fuerte eso...
-Siempre con muy buenas maneras, porque era un hombre muy educado, correcto, pero no colaboró. No es que dijo “vamos a ver”, “depende de esto”. No. La AFA se alineó a la oficialidad, para decirlo con claridad. Era la AFA, la FIFA, y nosotros, tratando de defender al jugador.
-O sea que la AFA y la FIFA de un lado y ustedes del otro.
-Sí, con el jugador no se alineó nadie. En apariencia sí pero en el momento en que aparece esto escrito, en vez de ponerse atrás nuestro y apoyarnos, apoyó la no suspensión, no apoyó el cuarto intermedio y es más, terminó, evidentemente, negociando con la FIFA de que si no había discusión y lo retiraba a Diego, no pasaba nada. Evidentemente, negoció eso.
-Además, estaba también como testigo el caso de Ramón Calderé, el jugador de la selección española, al que le habían dado una fecha de suspensión -el médico de la delegación asumió su responsabilidad en este caso de doping-.
-Sí, y el médico estaba ahí presente. Él había estado en la contraprueba de Calderé. De los dos médicos presentes en la contraprueba nuestra, uno era él. Eran situaciones muy raras.
-¿En qué sentido?
-La efedrina estaba en la lista de sustancias prohibidas en el fútbol ordinario. Pero si vos te vas a la lista de las sustancias prohibidas en el fútbol de los Juegos Olímpicos, no está prohibida. Entonces había una situación, suponiendo que fuera cierto esto, que hubiera dado positivo, la efedrina no era considerado un estimulante. Era considerado un estimulante para el fútbol original, para el fútbol profesional, porque se dice que es un tapador de otra sustancia. La efedrina en sí misma no te mejora. Lo que pasa es que la presencia de efedrina puede significar o implicar que tenés otras sustancias que las cubre. Por eso es una cosa muy finita. Y además, ¡sabíamos que Diego no se había drogado! Estaba muy golpeado porque sabía que lo iban a controlar.
-¿Qué pasó cuando regresaste de la contraprueba de Los Ángeles?
-No recuerdo a dónde fui primero, pero sí recuerdo que con Marcos (Franchi) fuimos a la habitación de Diego, que estaba durmiendo, lo despertamos y le dijimos “mirá Diego que te suspendieron”. Él estaba solo y se puso a llorar. Y después vino esa entrevista que se hizo más tarde en la que él dijo “Me cortaron las piernas” y que se hizo famosa, y que fue en la habitación de él, y que se la hizo Adrián Paenza. Estaban Marcos Franchi, Fernando Signorini, Diego, Paenza, el camarógrafo y yo.
-¿Y cómo siguió todo?
-Yo recuerdo ver pasar a los chicos que tenían que jugar y era ver pasar fantasmas. Estaban todos muertos. Uno veía que iban a perder porque estaban destruidos. Fue un golpe muy fuerte para todo el mundo. Para ellos, para la Argentina, para Diego. Para todos.
-¿Y Diego? ¿Cómo reaccionó en los días siguientes?
-Nosotros nos fuimos a Los Ángeles con él, cuando comentó el partido de Argentina contra Rumania, cuando quedó eliminada del Mundial. Recuerdo que hacía un calor tremendo. Estábamos con él, Claudia, las nenas, Fernando Signorini, Marcos Franchi y yo, y nos volvimos todos juntos a la Argentina como a los cuatro o cinco días.
-¿Después tuviste la posibilidad de hablar con Grondona o ya nunca más?
-No, nunca más. No se podía hacer nada.
-Se dijo siempre que el haber consumido efedrina que estaba prohibida fue porque Daniel Cerrini fue a comprarla fuera de la concentración. ¿Sabés algo de eso?
-Lo que te puedo decir es que Diego tomaba un complejo vitamínico que se llamaba Ripped Fast y que tenía todas sustancias inocuas y no hubo ningún problema. Cuando estuvieron en los Estados Unidos, se les terminó y fueron a comprar y aunque era de venta libre, la sustancia se llamaba Ripped Fuel. Y ese aparentemente tenía una sustancia que se metabolizaba como efedrina. Era una cosa así. Y eso se lo dio Cerrini. Todo eso del cóctel de sustancias que dijo la FIFA, no existe.
-Lo más increíble es que ese médico belga que dijo lo del cóctel (Michael D’Hooghe) siguió trabajando en la FIFA.
-Y bueno, no me extraña. Lo que sí sé es que lo dejaron solo a Diego y que no se pudo hacer nada.
-Daniel, ¿sos consciente, con el paso del tiempo, de que viviste una situación histórica? Porque es una de las más grandes controversias de la historia de los Mundiales.
-En ese momento no te das cuenta, y después tampoco lo dimensionás Es un hecho puntual, histórico, que tuve que vivir. Fue un privilegio por haber estado en el momento justo para poder vivirlo y fue una porquería. Porque te podés imaginar que fue un momento muy feo para todos. Y ojalá no hubiese pasado nunca.
-¿Creés que, sin esto de Diego, Argentina llegaba lejos en el Mundial?
-Estaba para salir campeón. Yo lo veía entrenarse a Diego y no sabés cómo estaba. Aparte de los entrenamientos con el equipo, él se entrenaba con Signorini. Yo a veces los acompañaba en el gimnasio del Babson College, al lado de la cancha de hockey sobre hielo, y se mataba. No se quería ir. No sabés lo que hacía. Era un gimnasio espectacular. No es que Diego estaba bien, es que cuando Diego estaba bien, estaba diez veces mejor que cualquiera. Y esta vez estaba así. Y vos veías al equipo y era un avión. Y, además, sumale a Diego. Era para salir campeones. Salíamos campeones.
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