El concepto de “armadura”, para referirse a la camiseta de un jugador de fútbol lo tomó de una frase que le dijo una vez Alfredo Di Stéfano en Buenos Aires cuando le fue a pedir consejo sobre qué hacer para preservar la memoria del fútbol. El argentino Marcelo Ordás se encuentra apenas a días de cumplir un sueño por el que viene trabajando desde hace décadas: un edificio de siete pisos en pleno corazón de la Puerta del Sol de Madrid en el que habrá casi cinco mil metros cuadrados con indumentaria donada por los más importantes protagonistas de la historia, pero también actividades inmersivas y a un costo no muy alto “porque siempre quisimos que sea popular, que todo el mundo pueda acceder”.
Ordás, en diálogo exclusivo con Infobae, único medio argentino que accedió a un showroom previo antes de que las camisetas, botines, escudos y pelotas fueran retiradas para irlos colocando en el museo, sostuvo que esas más de cinco mil piezas “auténticas” que formarán parte del “templo del fútbol”, custodian un “legado único”, la colección más completa y valiosa de objetos históricos del fútbol mundial, certificado y homologado por las entidades oficiales más importantes de este deporte en todo el mundo
“Legends, The Home of Football” -adelanta Ordás- “será mucho más que un museo, una experiencia, porque habrá actividades inmersivas. “que incluyen un cine 4D, una exposición digital que enlaza el arte con el fútbol, una Game Área Metavers con juegos de realidad virtual robotizados, un store de vanguardia con el merchandaising oficial de cada institución, y además un espacio gastronómico en una terraza con espectacular vista a la Puerta del Sol”.
-¿Cómo se puede definir bien lo que es “Legends”?
-“Legends” fue creado con un propósito, por el profundo amor que nosotros tenemos por el fútbol y entendemos en el fútbol la expresión, y por sobre todo la mayor pasión que hemos creado los seres humanos, que ha creado la civilización humana a lo largo de toda su existencia. Entonces nos parecía una locura que así como se salvaguardaron muchos testimonios de la historia de la civilización humana desde los huesitos de los dinosaurios, las obras de grandes pintores, literatos, las murallas romanas, las esfinges, las columnas griegas, el testimonio de la mayor pasión humana no se haya preservado, recuperado, no esté en exhibición, no se pueda disfrutar, por sobre todas las cosas.
-¿Cómo nace esta idea?
-Accidentalmente, pude entrar a un vestuario en un partido del Mundial de Italia 90, y Caniggia, que hizo el gol del triunfo, me dio su camiseta luego de unas palabras muy emotivas que yo le manifesté. En ese momento entendí que tenía en mis manos parte de la historia del fútbol mundial. Argentina llegó hasta la final en Roma y cuando nos volvíamos con mi padre en una aerolínea británica que hacía stop en Londres, un amigo de mi padre llamado Marc, que vivió muchos años en Buenos Aires, le manifestó a mi padre el deseo de recibirnos ese fin de semana para mostrarnos la ciudad, que justamente se jacta de decirle al mundo que conserva parte del testimonio de la historia de la humanidad en museos, etc -algunas veces tomados indebidamente-. Tras ese fin de semana, cuando Marc me preguntó, le comenté que quedé fascinado con esa ciudad, que me encanta la preservación de toda esa historia, pero ahí es donde yo me di cuenta de que no estaba preservada la historia de la mayor pasión que hemos creado los seres humanos. Le pregunté a Marc dónde estaba eso, siendo que ustedes dicen haber sido los creadores del fútbol o, por lo menos, los que le pusieron las reglas. Y es a partir de ahí que la colección se volvió una obsesión, nunca en un hobby. En un deber, en un trabajo de investigación. Era tremendamente aspiracional, diría que demencialmente aspiracional,
-¿Cómo pasaste de la aspiración a los hechos?
-Cuando vuelvo a Buenos Aires, el primero que me hace ver esta realidad, es el presidente de la AFA, Julio Grondona, al que le pedí una audiencia cuando yo contaba con 17 años, terminando el colegio Otto Krause. Con toda la audacia de un chico de esa edad, le dije “presidente, tenemos que salvaguardar la historia del fútbol mundial” y me dijo “bueno, muy bien, ¿y qué se te ocurre?” y le respondí que justamente recurría a él para que me ayudara, me diera una editorial, una línea, algo. Me dijo “mirá, Marcelito: coleccionar sobre historia del fútbol es un universo tan amplio como el universo mismo. Acá hay que tener una idea, un horizonte muy claro porque si no... ¿qué vas a coleccionar? ¿Botines, camisetas, pelotas, pins, entradas? Para mí, tenés que ver a una persona que justo hoy llega desde Madrid. Te organizo una reunión para dentro de 2-3 días, porque es un sabio, un genio. Estoy seguro de que él te va a entender y te va a dar una gran idea”.
-¿Y fue verdad? ¿Te la organizó?
-Me organizó esa reunión, en la que yo iba a ver a un amigo suyo, al barrio de Flores. Entré a una casa antigua. La puerta me la abrió la señora Norma, que hoy tiene 93 años y sigue viviendo en esa misma casa. Me dijo “mi hermano te está esperando”. Entro, y era Alfredo Di Stéfano que estaba con un cigarrillo y un café. Fue un shock para mí porque era una leyenda. Lo primero que le dije fue “leyenda, no sabía que venía a verlo a usted”. Me dijo que Grondona le había anticipado algo pero que le contara, así que le conté lo que pensaba, que me preguntaba dónde está ese Van Gogh que es la camiseta de Pelé de 1970, ese Picasso que es la de Diego de 1986, el Modigliani que es la suya del Real Madrid. La respuesta, luego de probar un café y dar una pitada fue “pero niño, yo no tengo ni puta idea (risas). Pero nada representa más que la armadura y sus colores, no los botines, no los pantalones, sino la camiseta”. Y cuando escuché la palabra “armadura” fue como una aparición en mi vida porque para nosotros, los sudamericanos, el fútbol son esas batallas modernas donde sólo se muere de dolor, pero al domingo siguiente tenemos revancha. Por eso, siempre me quedó esa frase que repito para Legends: el sentido de pertenencia del fútbol pervive en cada armadura exhibida y en el corazón de cada uno de los visitantes.
-Contame de la colección.
-Si bien esta colección tiene cada una de las pelotas, de los balones de cada uno de los mundiales y de cada una de las Champions League, las medallas de oro y plata de cada campeón y subcampeón olímpico en fútbol desde 1908 hasta el último que fue Brasil en Tokio, cada uno de los botines de las leyendas más importantes de la historia del fútbol, los dopings con papel membrete de Diego Maradona del Mundial ‘94 y de la Federación Italiana del ‘91 que nos donó Fernando Signorini, y tantísimos objetos inherentes a la historia del fútbol, hemos decidido representar en la “armadura”, en la camiseta, que obviamente tiene que ser “match worn”, que significa que tiene que haber sido transpirada, utilizada en partidos oficiales, de todos los campeones internacionales más preponderantes. Yo vine más de sesenta veces a Europa para entrevistarme con los Johan Cruiff, los Bobby Charton, los Eusebio, los Distéfano, los Maradona, los Platini. Posteriormente, en Sudamérica, los Pelé, los Bochini, los Valderrama, después acá los Ronaldo, los Ronaldinho, los Cristiano, los Messi. Y a todos bajo el mismo lema: tenemos que salvaguardar la historia del fútbol mundial. Y conseguimos completar, después de 27 años, en el 2017, las colecciones completas, año por año, campeón y subcampeón, por cada temporada de todo, desde el Mundial del ‘30 hasta Qatar 2022; toda la Champions, toda la UEFA Europa League, toda la Supercopa y Recopa Europea de clubes, la Eurocopa de Naciones, la Copa América de Naciones, la Copa de Oro en CONCACAF, todos los campeones de África, de Asia, de Oceanía; de Sudamérica, todos los campeones de la Copa Libertadores, Copas, Recopas, Interamericanas, Mercosur, Conmebol, la intercontinental de clubes, hoy Mundial de Clubes; del lado de FIFA, Copa Confederaciones, Copa Independencia, Copa de las Naciones, Mundialito, Mundial Sub-20, fútbol femenino, oro y plata olímpica y seguramente me olvido de alguna.
-Cuánto despliegue. ¿Y quién financió todo eso?
-Tengo que decir que tuve un fuerte respaldo económico de mi abuelo, nacido en Canillejas, en Madrid. Esta es una obra sin precedentes, que debió haberlo hecho la FIFA en su momento, pero que por suerte, después de 27 años, se pudo salvaguardar. Les puedo asegurar que esta es una obra titánica porque además, cada uno de estos objetos tiene el procedimiento de originalidad y certificación, porque el jugador que utilizó esa camiseta, esos botines, el propietario, describe, a través de esta certificación, el partido, a quién enfrentó, el resultado, fecha, competición, instancia, marca de la camiseta, a qué equipo pertenece. El número del dorsal, la cesión definitiva, firma del jugador, firma del escribano, el testimonio fotográfico en la notaría entregando la pieza y el video en el que dice “Hola, soy X y con esta camiseta jugué el partido tal”. Después vino la FIFA, luego la Liga Española, y después la UEFA para auditar estos objetos (la liga lo hizo a través de una auditora internacional, la KPMG) y estas tres instituciones homologaron la colección, convirtiéndose “Legends” en la única certificada cien por ciento y homologada por estas instituciones. Ahora también la estamos homologando en el blockchain, y por la Conmebol. Disculpame que sea un poco autorreferencial, pero es una obra sin precedentes, porque hemos salvaguardado el testimonio de lo que consideramos como la mayor pasión humana.
-A partir de todo eso, ¿cómo fue el lanzamiento?
-Yo estaba deseoso de exhibir esta colección. Mi debut fue en el Mundial 2006. En ese momento, Grondona me invitó a exponer en Berlín y yo había puesto indumentaria de los campeones hasta ese año. A esa exposición, la FIFA enviaba comitivas desde federaciones que participaban en ese Mundial, presidentes de las compañías que patrocinaban el Mundial, y yo, que hasta el momento estaba haciendo una carrera diplomática en la Cancillería argentina, me vi desbordado, porque termina el Mundial y la FIFA me obliga a cobrar por esa exposición por la que yo hubiera pagado para exponer. Cuando vi el cheque, aluciné, Inmediatamente después recibí una invitación para hacer el Coca Cola Trophy por todo el mundo, después vino Heinecken, luego Adidas, Gazprom y así es que comencé a dedicarme full live a continuar completando la colección ya con recursos generados genuinamente, y comencé con la idea aspiracional de que cuando se completase todo esto, podría exponerlo en algún lugar para compartirlo y disfrutarlo con la gente.
-¿Te planteaste que ese lugar fuera Buenos Aires?
-Empecé a intentarlo con Argentina en 2016. Lamentablemente, el empecinamiento que tenemos en mi país desde hace muchos años, de no tener previsibilidad en la economía, hizo que fuese imposible un proyecto de esta envergadura. En 2018 vino el G-20 a la Argentina. En ese momento, el presidente Mauricio Macri, que conocía nuestra colección, mandó a consultar si este showroom, que teníamos en el barrio de Palermo, podía formar parte del área recreativa que iban a tener las delegaciones entre las que se podía elegir. Vinieron muchos embajadores, secretarios de Estado, pero vinieron, además, tres mandatarios: Xi Jinping de China, Vladimir Putin, de Rusia y el emir de Qatar. Otra vez me explotó todo. Xi Jiping me contó ahí que ellos tienen un proyecto a cincuenta años con el fútbol y que ya lo habían implementado como materia en las escuelas públicas, en la que los chicos estudian teoría y práctica y que el primer objetivo es aprender a jugar al fútbol, segundo, clasificarse a un Mundial, tercero, organizar un Mundial, y cuarto, ganar un Mundial. Creo en las primeras tres. La cuarta, creo que no (risas). Igual no se lo dije (risas), fui políticamente correcto. En China nos presentaron al Shendi Group, que son los dueños de Disney Shangai, para hacerlo en Dysney. Fuimos a Moscú, y nos presentaron a la gente de Gazprom. En Doha, antes del Mundial, el emir me dijo “lo tenés que hacer acá porque estamos haciendo todo nuevo para el mejor Mundial de la historia”. A los tres les tuve que decir que no, que para mí, con todo respeto, era como tirar margaritas a los chanchos porque esto tenía que residir en un lugar definitivamente pasional donde todos sepamos de qué estamos hablando cuando hablamos de amor.
-¿Y qué hiciste al final?
-Recuerdo que al emir de Qatar fue al que más me costó decirle que no porque primero es un fanático y sabe todo de fútbol (cuando vio la camiseta de Paolo Rossi de España 82, lo primero que dijo fue que era la camiseta de los tres goles a Brasil, en Barcelona, y dijo quiénes habían hecho los goles de los dos equipos). Le expliqué que que había que hacerlo en Europa porque era el Primer Mundo del fútbol por su organización, por su poderío económico, por los nombres de sus clubes. “Y bueno, hazlo en mi club, en el PSG, en París”, me dijo. Después, estaban terminando el estadio del Tottenham y Osvaldo Ardiles nos invitó a que lo hiciéramos en Londres. Yo tengo una bonita amistad con Su Santidad, el Padre Francisco, que me dijo que lo tenía que hacer en Roma porque ahí son fanáticos y el Estadio Comunale está cerrado y ni siquiera tiene un tour y es un estadio en el que se jugaron dos finales del mundo. Pero yo lo que pensé es que donde haga este proyecto, voy a tener que irme a vivir.
-Toda una filosofía de vida.
-Yo vivía muy bien en la Argentina y para los argentinos, nada mejor que vivir en España. Llegamos a Madrid y me fui a ver a Florentino Pérez. Conocerlo fue otra experiencia maravillosa, Me contó que tenía un proyecto, que es hacer el primer Disney, el primer parque temático de un club de fútbol del mundo y que lo iba a hacer en Valdebebas, donde tenía más de noventa hectáreas. Empezamos a trabajar en un proyecto que era una especie de Guggenheim del fútbol dentro del parque temático del Real Madrid, aunque a mí no me cerraba del todo la ubicación porque era un poco lejos, y justo me invitó un día al palco del Bernabeu y me dijo que íbamos a tener que dejarlo para más adelante porque le había salido la licencia para la renovación del estadio y eso iba a llevar, por lo menos, cuatro años, y yo no disponía de cuatro años, así que le pedí que me liberara. Así que tenemos un edificio en Puerta del Sol donde pasa todo en esta ciudad y si bien no era el edificio que yo quería, porque yo quería 20.000 metros cuadrados y en éste tenemos casi 5000, pero sí es un petit palacio entero y en la Puerta del Sol, porque lo que priorizamos fue “location, location, location”, y también me seducía que habían vivido en ese edificio escoceses que introdujeron el fútbol en Madrid y entonces también tenía la cuestión icónica que yo también deseaba.
-¿Y cómo terminaron armando el proyecto final, entonces, sin Florentino Pérez?
-El proyecto no sólo es expositivo sino profundamentre inmersivo y por eso no sólo es un museo sino que es una experiencia con muchísima tecnología de punta. Intentamos con Acciona y con Mediapro, que son las dos grandes empresas que se dedican a las experiencias museológicas en España y en el mundo, y fuimos tan estrictos en lo que queríamos, que a pesar de que empezamos con ellos, decidimos no continuar con ellos y fuimos por más, por una empresa japonesa llamada Densu que estaba asociada a MKTG, una empresa española y fue lo mejor que nos pudo pasar porque entendieron siempre lo que yo tenía adentro de mi cabeza, que no era fácil y a pesar de las limitaciones del edificio porque acá son muy estrictos con las normas y no es fácil porque la Puerta del Sol está en obras pero la sensación es que inauguraremos un todo.
-¿Tuviste buena predisposición de los organismos del fútbol, en general?
-Yo vengo haciendo un trabajo desde la pandemia que sintetizo en un almuerzo que tuve en Doha con Gianni Infantino, que me dijo “Marcelo, has logrado algo que ni yo como presidente de la FIFA logré, que es juntar a todas las federaciones e instituciones”. Y la verdad es que al principio fue terrible porque la UEFA no quería saber nada con la FIFA y viceversa, la Liga y la Federación Española, lo mismo, y en un momento en el que el mundo nos estaba dando un aviso grande y la pandemia nos tenía que dejar algo, yo les decía a los presidentes que cuando vimos el primer partido post pandemia, de la Bundesliga, sin gente, era como un cuerpo sin alma. Y ahí nos dimos cuenta lo importantes que somos las personas que formamos parte del espectáculo. Entonces pedí generosidad y hoy con muchísimo orgullo y trabajo, y con el acompañamiento de estas instituciones, “Legends” puede decir que cuenta como socios a la Liga, a la RFEF, a la UEFA, a la Conmebol, a la FIFA, al COI, estamos trabajando con Concacaf y con muchas leyendas del fútbol mundial. Tenemos un sueño y es que Cristiano Ronaldo y Messi jueguen en el mismo equipo, “Legends”. Estamos cerrando próximamente con Mbappe. Y ya tenemos con nosotros a Casillas, Zanetti e Iniesta, entre otros.
-Destacás mucho que “Legends” no es sólo un museo.
-Esto está dedicado a la gente, a las leyendas, a los jugadores, esos héroes de pantaloncitos cortos, a los clubes y a las selecciones, y por sobre todo, a la historia del fútbol. Y la diferencia de lo que uno puede vivir como experiencia en el museo del Real Madrid, del Barcelona, del Liverpool, del Milan, del Bayern Munich, del Flamengo, es que uno va a esos lugares sin ser necesariamente hincha de esos equipos. Un gran respeto por la historia de ese club, pero acá (se toca el corazón) no pasa nada. Nosotros vamos a ser un espacio para generar la felicidad que sólo puede generar el sentido de pertenencia del fútbol, una caricia al alma para cada uno de los hinchas de cada rincón del planeta. Hay una historia hermosa que contar y lo vamos a hacer.
-¿Me podrías explicar un poco más?
-Te doy un ejemplo: para los argelinos, haberle ganado a Alemania en España 1982 fue una fiesta, con aquel gol de Belloumi. Cada año se festejaba esa fecha como una efeméride. Nosotros fuimos a buscar a Beloumi a Francia para explicarle que esa armadura debía estar expuesta para todos los argelinos pero nos contó que había cambiado su camiseta con Pierre Littbarski, así que fuimos a visitar a Littbarski a Colonia, y cuando un argelino pase por el stand de España 1982 se encontrará con esa camiseta y se podrá teletransportar, gracias a la tecnología, a ese tiempo. De eso se trata “Legends”, de una factoría de emociones, de pasiones, pero que a diferencia de otras experiencias, explicaremos a los españoles y a los europeos lo que es la cultura argelina, argentina, brasileña, mexicana a través del fútbol, porque nosotros también creemos que se juega como se vive, se vive como se juega.
-Además del “Legends” de Madrid, próximo a estrenarse, ¿tienen previsto otros?
-A pesar de muchos ofrecimientos que tenemos como el Maracaná o el Azteca en Latinoamérica, el próximo “Legends” va a ser en los EEUU, más precisamente en Miami y estamos trabajando con la gente de Disney. Hay prácticamente cerrado un “Legends” en Arabia Saudita, tenemos uno muy avanzado en Japón y finalmente, un sueño, que es hacerlo en mi Buenos Aires querido, que es la capital pasional del fútbol, sin lugar a dudas. Ya que hablo de capitales, te cuento que con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, que es otro fanático del fútbol, en el proyecto “Madrid capital mundial del fútbol” porque en un momento dijimos que el que ama la moda tiene a Milán, el que ama el amor tiene a París, los que aman los vicios tienen a Las Vegas, los que aman la cerveza tienen a Munich, los que aman la religión, la política...están todas las capitales, pero no está la capital mundial del fútbol y coincidimos que acá tenemos al club más ganador de la historia, tenemos al Atlético de Madrid que además de que entre ellos hacen un gran súper derbi, tiene uno de los estadios más modernos del mundo, que tenemos a la Liga, una de las dos más importantes del mundo junto con la Premier, tenemos a la Federación Española, una de las más potentes, tenemos el Clásico, el episodio deportivo más grande del mundo, el Real Madrid-Barcelona y que tenemos a “Legends” que viene con la UEFA, la FIFA, la Conmebol, con el COI y con las leyendas. Y Tenemos acuerdos con el Real Madrid y el Atlético para que cuando terminen la experiencia con nosotros, todos tengan un bus especial y puedan ir a sus estadios a través de un ticket compartido.
-¿Los precios para entrar a “Legends” serán accesibles?
-Noto que las entradas a los partidos son carísimas. A veces, 1200 euros y hay que pagarlos. Y eso deja de ser popular, no es para todo el mundo. Nosotros vamos a tener un cine 4 D, una suerte de Van Gogh Experience, dos experiencias inmersivas en cada sala, siete pisos, un store, un Metavers Land, la colección, una terraza panorámica con restaurante, todo eso por 22 euros, que es un precio accesible. Hay paquetes familiares y los niños pagan menos. Eso era una condición.
-No te pregunté qué lugar ocupan las mujeres y los árbitros en la colección.
-Obviamente, también hay un espacio para la mujer, algo que fue pedido por todas las instituciones pero eso ya estaba contemplado por nosotros. Ta,bién tenemos varias reliquias de los árbitros, que no tienen hinchas y nos preguntan si los dejamos de lado y no, claro que no. Nosotros subastamos en Londres por unos botines de herrero que usó el árbitro belga (Langenus) en la primera final del Mundial y los pudimos ganar.
-¿Hay un valor estimado de toda la colección?
-La Liga cotizó la colección y trajo para eso peritos de Sothebys, de Christie’s, de Juliens, y otros expertos, y vale 198 millones de euros, pero a eso hay que sumarle el valor agregado y la sinergia que “Legends” ya va a tener con una unidad de negocios avalada por instituciones y proyección aspiracional de estar en todo el mundo. Está asegurado, pero se pierde una camiseta de Giuseppe Meazza del Mundial 1934, no hay seguro que la pague porque no hay otra. Pero tenemos seguros para las personas y los contenidos. La que tenemos, que es una anécdota desopilante, es la camiseta de Xavi Hernández de un partido del Mundial de Sudáfrica 2010, cuando salió campeón con España, pero no nos llegó por él, sino por Héctor Baldassi, que lo dirigió en los octavos de final ante Portugal.
-¿Baldassi?
-Sí. Resulta que España ganaba 1-0 y en un momento, Xavi hizo una de sus jugadas en las que giraba y tocó para Iniesta, y escuchó de atrás que le gritaban “hijo de puta, sos un fenómeno, un genio”. Xavi se sorprendió al escucharlo y cuando se dio vuelta para ver quién lo había dicho, era el árbitro. Ya en el descuento del partido, con Portugal dominando, Xavi comenzó a gritarle que terminara el partido, que pitara el final “de una puta vez”. Baldassi entonces lo miró y le dijo “Pero si yo pito, ¿me das tu camiseta?”. “Por supuesto”, le dijo el catalán, e inmediatamente Baldassi decretó el final del partido.
-Lo difícil que debe ser preservar una camiseta.
-Las camisetas tienen un procedimiento de conservación aburrido de contar: una luz especial para museología que las ilumina, la atmósfera (porque tienen que estar cerradas a presión), necesitan humificadores, que por suerte el clima de Madrid ayuda porque no es húmedo.
-¿Tienen más valor las camisetas autografiadas?
-Al contrario. No soy adepto a a que las camisetas se firmen porque como dijo un tal Maradona, la pelota no se mancha y la camiseta tampoco. Cuando los jugadores salen a la cancha, no salen con la camiseta firmada. Entonces, si la querés firmar, en todo caso en el número de la espalda y suave, que no sobresalga. Prefiero que me firmen el certificado.
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