“Chau, codiciado”: la historia de amor del ex Puma Ortega Desio y Belu Lucius que nació con una misteriosa frase

El recuerdo de cómo se conocieron en un boliche, con una picante cuenta de redes como lazo. Cómo afectó a Javier el conflicto que vivió tras su salida de la selección de rugby y la decisión de priorizar a su familia que derivó en la creación de una empresa familiar

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Javier Ortega Desio y Belu Lucius -
Javier Ortega Desio y Belu Lucius -

“Hola, buenos días. ¿En serio Javier compró esto?”. Esa fue la bienvenida de Belu Lucius a Infobae mientras esperábamos que Javier Ortega Desio terminara de acondicionarse tras una sesión de entrenamiento. En un tono gracioso, la famosa influencer y esposa del ex jugador de los Pumas quedó perpleja tras ver que en la mesa del patio de la casa de sus papás, su marido había llegado con unas masitas para compartir en la previa a una charla que mostró lo que son: una pareja que se eligió y que hoy, después de atravesar momentos inolvidables y otros muy duros, disfrutan del mejor momento de sus vidas.

“En un boliche lo vi pasar y dije ‘esta es la mía, es mi oportunidad’... Viste que el tren pasa una sola vez”, contó la mamá de Bautista y Benjamín. Ortega Desio era el “codiciado” para la cuenta de redes sociales que manejaba Belu y publicaba información deportiva. ¿Ustedes sabían que llegó a dirigir un partido de Las Leonas como árbitro? “Es una caja de pandora”, repitió el ex Puma sobre su pareja. Y vaya que lo es.

Los dos se destacan en las redes, tienen millones de seguidores, hacen sorteos y divierten con su contenido. Pero, detrás de escena, la familia Desio-Lucius tuvo que transformarse no hace tanto tiempo. Cuando Javier se quedó sin el rugby por un conflicto que les dejó huella, la dinámica se modificó. “Frené la pelota y dije ‘es momento de priorizar a mi mujer’, porque ella está en un momento extraordinario, estaba en pleno pico de crecimiento en las redes, en la televisión, en todos lados. Y dije, ‘es momento para yo me ocupe de la casa, de la familia, de darle un poco mi apoyo a ella para que ella pueda hacer lo que le gusta’”, recordó Desio en lo que fue el principio de una historia que hoy los encuentra como dueños de VRaptor, la marca de ropa para chicos que es un furor y los lleva de la mano en una nueva experiencia juntos. Con una sonrisa, siempre.

- ¿Cómo se conocieron? ¿Vos lo conociste a él como una figura del rugby ya?

- Belu Lucius: Bueno, todavía no eh. Yo tuve buen ojo.

- Dijiste “lo tengo que agarrar ahora”.

- Belu Lucius: Medio como que lo agarré en las inferiores.

- Ortega Desio: Apostó.

- Belu Lucius: Aposté… En un boliche, él no salía nunca, pero a mí me encantaba salir a bailar. Y en un boliche lo vi pasar y dije “esta es la mía, es mi oportunidad”... Viste que el tren pasa una sola vez.

- Lo tenías como referencia o lo viste en ese momento.

- Belu Lucius: No, yo ya lo conocía, pero por fotos, de las redes, de Facebook. ¿Viste cuando tenés amigos en común? Y cuando lo vi personalmente, este chico, quizás, me da una foto y me abalancé..

- Ortega Desio: Esperá, en ese momento tenías un Twitter que hablaba de rugby, de hockey, y ella me había puesto en una sección que no sé si estaba los jueves…

- ¿Tenías una cuenta que hablaba de deportes?

- Belu Lucius: Sí… Interesante… Incluso trabajé en Minuto 80, en radio Simphony y en otra radio más que ahora no me acuerdo el dial que era online, de deportes. Yo hice deporte toda mi vida. 17 años jugué al hockey, he hecho vóley, tenis, handball, natación.

- ¿Tenés un curso de réferi internacional?

- Belu Lucius: Sí, soy réferi internacional de hockey.

- ¿Y por qué no ejercés? No le quites a la gente ese disfrute.

- Belu Lucius: Vos sabés que todos me veían con muy buen porvenir y muy buen futuro siendo árbitro porque era muy buena. Como que ya veía la jugada anticipada, porque como era jugadora, tenía una lectura muy buena. Como deportista siempre fui muy buena en los terceros tiempos. Siempre nivelaba para abajo. En todos los testeos era la que más atrás estaba, pero tenía muy buena lectura, lo que me sirvió siempre para, con una capacidad más limitada en lo que es el juego, era muy buena posicionándome en la cancha. Como árbitro me pasó eso, pero en un momento me puse a pensar que yo no quería tener enemigos, porque el árbitro, viste que sí o sí, pites para cualquier lado, un mitad de la cancha te va a odiar y la otra, incluso sabiendo que te equivocaste, te va a amar. Entonces dije “esto no es para mí”. En su momento lo quise estudiar, quise hacer el curso, iba por allá a la Avenida Entre Ríos, era casi por Constitución. Y bueno, lo hice, incluso dirigí un partido de Las Leonas, me encantó, pero ahí llegó mi amor en lo que es el arbitraje. Y a él lo conozco en el boliche.

- Ortega Desio: A través de esta red social que tenía ella, que hablaba un poco del mundo del rugby-hockey pero de la interna, del amorío.

- Belu Lucius: Es que juegan los sábados, mismo horario, se cruzan en el mismo club, tercer tiempo y es… conozcanse. Es como cupido.

- Ortega Desio: Bueno, yo voy al boliche porque, particularmente, mi mejor amigo, justo estábamos en el Día del Amigo, me dice “salgamos”. Creo que caía un miércoles, jueves, y le digo “yo entro, yo no salgo”. Yo era re profesional…

- Belu Lucius: Yo salgo… jajaja.

- Ortega Desio: Ella, encargada de organizar, ¿no?. Tipo relaciones públicas. Que, de hecho, es relacionista pública. Bueno, termino yendo a un boliche, que era un after en San Isidro. Entro al boliche, camino un par de pasos y de repente pasa alguien que me toca la cara y me dice “chau, codiciado”.

- Belu Lucius: Esta locura…

- Ortega Desio: No es una palabra muy normal “codiciado” y yo la asocié directamente con esa cuenta en Twitter porque hacía un mes que me habían subido en una sección que decía “rugbiers codiciados”. Entonces medio que manoteó ahí en el tumulto, porque estaba lleno de gente, todos comiendo y yo decía “wow, no puede creer que un miércoles o jueves Buenos Aires sea esto”. Yo estaba tapado en mi cama todos los días a las 9 de la noche y estos están en plena joda. La veo, la agarro de la mano, veo que tiene una gorra característica de su Twitter y le digo “cómo me divierto con tus cosas”. Bueno, pasa un rato, le digo a mi amigo “esta es la mía, acompañame, vos andá con la rubia yo con la morocha”... La rubia en ese momento era mi cuñada. Ahí la veo, le digo “querés tomar algo”... “Pará”, me dice. Se va y vuelve a los cinco minutos y trae una frapera… Un fernet, una gaseosa, me trae los vasos y yo digo internamente “esta mina es re copada”...

- Belu Lucius: Soy completa… jaja.

- Ortega Desio: Agarro el vaso, estoy por servir y digo “bueno, ¿tomás fernet?”. “o, me voy a otro boliche, nos vemos”. Me golpea el hombro y se va. Y bueno, a partir de eso empieza todo mi laburo. Teníamos una amiga en común, le dije “por favor, haceme los papeles, decime cómo hago para ir de nuevo al boliche”. Finalmente, programó todo y ahí nos conocimos.

- Belu Lucius: No hay que perderse las oportunidades cuando vos las ves. Es ir eh, no hay que perder un segundo.

- Ortega Desio: Incluso te digo. En esa época, eso fue julio del 2013, yo venía de jugar con los Pampas XV, último año de los Pampas XV, y no sé si tenía una gira a Rumania. Una cosa así por Nations Cup y recién debuté en los Pumas en 2014.

- Belu Lucius: Tuve visión…

Cómo Ortega Desio y Belu Lucius se conocieron en un boliche

- Un scouting increíble… Belu, ¿cómo fue convivir con el crecimiento que tuvo Javier en el rugby argentino?

- Belu Lucius: De mi lado, siempre me tocó acompañarlo. Acompañarlo en los momentos buenos y los momentos malos. Así es el deporte. Entonces, siendo él el deportista, y yo estando ajena a eso. Siempre ser el sostén cuando me necesite o la motivación cuando la necesite. Es muy loco, pero el que se lleva el esfuerzo es él, no la pareja. Yo seguí teniendo mi vida y los dos nos acompañamos mutuamente.

- La relación creció, fueron padres. ¿Cómo fue avanzando la relación?

- Ortega Desio: Fue lo más lindo del mundo. Para mí fue lo mejor que me pasó en la vida ser padre. Obviamente en el medio tuvimos todo el proceso de nuestro noviazgo, un montón de logros adquiridos que los íbamos charlando. En el medio estaba toda esta incertidumbre, estamos hablando del 2014, yo recuerdo una victoria contra Francia en el Stade de France, que después nos fuimos un viaje juntos por Europa…

- Belu Lucius: Uh, donde te hiciste los puntos…

- Ortega Desio: Sí, me terminé abriendo toda la cabeza y ella me terminó sacando todos los puntos porque yo no podía.

- Belu Lucius: Un horror. No eran puntos, eran ganchos.

- Ortega Desio: Viste que ahora se usa tipo una abrochadora que te ponen ahí.

- Eso era común, no. Porque salías con un atleta que, por su deporte, le podían pasar esas cosas.

- Belu Lucius: Ah, sí. Porque es un deporte de contacto y yo, al haber jugado otro deporte de contacto, también estaba acostumbrada a un palazo, un bochazo. Lo que le pasó a él es algo que puede pasar en muchos deportes. Encima estábamos lejos, él en Francia, yo en Buenos Aires. Yo viajaba a los dos días, nos encontrábamos en Praga, y lo veo a él con la cabeza con ganchos en cualquier lado. Era la herida con ganchos pero, en ese momento, taka taka, te pusieron un gancho mal ubicado porque entre el pelo, la transpiración y la emoción de apurarse.... Y yo, que me impresionó de la nada, él me dijo “por favor, me lo sacás” y me dio una pincita de depilar.

- ¿Cuánto estuviste para sacarle los ganchos?

- Ortega Desio: Estuvo como dos o tres días, porque le daba impresión. Yo me los iba arrancando y ella me decía “te vas a romper todo…” Yo le decía “dale, sacame todo que no aguanto más, me pican…”. Bueno, después de eso, yo recibí un par de ofertas para irme a jugar afuera y estuvo toda esta transición donde apareció Jaguares y desde la UAR nos metían presión a nosotros como que éramos el proyecto de Jaguares y un poco jugaban con la cuestión de que si te ibas afuera te perdés la oportunidad acá porque el rugby argentino va a cambiar, así que estamos apostando todas nuestras fichas al rugby argentino. Así que, si te vas, te quedás afuera del sistema, te perdés el Mundial 2015, que fue el primero que jugué. Entonces, ella siempre estuvo al lado mío, tratando de ayudarme a tomar la mejor decisión. Siempre poniendo las cosas en la balanza. Qué sumaba más, que restaba más. Cuál era el sueño, el objetivo. Hacia adónde queríamos ir los dos, ya como pareja para planificar nuestra familia, y siempre ahí, con una palabra justa. Ella te lo puede decir, por lo menos desde el alto rendimiento, y alguna vez lo escuché a Manu Ginóbili, que uno pierde mucho más de lo que gana, también son más los momentos malos que los momentos buenos. Porque hay mucha frustración, mucha competencia, hay muchas decisiones que no pasan por uno, no. Por ahí es complicado, pero mi pilar, sin dudas, lo tenés acá al lado mío.

- Belu Lucius: Es un tierno…

- Después de jugar dos Mundiales, estaba esta opción de ir al Toulouse de Francia. Finalmente te dejan afuera de Jaguares y vos tomaste una decisión de vida que fue dejar el rugby.

- Ortega Desio: Fueron dos cuestiones. El pase no se concreta por una persona en particular, que no me interesa traerla a colación y después lo otro, obviamente, con esto que te digo de poner las cosas en la balanza yo dije “bueno, cuáles son las dos alternativas”. En ese momento, ella estaba en el auge de su carrera, por así decirlo, venía de filmar MasterChef o estaba en pleno proceso de MasterChef, que me acuerdo que me dijo “sale Toulouse, buenísimo”. Yo mandé a hacer el pasaporte para los chicos, hice toda la movida, me dijo “andate vos, yo termino en diciembre, me quedo cinco o seis meses con los chicos acá mientras vos andá buscando casa, hacé esto y lo otro”. Eso es lo que tiene la vida del deportista, sos un poco nómade, te vas moviendo para donde va la ola, tenés que tratar de tomar decisiones donde te sientas cómodo, donde te permita crecer y donde, además, no quedes afuera de un sistema, ¿no? Porque te podes ir a jugar al rugby donde, tal vez, no hay mucha visibilidad y la competencia no es tan grande y te quedaste afuera de un sistema por elegir mal un lugar. Pero cuando tuve que tomar la decisión, por un momento el pase se cae porque una persona da malas referencias, yo empiezo a buscar otras alternativas y a partir de eso la frustración enorme de enterarme de algo así. Un proyecto familiar que se cae, un proyecto de carrera en un club que, actualmente, debe ser de los mejores clubes del mundo, y obviamente, un replanteo existencial personal en el que vos te decís, perdón la expresión de la palabra, pero te decís “soy un choto, nadie me valora”. O sea, pasé de estar acá arriba a estar acá abajo. Me quedé sin club, sin posibilidades de irme a jugar afuera, me agarra en un momento en plena pandemia en el que nadie tenía herramientas para sobrellevar esa situación porque se caía el mundo. Y en ese momento fue, como siempre hablamos, ya las decisiones, cuando uno tiene una familia, en ese momento dos hijos, ya no son personales sino que pasan a ser familiares. Más allá del amor que yo le tengo al deporte en general y al rugby en particular, ya las decisiones son de a dos personas hacia el futuro de tus hijos. Y en ese momento la balanza tira más hacia el lado de quedarnos en Argentina y de que yo resigne mi carrera. Ella ya venía con siete, ocho, nueve años de bancar mi carrera profesional y resignó por completo. Más allá de que seguía haciendo sus cosas, pero el día que fue madre ella se resignó por mí. Por darme prioridad a mí y decir “seguí con tu carrera que acá el control lo tomo yo y yo me ocupo”. Yo nunca me voy a olvidar que, nace Bautista, a los cuatro días me veo en el Rugby Championship, vuelvo y tiene tres meses. Entonces ahí digo “wow, esto va a seguir pasando”, porque nuestro calendario era de siete meses fuera de casa. Está bien que con viajes ida y vuelta, pero esto es muy duro con la vida de padre, que te cambia la percepción de las cosas. Entonces, frené la pelota y dije “es momento de priorizar a mi mujer”, porque ella está en un momento extraordinario, estaba en pleno pico de crecimiento en las redes, en la televisión, en todos lados. Y dije, “es momento de que yo me ocupe de la casa, de la familia, de darle un poco mi apoyo a ella para que ella pueda hacer lo que le gusta” y que te digo realmente lo que es la vida de ella, es una vida de locos. Porque tiene una agenda toda planificada, con un cronómetro que marca que tiene salir rajando para otro lugar porque no da abasto. Entonces, en ese momento, la decisión que terminé tomando fue dejar el rugby sin querer dejar el rugby. Lógicamente. Te lo digo hoy, ella lo sabe, y una fichita que me meten ahí y se me prende de nuevo, pero bueno, también uno aprende de las experiencias. La vida es una experiencia, un camino que hay que transitarlo, ir aprendiendo y hoy te puedo decir que, por más fuego que tenga, de ganas de volver al rugby, por así decirlo, creo que ya no lo elijo porque hemos construído un camino nuevo. Tenemos una empresa hoy, de ropa para chicos, estamos abocados el 100% de nuestro día en eso. Es un proyecto espectacular, que lo disfrutamos, y además de todo el laburo de publicidad que hacemos en redes sociales. Tuve la suerte el año pasado de grabar una serie, no puedo decir mucho…

- ¿Cómo viviste vos la decisión de Javier de decir “hasta acá con el rugby”?

- Belu Lucius: En ese momento a mí siempre me tocó el lugar de acompañar y apoyar. Porque la decisión era de él. Y más allá de todos los palos en la rueda, que él te cuenta pero en realidad no te quiere contar, y yo tampoco porque… no suma para nada, pero son cuestiones que quizás, hoy le tocó, en ese momento le tocó vivirla a Javi, pero sabés cuántos deportistas tienen la carrera truncada por decisiones ajenas. El poder que quizás tiene una persona por sobre la carrera del resto. Y, yo le dije a Javi en su momento, yo voy a estar para acompañarte en la decisión que vos creas conveniente tomar. Y en ese momento tuvo esa capacidad tan hermosa de poner a la familia en primer lugar, que es muy difícil, por sobre un ego personal. Porque también está el ego de “yo laburé para esto, laburé para ser deportista toda mi vida o durante muchos años y ahora voy a poner en primer lugar a mi familia en vez de mi carrera”. Y eso es algo que sólo él te puede responder, porque a mi siempre me tocó el lugar de ser acompañante. Sostén y apoyar la decisión que él siempre creyó más conveniente. Después, con el diario del lunes, te lo dice él, se convirtió en un empresario. Empresario en una industria textil, adquirió habilidades en otro ámbito laboral que en otro lugar no hubiese podido adquirir. Tiene herramientas que quizás antes no tenía, y se sumergió en un mundo completamente diferente al anterior y se pudo adaptar. Pudo hacer crecer una empresa que hace un año era así y ahora le vendemos a toda la Argentina. Gracias a él.

- Ortega Desio: A los dos, esto es un trabajo en equipo.

- Belu Lucius: Gracias a él. Todo el trabajo siempre es en equipo. Y eso habla del estilo camaleónico de personalidad que tiene Javier. De adaptarse, de cambiar, de ser top ten en tenis y pasar a ser parte de un seleccionado, jugar dos Mundiales y ahora tener una empresa de ropa para niños y formar parte de la Cámara Argentina de Indumentaria de Bebés y Niños (CAIBYN), y tener un mayorista, un minorista, su propio depósito. Es una máquina de construir y eso es admirable, que sea una máquina de construir y no de destruir. Estoy anonadada de cómo supo adaptarse a un mundo nuevo. Todo lo hace con ganas, nunca con paja.

Por qué Ortega Desio tomó la decisión de dejar el rugby y la mirada de Belu Lucius

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