La Asociación Atlética Quimsa puso su nombre una vez más en lo más alto de la Liga Nacional de Básquet tras una serie final en la que se impuso con total autoridad frente a un histórico como Boca Juniors. El club santiagueño conquistó así su décima estrella en competencias nacionales e internacionales desde el 13 de agosto de 1989, día del nacimiento de la institución, que fue producto de la fusión de tres entidades locales: Estudiantes Unidos, Santiago Básquetbol Club e Inti Club. Todas atravesaban diferentes dificultades económicas, pero había un ideal en común: fortalecerse entre todos y así convertirse en el equipo de la ciudad.
En este caso, la unión hizo la fuerza para que Quimsa (significa “tres” en la lengua quechua) vaya ascendiendo a lo largo de los años desde la vieja Liga B hasta la máxima división en 2006. Todos los logros fueron acompañados por un proyecto integral que hoy se consolida bajo la figura de un director deportivo, un cargo que en los clubes de la Argentina se suele relacionar con el fútbol profesional y que en el básquet va tomando fuerzas. Diego Lo Grippo ocupa ese rol de “arquitecto” del nuevo campeón de la Liga y desentraña en una charla con Infobae qué hay detrás de la reciente coronación.
La llegada del rosarino de 45 años a Santiago del Estero se dio en 2011, pero en su etapa de jugador. Luego de su paso por Ferro, Estudiantes de Olavarría, Atenas y el básquet español, el ala-pivote tomó un cariño especial por la Madre de las Ciudades y regresó como mánager en 2019, luego de su retiro de las canchas. En medio de su última campaña, el MVP de las finales de la Liga en 2003, estudió la carrera de dirigente deportivo en España y volcó sus conocimientos gracias a la oportunidad que le dio Gerardo Montenegro, quien conduce los destinos de Quimsa y la Asociación de Clubes e inició el proyecto en 2001.
“El objetivo madre era llevar al básquetbol de Santiago del Estero al plano nacional e internacional. Fue la seducción para que me sumara al proyecto. Esa fue una de las metas que tenía dentro de la cabeza. Desarrollé un programa y plan estratégico de los objetivos a futuro, consiguiendo que todos compartan la idea del club, su idiosincrasia, la manera de funcionar, profesionalizando las áreas y consiguiendo las personas adecuadas. Eso es esencial para iniciar el camino y me parecía que en 4 o 5 años podíamos conseguirlo. Tuvimos la regularidad, acertamos con las personas que nos acompañaron en este proceso. Esta es la cuarta temporada que estoy como director deportivo y haciendo mucho hincapié ahí, porque detrás de los jugadores y los protagonistas que están dentro de la cancha hay una estructura muy grande”, explica Lo Grippo.
La estructura que menciona engloba el área médica y kinesiológica, la administración, tesorería e infraestructura. Por eso, la toma de decisiones y la efectiva comunicación entre las partes se torna fundamental para desarrollar el plan. “Se ha hecho una inversión muy grande en infraestructura para que podamos trabajar con total tranquilidad, siempre estar apostando en el básquet masculino, femenino y las formativas. Por eso es clave el acompañamiento que tenemos de la provincia, de los abonados, sponsors privados. Todo eso hace que hoy Quimsa sea el equipo de la ciudad y que esté identificado con los santiagueños”, indicó el mánager del campeón destacando también el apoyo que recibe del gobernador Gerardo Zamora.
- ¿Cómo se hace para que un proyecto como el de Quimsa se sostenga en un país tan cambiante como la Argentina?
- Tiene que haber un acompañamiento y que todos estén de acuerdo. Un consenso. Tiene que haber un presupuesto para definir objetivos. Ganar el campeonato en sí no es lo más importante, sino vivir todo el proceso y el poder superarse día a día. Venimos de logros importantes, pero también de perder dos finales. Por eso todos tienen que estar respaldando el proceso, para conseguir los recursos. A veces uno es un poco exitista, si uno no sale campeón no sirve, pero es caerse y volverse a levantar, intentarlo otra vez. Eso es lo que vale: la historia, el recorrido y ver crecer el club todos los días. Esa es nuestra forma de trabajo. Hay clubes que ya están utilizando la figura del director deportivo porque no es un gasto, sino una inversión. En Europa es moneda corriente. Tiene que estar a dedicación completa, no sirve estar a distancia. Acá en Argentina, lo que es el mánager tenemos un vacío que hay que rellenar, tarde o temprano. Esta profesión, sí o sí necesita insertarse en los clubes.
- ¿Cómo fue el proceso del armado de un plantel que se consagró campeón reponiéndose de dos finales perdidas?
- La idea fue de crear un equipo con identidad donde puedan permanecer durante varios años porque la identidad es a través del tiempo. El jugador tiene que estar y demostrarte que se gane a la gente por sus cualidades, de su entrega. Por la vorágine de la competitividad esto se perdió y lo volvimos a recuperar. Estamos convencidos que este es el camino porque ya nos dio alegrías en cuatro años. Que hayamos perdido dos finales fue una circunstancia porque no depende solamente de que hagas todos el proceso bien. Muchas veces uno no logra lo que merece y eso te frustra y hace tomar otro camino, pero en el común de los procesos uno termina logrando lo que merece.
En un país donde muchas veces los proyectos son desechados a mitad de camino cuando no se logra el resultado inmediato, hay ejemplos en los que se puede observar que la constancia y la seguridad para sostener procesos a la larga darán los frutos. Hoy Quimsa tiene su fórmula para gozar de un presente exitoso y perdurable. El reto es sostenerlo en el tiempo, pero mientras tanto, Lo Grippo y su equipo no tendrán descanso porque se vienen nuevos retos, los torneos internacionales y la próxima Liga Nacional. El engranaje ya está en marcha.
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