Messi y la tercera revolución del fútbol en Estados Unidos: lo que se espera luego del boom con Pelé y Beckham

Cómo fue el crecimiento del fútbol en Estados Unidos: aquel impacto con O’ Rei en 1975 y luego con el Galáctico desde 2007. Cómo los aprovecharon y lo que ya genera el argentino cuando aún no es oficial su desembarco: las redes sociales, el precio de entradas, las apuestas y el valor del equipo

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Messi y la revolución del fútbol en Estados Unidos
Messi y la revolución del fútbol en Estados Unidos

En 1975, cuando Pelé puso punto final a su matrimonio de 18 años con el Santos, club en el que se crió, formó, brilló y llevó a lo más alto del mundo, nadie entendió su decisión de seguir su carrera en el fútbol de Estados Unidos, puntualmente en el Cosmos de Nueva York. Estaba claro que, a los 35 años, le quedaba poco en su magnífica carrera, pero el soccer casi no existía en USA, imagínense en el mundo…

En aquella época casi no había campeonatos ni divisiones inferiores, la difusión era casi nula y la asistencia a los estadios, también. El Cosmos, por caso, fue creado en 1970 por un berretín de dos hermanos turcos fanáticos del fútbol (Ahmet y Nesubi Ertegün) que tenían una discográfica (Atlantic Records) y le hicieron ese pedido al dueño de Warner Bros (Steve Ross) para quedarse dentro de su estructura y ampliar los horizontes. En sus inicios, la franquicia comenzó jugando en el estadio de los Yankees de NY, el famoso equipo de béisbol de ciudad, porque como casi nadie iba, se mudó a 40 kilómetros de la ciudad, a una canchita con tribunas de maderas, aunque sin mejorar la asistencias: nunca iban más de 300 personas.

Se trataba de una disciplina exclusivamente para extranjeros, que practicaban al amado deporte que habían mamado en sus hogares pero en el país del fútbol americano, el béisbol y básquet era absolutamente marginal. Como muestra vale un botón: el único gol del histórico triunfo de Estados Unidos ante Inglaterra en el Mundial de 1950 lo anotó Larry Gaetjens, un haitiano que trabajada de mozo en un bar de Brooklyn…

Hasta la NBA saludó la llegada de Messi al Inter de Miami
Hasta la NBA saludó la llegada de Messi al Inter de Miami

Recién en 1966 la televisación de la final de aquel Mundial, entre Inglaterra y Alemania, generó interés y, un año después, un grupo de empresarios deportivos y patrocinadores privados se lanzaron a la aventura creando dos ligas, la United Soccer Association y la National Professional Soccer League, que tan solo un año después se unirían, naciendo la North American Soccer League (NASL). Pero, claro, poco movió la aguja de la popularidad y cuando el Cosmos fue campeón, en 1972, no muchos se enteraron. Era difícil cuando, por caso, el mismo vicepresidente del Cosmos preguntó quién era Pelé, cuando el dueño le contó la idea de fichar a la máxima estrella mundial que venía de ganar nada menos que tres Mundiales…

En el documental “Una vez en la vida, la extraordinaria historia del New York Cosmos”, la analista deportiva Lawrie Mifflin explicó por qué el rechazo al fútbol nacía casi de una cuestión cultural: “El fútbol es como una obra de teatro. Tiene dos partes y hay que estar concentrado siempre en el juego. Solo hay un descanso, en el que comentas qué te pareció”. Es decir, todo lo contrario a los deportes estadounidenses, tan acostumbrados a muchas anotaciones y, especialmente, a las detenciones continuas que invitan a los espectadores a ir por un hot dog o una cerveza.

La clave entonces era sumar deportistas atractivos, que fueran distintos, especiales, más allá de su fama. En el caso de Pelé no fue nada fácil. Primero el Cosmos debió pelear con la Juventus y el Real Madrid, que también lo querían. “Si vas a al Real o a Juve ganarás campeonatos, pero si vienes a Nueva York vas a ganar un país entero”, le dijo Clibe Tove, general manager del Cosmos. Luego de que el crack aceptara la oferta de 5 millones de dólares por tres años, hubo que luchar contra el gobierno dictatorial de Brasil, que se negaba a cederlo porque quería que siguiera en su campeonato y con su selección. Los directivos tuvieron entonces que mover sus influencias. Fue Henry Kissinger, Secretario de Estado y nexo de USA con las dictaduras latinoamericanas, quien intervino y logró el pase, con promesas de futuras ayudas y una frase (“por el bien de las relaciones USA-Brasil”), elocuente…

Pelé fue el primero en revolucionar el futbol de Estados Unidos cuando jugó para el New York Cosmos  (Photo by Robert Riger/Getty Images)
Pelé fue el primero en revolucionar el futbol de Estados Unidos cuando jugó para el New York Cosmos (Photo by Robert Riger/Getty Images)

El show estaba por comenzar… Cosmos apabulló en 1976 y, aunque no pudo salir campeón, preparó el terreno para la llegada de otras estrellas, especialmente cuando en la NASL se dieron cuenta cómo crecía la asistencia a los estadios. Llegaron la Pantera Eusebio (1975), George Best (1976), Gordon Banks (1977), Franz Beckenbauer, Carlos Alberto (ambos se sumaron ese año al Cosmos de Pelé) y hasta Johan Cruyff (1979).

El boom llevó a que se hablara mucho más de fútbol y a que varias personalidades fueran a la cancha. Hasta Mick Jagger fue a ver al Cosmos (ver foto con Pelé). El equipo pasó a jugar en el estadio de los Giants (NFL) y llegó a meter 77.691 personas en un partido de playoffs ante Fort Lauderdale. Eran épocas de un fútbol hecho show, muy americanizado, con cheerleaders hasta una modificación reglamentaria para que generara más interés. Los partidos no podían terminar en empate y así se creó la muerte súbita y el ‘shootout’, un 1 vs 1 entre jugador y arquero, que añadía más espectáculo, como les gusta a los estadounidenses.

El Cosmos salió campeón en la temporada despedida de Pelé, en 1977, ya con Beckenbauer, Carlos Alberto, el holandés Johan Neeskens y el italiano Giorgio Chinaglia, aunque a diferencia de 1972, con miles de personas en la cancha y con la TV entrando al negocio -ABC transmitió aquel campeonato-. O’Rei dejó la competencia tras jugar 64 partidos y anotar 37 goles. Pero su huella fue mucho más que deportiva. El fútbol dejó de ser un deporte marginal para los estadounidenses. “Donde había canchas de béisbol, ahora había de fútbol. El Cosmos y su Rey comenzaron una revolución deportiva en Estados Unidos”, relató el sentido comunicado de prensa que distribuyó el Cosmos tras la muerte de Pelé hace pocos meses. “Su impacto duradero en el deporte del fútbol es inestimable. Descansa en paz, O Rei”, fue el cierre elegido por esta franquicia que jugó en la NASL hasta 1984 y ahora lo hace en la National Independent Soccer Association.

Sin Pelé, duró poco la moda. El Cosmos volvió a ser campeón en 1978, 1980 y 1982, pero los ratings bajaron desde 1980 y ya ninguna cadena quiso los derechos. Ni siquiera Cruyff, el alemán Gerd Müller, el cubano Teófilo Cubillas y el chileno Elías Figueroa pudieron sostener la tendencia en alza. En 1984, Warner Bros ya no quiso seguir por problemas con sus negocios, desmanteló el Cosmos y la liga se disolvió pocos meses después. Pero una semilla se había sembrado, sobre todo en la rama femenina. Al ser un deporte menos violento que los otros, ellas encontraron un terreno fértil y las universidades destinaron programas sobre todo para ellas. No es casualidad que desde hace décadas Estados Unidos sea una potencia.

Los hombres y la liga tuvieron que esperar hasta la creación de la Major League Soccer, en 1996, luego del empujón que le diera el Mundial 1994 organizado en el país. Con la creación llegaron algunas figuras, pero básicamente americanas, como el mexicano Hugo Sánchez y el colombiano Carlos Valderrama. La asunción de Don Garber como comisionado, en 1999, le dio otro empellón y las estrellas mundiales volvieron a la competencia. Las primeras fueron Hristo Stoichkov y Lothar Matthäus, en el 2000. El alemán, por caso, se sumó al MetroStars, equipo que venía de quedar último en la Conferencia Este y, con él, pasó a ser líder y llegó a semifinales de la MLS.

Pero todo realmente volvería a cambiar con la llegada de David Beckham, en 2007. Tras ser un “galáctico” del Real Madrid y casarse con la famosa Spice Girl Victoria Adams, Beckham sorprendió al mundo aceptando la propuesta de la MLS, puntualmente del Galaxy de Los Angeles, a los 31 años, cuando todavía le quedaba nivel para seguir compitiendo en Europa.

David Beckham en los Angeles Galaxy (Photo by Harry How/Getty Images)
David Beckham en los Angeles Galaxy (Photo by Harry How/Getty Images)

Fue el fichaje más caro y mediático de la historia. El éxito en popularidad se apoyó en el conseguido en la cancha porque Becks formó parte de un grupo talentoso de jugadores que logró el bicampeonato en 2011 y 2012, con Landon Donovan y Robbie Keane. Pero lo suyo fue más que fútbol (20 goles y 42 asistencias en 124 disputados durante seis temporadas). Mucho más. Poniendo a la MLS en otro nivel de popularidad, siendo el futbolista con más camisetas vendidas en la historia de la MLS.

En aquel momento, todos se quedaron con que Beckham se iba de la élite del fútbol y con un contrato peor al del Real. Los 6.5 millones anuales que le pagaron significó un recorte del 70% de su salario. Pero, claro, pocos supieron que David arregló un porcentaje de los ingresos del equipo, incluidos productos, patrocinios y entradas. Con su presencia, todo creció. En total, Beckham ganó más de 250 millones durante su contrato de cinco años con LA Galaxy. Con más de 50 millones de dólares anuales, fue el jugador mejor pagado del mundo. Estando en la MLS…

Otro de los grandes beneficios que recogió fue poner una cláusula de su contrato original que le daba el derecho de comprar un equipo de expansión a un precio muy reducido, una cláusula que ejerció en 2018 cuando la MLS le otorgó una franquicia en Miami, junto a un grupo inversor que incluye al magnate boliviano Marcelo Claure, dueño del Bolívar de La Paz.

Beckham pagó 25 millones cuando la tarifa, en ese momento, era de 150. En cinco años ese valor se quintuplicó, al menos, siendo uno de los mayores negocios de la historia del deporte, con más de 700 millones de ganancia. Hasta la decisión de Messi valía al menos 450 millones, aunque ahora es difícil determinar el valor, aunque los especialistas creen que ya ha trepado al doble, rondando los 900, un precio que hoy tienen varias franquicias de la NHL, el torneo histórico de hockey sobre hielo que le lleva 100 años de ventaja a la MLS.

“No había nadie más en la faz de la Tierra que pudiera haber hecho lo que Beckham hizo por la MLS”, aseguró Tim Leiweke, entonces director general y presidente de AEG y dueño de cinco de los 12 equipos de la competencia. Todos los equipos de la MLS han al menos duplicado el número de asistencia a las canchas -sólo seis ligas en el mundo tienen un número mayor- y 11 estadios se han inaugurado en los últimos siete años -con tres más por venir, en San Diego, Nueva York y Miami-. Según la revista Forbes, en su edición de febrero de 2023, los clubes de la MLS fueron valorados en un promedio de 579 millones, un aumento del 85% desde 2019 (313 millones). Los Angeles FC, por caso, se convirtió en el primer equipo de la MLS en ser valorado en 100 millones en solo la sexta temporada del club. Al compás del aumento de franquicias (de 11 a 29 desde la creación), los salarios medios subieron más del 500%, según el sindicato de jugadores. Además, entre otros acuerdos, la MLS hizo uno reciente con Apple para lanzar el MLS Season Pass, un servicio de suscripción sin precedentes disponible para hinchas en más de 100 países y regiones, con transmisiones en vivo y repeticiones de todos los partidos.

El fichaje de Becks también abrió la MLS a docenas de estrellas que le siguieron, primero algunos latinos como Cuauhtémoc Blanco (2007-2009) y Rafa Márquez (2010-2012) y luego juna oleada de europeos top. Arrancó con Thierry Henry (2010–2014) y siguió con Robbie Keane (2011–2016), Alessandro Nesta (2012–2013), Julio César (2014), Kaká (2015–2017), Didier Drogba (2015-2016), Steven Gerrard (2015–2016), Frank Lampard (2015–2016), David Villa (2015–2018), Ashley Cole (2016–2018), Bastian Schweinsteiger (2017–2019), Zlatan Ibrahimović (2018–2019) y Wayne Rooney (2018–2019).

Una liga que había estado al borde de la quiebra pocas temporadas antes de que Beckham se incorporara se ha convertido en una de las más sanas del mundo desde el punto de vista financiero. El Football Finance Index de Soccerex clasificó a siete equipos de la MLS entre los 50 primeros del mundo. “El fichaje de David probablemente mantuvo a la MLS para siempre”, dijo el entrenador y director deportivo del Revolution de New England, Bruce Arena, quien llevó a Beckham a dos títulos de liga con el Galaxy. “Él nos dio la atención mundial. La inversión en la liga es tremenda. Hemos avanzado en todas las áreas”, admitió.

Este boom se vio en el crecimiento del nivel de la liga y el seleccionado, que no se ha perdido ningún Mundial desde 1990 y en 2006 llegó a ser el cuarto en el ranking FIBA. Hoy se calcula que al menos 25 millones de chicos y chicas están federados en todo el país. Algo que no podría haber sido posible sin Pelé, el Cosmos, Beckham y el resto de los extranjeros que llegaron para darle impacto, show y glamour a un deporte que tenían una misión muy compleja, abrirse paso entre deportes mucho más tradicionales en el gigante mundial.

Boceto del estadio que acogerá a Messi a partir de su segunda temporada en Miami
Boceto del estadio que acogerá a Messi a partir de su segunda temporada en Miami

Ahora se espera una tercer revolución, con Messi y todo lo que el mejor de la historia puede generar. Por lo pronto, en USA aceptan que puede tratarse del fichaje más impactante en la historia del deporte estadounidense. Allá todavía lo consideran el pico de su rendimiento, básicamente por lo que hizo hace meses, en el Mundial, por eso algunos especialistas creen que supera cualquier adquisición, contando la NFL (fútbol americano), la NBA (básquet,) la MLB (béisbol) y la NHL (hockey sobre hielo). “Es como si LeBron James se fuera a jugar a la liga de Filipinas o si Tom Brady fichara con un equipo de la liga de fútbol americano de Italia”, comparó Favian Renkel, periodista de Forbes.

La llegada de Messi, se cree, cambiará el panorama desde el primer día, porque atraerá una enorme cantidad de fans, en la cancha y, sobre todo, por TV y streamings. Ya lo hizo en las redes sociales sin siquiera ser confirmado oficialmente -se cree que eso recién sucederá el 5 de julio, firmando hasta diciembre del 2025-. La cuenta de Instagram del PSG perdió cuatro millones de seguidores en una semana y esos pasaron a seguir la del Inter de Miami. No fueron los únicos. La cuenta de IG del nuevo club famoso de La Florida pasó de 1 a 8 millones en una semana. Es, por lejos, el club más seguido de la MLS y supera a todos los equipos de la MLB, la NFL, la NHL y la NBA, salvo dos, los Lakers y los Warriors. Una verdadera locura lo que generó Leo.

Messi, además, es un gran poder en redes. Hoy, siendo la persona más famosa del mundo, tiene 471 millones de seguidores en IG, más que Steph Curry, LeBron James, Patrick Mahomes, Tom Brady, Shohei Ohtani, Alex Morgan, Jimmy Butler, Tiger Woods, Travis Kelce, Mike Trout y Ja Morant, todas las superestrellas del deporte en USA, pero sumados. Hoy, está claro, no hay ninguna figura mayor en el deporte mundial, tras su título en Qatar.

Su poder se notó en cómo subieron las entradas para ver su posible debut, el 21 de julio, ante el Cruz Azul mexicano. De 29 dólares pasaron a 500 y ya superaron los 30.000 en reventa. El equipo, que está último en la conferencia, pasó de último a séptimo en las predicciones de la próxima temporada, según informó el sitio de apuestas Bet MGM Sportsbook. De pagar 200-1 ahora está en 50-1, sin saber quién acompañará a Leo -lo más firme parece ser el reencuentro de Messi con Luis Suárez-.

Primera plana para la llegada del argentino al fútbol estadounidense
Primera plana para la llegada del argentino al fútbol estadounidense

Messi eligió la tranquilidad para su familia y para su carrera, la búsqueda de la otra felicidad, luego de haber competido al máximo nivel durante 20 años, repleto de presiones y desafíos. Y, claro, el foco, además, está puesto en negocios a futuro que eran imposibles en Europa. Como el acuerdo al que llegó con el Inter de Miami para quedarse con un porcentaje de la venta de derechos televisivos y de las suscripciones de Apple TV, que es la empresa que tiene los derechos de la Major League Soccer, la MLS, un gigante que planea además un documental sobre la participación de Messi en los Mundiales. Algo similar a lo que hizo Beckham y a lo que apostó Michael Jordan, en 1984, cuando llegó a la NBA y cerró un acuerdo con Nike que le daba el 5% de las ventas de sus modelos de zapatillas.

En el caso de Messi, en el horizonte se perfila el Mundial de 2026, un Mundial con más selecciones que nunca (¡48!) que se jugará en Estados Unidos, México y Canadá. Ahí hay cinco partes que pueden hacer importantes negocios impulsados por la ola del Mundial: Messi, el Inter, la MLS, la FIFA y la organización de la Copa del Mundo. El contrato con el Inter es anual, pero difícilmente se vea al argentino en otro sitio en Estados Unidos: él no eligió franquicia, eligió ciudad. Y no es casualidad. Es tal vez la que más ha crecido en los últimos años, sobre todo desde la pandemia. Mucha gente, sobre todo de dinero, de Nueva York, Los Ángeles y otras ciudades importantes del país -y hasta del mundo- se mudaron a Miami, lo mismo que muchas empresas que se afincaron en una ciudad hermosa, con playa, un clima más benévolo, oferta cultural, mucho glamour y un estado sin impuestos… Una ciudad que enamora, al corazón y a la razón.

La MLS también luce lista para el nuevo salto de calidad que se avecina. Tiene 29 equipos -de los 11 con los que nació- y con un crisol de nacionalidades y razas. Ya tiene jugadores de 81 países distintos, con los seis continentes representados. Con un grupo de jugadores más jóvenes y diversos que cualquiera otra liga profesional masculina de USA. El número de países representados duplica a la NBA (81 contra 45), ni hablar a la NFL (31), NHL (25) y MLB (21). También supera a cualquier otra liga de fútbol del mundo, incluyendo a la Italia (70). Algo que sirve para vender globalmente la competencia.

El tipo ya ganó 7 Balones de Oro, 6 Botas de Oro, más títulos que nadie en la historia (43), más goles en la historia de Barcelona (672), más goles y asistencias en la historia de La Liga (474 y 192), más goles en clásicos ante el Real (26), más temporadas seguidas anotando en Champions (18) y más goles en el top 5 de ligas europeas (496), pero ahora va por otra misión: que en Estados Unidos al soccer lo llamen fútbol, como ya pidió en la intimidad de su nuevo club. La nueva revolución está en marcha.

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