El crudo relato del ex Independiente Adrián Calello: “Me levantaba sin ganas de hacer nada, estaba triste y deprimido”

El jugador de Quilmes sufrió el fallecimiento de su padre en los últimos meses e inició un tratamiento psicológico con el deseo de recuperar su mejor versión: “Me motivó a la vida”

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El futbolista de Quilmes narró los momentos difíciles que debió atravesar en los últimos meses

En los primeros años de este siglo, Independiente se nutrió con valores destacados de su cantera, que tuvieron principal foco en la explosión de Sergio Agüero, pero encolumnados detrás de su figura aparecieron otros futbolistas que marcaron el pulso de las Inferiores por aquellos años. Uno de ellos fue Adrián Calello, quien debutó en el Rojo, pero su venta al Dinamo Zagreb con 21 años lo desplazó del radar hasta su regreso al fútbol de estas latitudes, donde se transformó en un referente de Quilmes. Hoy, ofreció una entrevista a corazón abierto sobre su estado emocional y psicológico en los últimos meses.

Con 36 años, Calello inició un tratamiento psicológico por recomendación de su madre y, en charla con FM Sur, expresó qué le generó esta determinación: “Me motivó a la vida. A tener ganar de... Eso es un montón porque me levantaba a la mañana y no tenía ganas de hacer muchas cosas. Me sentía triste y deprimido. ¿Si me pasó no tener ganas de vivir? Sí, me pasó, pero ya está, es una etapa que ya pasó. Ahora, me siento mucho mejor y con más fuerzas. Preparado para lo que viene. Estoy motivado y con ganas de ir a entrenar”.

Fue un semestre difícil desde lo emocional. Quizás me cuesta superar lo de mi viejo”, subrayó el ex hombre del Chievo Verona de Italia, quien debió sobrellevar una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha meses atrás, solo jugó un partido en lo que va de la Primera Nacional y está transitando una separación con su pareja sumado al duelo por el fallecimiento de su padre: “Fueron muchas cosas juntas que repercutieron en mi vida. El fútbol es parte de la vida, pero también existe la vida de cada uno. En ese sentido, me costó muchísimo. A veces me levantaba sin ganas de hacer absolutamente nada. Me ha sido muy difícil este tiempo. Por eso, la ayuda psicológica es muy necesaria en mi caso. Ya arranqué, me siento con más fuerza y más motivado. Motivado de tener cuestiones por las cuales vivir”.

El encuentro bisagra en esa determinación ocurrió el 27 de mayo pasado, cuando se lesionó en la entrada al calor previa a la derrota 2-1 ante Atlanta como local: “Analicé mucho la posibilidad de seguir jugando o no. No tenía más ganas. Cuando terminó el partido, agarré mis cosas, me vine a casa y dije que no quería seguir”.

En consonancia, el jugador manifestó que este problema físico generó una conversación con uno de los integrantes del cuerpo técnico comandado por Mario Sciacqua. Ese fue el puntapié inicial para buscar una solución: “Tengo que trabajar en otros aspectos: el emocional y lo psicológico. Arrancamos en esos sentidos y vamos a ver si puedo estar este semestre para ayudar a mis compañeros”. Luego de agradecer el apoyo mostrado por sus compañeros y el entrenador, comentó cómo decidió seguir ligado al fútbol: “Después de hablar con la familia y los amigos me di cuenta que tenía que hacer un esfuerzo, volver a intentarlo y dar el ejemplo para la gente que lo quiere bien a uno. Estos días que me aleje me hizo darme cuenta de que el fútbol sigue siendo importante en mi vida e intentaré disfrutar de estos seis meses, que van a ser muy importantes para mí y posiblemente sean los últimos que vaya a jugar. Daré un plus en la ayuda emocional: arranqué con coaching, psicólogo y daré todo para estar a la altura del club”.

“El momento que me toca pasar ahora no va por lo físico, sino que va por el lado de la cabeza. Tiene que ver con el día a día y las ganas. Uno hace esfuerzos todos los días con el grupo y los vengo haciendo, como hacen mis compañeros, pero a mí me costaba con todas las cosas que me venían pasando. Me costaba venir a entrenar”, declaró el mediocampista que posee contrato con el Cervecero hasta fin de año.

Además, destacó la ayuda que recibió por parte de Carlos Matheu y Mariano Pavone, con quienes coincidió en la institución, y esbozó que mantuvo una reunión con integrantes de la dirigencia en la que se abordó el lado humano: “Pasó por si tenía ganar de seguir o no, que me ponga bien y que la gente sigue confiando en mí para volver a ser lo que era como jugador de fútbol. También tengo eso en la cabeza”.

Con el deseo de mostrar su mejor versión, Calello se introdujo en un área del cual renegaba anteriormente: “Siempre fui más cerrado en ese sentido, nunca quise nada, pero hoy en día me siento mejor”. Con la ilusión de seguir ligado a la entidad en el futuro, se concentra en su “objetivo” de enfocarse en el próximo semestre y le mandó un consejo a las personas que estén viviendo una situación similar a la suya: “Busquen ayuda, que es importante. Refúgiense con la gente que los quieren de verdad. En el ambiente de fútbol hay gente que te quiere o que se te acerca por quién sos. En mi caso, lo más importante son mis hijos. Son mi motivación y quiero darles el ejemplo de resiliencia. Sos lo que toca ser y hay que sobreponerse, buscar ayuda y salir adelante”.

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