El 18 de diciembre de 2022, en el estadio Lusail de Qatar, Gonzalo Montiel se convirtió en héroe al ejecutar el penal decisivo para Argentina, que derrotó por penales a Francia y se consagró campeón del último Mundial, luego de igualar 3-3 en los 120 minutos. Casi seis meses después, Cachete lo volvió a hacer...
El defensor volvió a ponerse al frente de un penal definitorio, esta vez en la final de la Europa League en la que en el tiempo regular y el extra el Sevilla y la Roma empataron 1-1. Bono, guardameta del conjunto español, había contenido el disparo de Mancini -autor infortunado del gol en contra de la igualdad para los andaluces) y el palo había rechazado el de Roger Ibáñez. Otra vez el destino le dio al ex River, de 26 años, la llave de la gloria. Y la aprovechó, aunque con angustia, mucho suspenso.
Con la paz que supo detectarle Marcelo Gallardo en el Millonario a la hora de los remates desde los 12 pasos, se encamino al punto del penal, ubicó el balón y tomó carrera. El marcador estaba 3-1. Optó por abrir el pie y rematar a la izquierda de Rui Patricio, que adivinó su intención, se arrojó y atajó. Sin embargo, la decepción le duró apenas segundos al argentino.
* Lo mejor de la final en Budapest y la tanda de penales
Es que el VAR le avisó al árbitro que el portugués se había adelantado. Y Montiel tuvo la chance de repetir su ejecución. Y allí Montiel muñequeó. Cambió de punta su remate, lo cruzó, y se encaminó de cara al público del Sevilla para los festejos. El marroquí Bono, casi un argentino (es fanático de River Plate y admirador del Burrito Ortega) fue el primero en abrazarlo. Una vez más, con la pelota envuelta en una bola de fuego por la presión, el lateral demostró su personalidad. Y se bordó otra estrella, en este caso, la séptima del Sevilla en la Europa League.
“Ya estaba así la lista, se dio así”, contó tras la vuelta olímpica. “Este grupo se lo merecía, porque veníamos de una temporada complicada, un poco dura. Fue una lástima haber errado, pero cuando vi que se adelantó tenía otra chance y la aproveché. Son campeonatos distintos, ya había ganado el Mundial, hoy gano la UEFA, soy un privilegiado”, completó.
Otros compatriotas suyos fueron protagonistas en el duelo y en los penales. Lucas Ocampos se hizo cargo de la primera ejecución con muchísima jerarquía: fue un remate “no look”: miró hacia la derecha y tiró cruzado. Erik Lamela se apuntó la segunda conquista. Y Paulo Dybala abrió el score para la Roma, habiendo saltado al campo en inferioridad de condiciones físicas por una lesión que arrastra. Luego fue reemplazado. Las lágrimas con las que reaccionó tras la derrota hablan de su compromiso. Pero la victoria fue para el Sevilla, habitual rey de la Europa League. Y para Gonzalo Montiel, el especialista en penales decisivos.
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