A falta de sobrepasos en la pista el Gran Premio de Mónaco de la Fórmula 1 entregó emociones con las dificultades que los pilotos debieron surfear pasada la mitad de carrera con la lluvia que se hizo presente. El agua complicó el manejo, pero la pericia de los corredores les permitió sacar a flote la situación y tan solo hubo dos abandonos en la competencia desarrollada en el Principado este domingo.
Los adelantamientos no abundan en el trazado de Montecarlo por sus características, al ser un circuito callejero, angosto, tortuoso y que el no tener vías de escape lleva a que los competidores muchas veces no arriesguen para evitar un golpe. Cabe recordar que estos autos estrenados en 2022 son los más grandes de la historia por su tamaño y esto deja menos margen en la pista. Pero la condición climática en ocasiones entrega golpes de escena que pueden cambiar el trámite de una carrera.
Pese a que la lluvia cayó a partir del giro 51º, no se modificaron los principales lugares del clasificador. Eso sí, la inclemencia climática brindó un show de manejo de los pilotos quienes debieron domar casi 1.000 caballos de potencia que tienen sus autos en un piso húmedo.
Al verse sorprendidos, no les quedó otra que recurrir a su sensibilidad y sacar el cinco por ciento de su talento. Fue un repertorio de capacidad al volante. Un neumático para piso seco sobre piso mojado es como poner dos pedazos de cristales uno encima del otro. No hay adherencia y los autos pierden estabilidad. Por eso en el automovilismo existen las gomas para lluvia que tienen surcos que permiten que pase el agua y así poder lograr adherencia.
Si a este panorama se le suma que la carrera fue en un trazado urbano, que tiene uso a diario por los vehículos particulares, con baches y otros detalles a diferencia de un autódromo, las condiciones pueden llegar a ser críticas. Esto se vio durante casi 20 vueltas en las que los pilotos hicieron lo imposible para mantenerse en pista.
Si bien todos pararon para poner gomas para piso mojado, las cosas tampoco fueron fáciles. Es que el agua y las viseras empañadas complicaron la visión de los corredores en un escenario rodeado de guardarraíls y muros. El mal cálculo de un centímetro derivó en un golpe y se vieron varios en ese lapso en el que la lluvia fue más intensa.
La cuenta oficial de Twitter de la F1 publicó un video con un compacto que incluye cámaras a bordo y otras de la transmisión, en las que se puede ver la máxima exigencia que tuvieron los protagonistas. La más elocuente fue la cámara en el casco del séptuple campeón mundial, Lewis Hamilton, en la que se puede ver la cantidad de agua que obstaculizó la visión del inglés arriba de su Mercedes.
Nadie se salvó, incluso el propio Max Verstappen, que este domingo alcanzó su cuarta victoria en seis fechas disputadas y se alejó en la cima del certamen. El bicampeón mundial llegó a perder el control de su Red Bull RB 19 y fue uno de los que golpeó contra las defensas, pero no dañó su auto. También su compañero de equipo, Sergio “Checo” Pérez, que chocó la parte trasera izquierda y pudo continuar.
Otros que la pasaron mal fueron Carlos Sainz con la Ferrari que tuvo un despiste, Kevin Magnussen que también impactó con su Haas. Los únicos dos abandonos por las roturas fueron el propio Magnussen y Lance Stroll en su Aston Martin.
Una vez terminada la carrera comenzó otra. Es que los mecánicos y el resto de los integrantes de las escuderías largaron una maratón que fue guardar todo y emprender viaje lo más rápido posible ya que en cinco días volverá la acción. Tendrán cuatro jornadas -o menos- para revisar y reparar los coches con vistas al Gran Premio de España con el que continuará la temporada europea de la Máxima.
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