Una situación curiosa y emocionante se dio en el duelo en el que Nigeria derrotó 2-1 a República Dominicana en el Mundial Sub 20 que se disputa en Argentina. Por el Grupo D, en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, los americanos habían dado el golpe al abrir el marcador (y anotar su primer grito en una competencia de este tipo) a través de Edison Azcona de penal, pero Guillermo de la Peña en contra y Samson Lawal dieron vuelta el score para los africanos, siempre candidatos.
No obstante, Dominicana vivió una jornada a pura emoción. Así lo certificó su cuenta de Twitter, que resaltó en la previa: “Suena por primera vez en un Mundial el Himno Nacional más hermoso”. El problema es que no sonó completo: una falla técnica provocó que la melodía se cortara a la mitad de su ejecución. Poco les importó a los jóvenes representantes del fútbol de su país, que terminaron entonándolo a viva voz, con tal pasión que se terminó escuchando desde las tribunas.
Tamaña demostración de compromiso generó que el público ovacionara y aplaudiera de pie a los dominicanos, cuando ni siquiera había comenzado a correr el balón. Así, lógicamente, los fanáticos se volcaron en su apoyo. Y celebraron la conquista de penal de Azcona, capitán y hombre del Inter de Miami.
Poco les duró la alegría, pues menos de diez minutos después Guillermo de Peña devolvió la igualdad con un autogol. El empate dejó muy tocados a los centroamericanos, que no se marcharon en desventaja al descanso gracias a las intervenciones del arquero Valdez.
La duda para la segunda parte era si Dominicana aguantaría el empuje de Nigeria. Y no, no aguantó. A sus hombres les quemaba en balón en los pies. Demasiada precipitación. Azcona estuvo desdibujado con apenas un buen disparo desde fuera del área y Derek Cuevas solo dejó algún detalle de calidad.
Y en ese contexto llegó el tanto de Samsom Lawal, que se aprovechó de un fallo de la zaga para poner el definitivo 2-1. El equipo criollo dio la cara, pero fue insuficiente. De todas formas, fue conmovedora la reacción de Israel Boatwright, quien cometió el error que derivó en la caída de Dominicana. Se desplomó y rompió en llanto, porque se sintió culpable de la caída. Otro ejemplo del compromiso de un equipo que, en su primera presentación, ya se robó el corazón de la afición.
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