Otra revolución de Pep: la innovación táctica que le dio al Manchester City su versión más dominante con Guardiola

En su séptimo año en Inglaterra, el DT catalán volvió a ganar la Premier League y está cerca de conquistar el triplete: debe vencer al Manchester United en la FA Cup y al Inter para alzar la ansiada Champions

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El Manchester City de Pep
El Manchester City de Pep Guardiola va camino a conquistar la Premier League, la FA Cup y la Champions League (Reuters)

Alguna vez, al inicio de su carrera como entrenador, se intentó encasillar a Pep Guardiola en algún grupo de directores técnicos en particular. Fue tildado mayormente de “ofensivo” por desarrollar el Juego de Posición en el Barça e importarlo al Bayern Múnich y el Manchester City. Lo que el tiempo ha demostrado es que la influencia de Guardiola va más allá de los sistemas tácticos o posturas estratégicas. Tiene una concepción más integral del juego, con ideas que han evolucionado constantemente año tras año. Pocas personalidades en la historia de este deportes han sido tan influyentes en el fútbol. En su séptima temporada en Inglaterra, los Citizens ya son otra vez campeones de la Premier League y aspiran a conquistar también la FA Cup y la Champions League. Su inicio de campaña no auguraba un final tan cercano a la perfección. Incluso, ya con su equipo como candidato confirmado en todos las competencias, se ponía en duda su capacidad para eliminar en las semifinales al Real Madrid de Carlo Ancelotti. El partido de ida en el Santiago Bernabéu, que acabó en empate 1-1 pese a mostrar el City superioridad en gran parte del desarrollo, había dejado la sensación de que la serie estaba abierta. Nadie podía vaticinar que la vuelta en el Etihad Stadium sería un repaso descomunal del conjunto inglés. El Manchester City vuelve a ser finalista de la Champions después de exhibir su mejor versión desde que Guardiola dirige al equipo.

La trayectoria de Guardiola siempre ha estado marcada por los cambios, por redefinir los roles de sus jugadores y utilizar aspectos como la posesión o la presión como herramientas para ser dominante. Si bien sus inicios en Barcelona lo presentaban como un técnico dogmático, de tácticas poco flexibles –hizo del 4-3-3 un sistema de culto– y mecanismos lineales, su etapa en el Baviera le dio la posibilidad de conocer otra cultura futbolística y en Manchester encontró un espacio de trabajo sin límites para llevar sus creencias al siguiente nivel. Ante la carencia de identidad y con un enorme poder económico a su servicio, Pep Guardiola ha trabajado en el City como si fuera un lienzo en blanco. Esa libertad lo ha potenciado, ha despertado su creatividad y también expuso su costado más pragmático.

Su manera de estimular, compaginar y articular a los futbolistas, esa agudeza mental para armonizar las capacidades individuales en beneficio del rendimiento colectivo, ha alcanzado la plenitud en su séptima temporada al frente de un equipo que solamente conserva a Kevin De Bruyne, İlkay Gündoğan y John Stones desde el inicio de ciclo, únicos testigos de la transformación completa de ese equipo que en su primera campaña no alzó ningún trofeo y ahora ha ganado por quinta vez la Premier League en las últimas seis ediciones y jugará la segunda final de Champions League en tres años.

Stones, justamente, es el protagonista de la enésima revolución de un técnico que con su trabajo logró rediseñar varias veces el rol de sus laterales, mediocentros, extremos y delanteros, y lo ha vuelto a hacer con uno de los tantos defensores centrales que ha fichado en este proceso. Su desembarco en el Etihad proveniente del Everton fue en agosto de 2016, a cambio de más de USD 54 millones, convirtiéndose en ese momento en el defensor más caro en la historia de la Premier League. Años más tarde, después de haber desembolsado mucho dinero en otros zagueros como Aymeric Laporte (63 millones), Ruben Dias (70 millones), Nathan Aké (51 millones), Manuel Akanji (18,9 millones) para tener múltiples opciones en esa zona, el Manchester City ha conseguido el objetivo de controlar varios aspectos del juego con John Stones desempeñando un nuevo rol híbrido que le ha designado Guardiola.

John Stones desempeña un rol
John Stones desempeña un rol clave en las tácticas de Pep Guardiola esta temporada (Reuters)

Su principal obsesión como técnico siempre ha sido defenderse lo mejor posible y en esa eterna búsqueda por el control total de la posesión, el ritmo, las emociones y todo lo que hace al juego, Guardiola puede sentirse en paz de cara a la recta final del curso con un Manchester City que domina prácticamente todos los registros y situaciones de partidos. Poco a poco, con el correr de los compromisos de esta campaña, Pep descubrió que sus defensores centrales tienen una enorme calidad técnica y alinear a cuatro de ellos al mismo tiempo significaría tener más equilibrio, solidez y mayor estabilidad en su sistema sin perder dominio desde la posesión de la pelota.

En la primera parte de la campaña, los Citizens tuvieron que ingeniárselas para buscar la manera de que la presencia de Erling Haaland –el gran fichaje de su mercado de verano– no fuera perjudicial para la fluidez del juego. Empezaron con João Cancelo y Kyle Walker como laterales invertidos; luego solían jugar con tres hombres en defensa, con Rico Lewis o Bernardo Silva en un rol de mediocampista central en posesión y desempeñándose de lateral sin la pelota. Pero la versión más dominante empezó a emerger a partir de marzo de este año, cuando Pep empezó usar a Akanji (o Walker), Stones, Dias y Aké en simultáneo... ¿quién hubiera pensado que Guardiola usaría una defensa de cuatro centrales como cimientos de un equipo con un 9 de referencia? La clave está en que John Stones, defensa central sin balón, se desprende de la primera línea cuando el equipo tiene la pelota para ubicarse a la misma altura que Rodri como mediocampista de contención y formar un 3-2-4-1 con Haaland como punta de lanza.

Esta innovación táctica no solamente le ha permitido al City dominar las transiciones hacia la fase defensiva, con el equipo formando una defensa tradicional de cuatro posicionándose en un 4-1-4-1 o 4-4-2, sino que este rústico central se hizo capaz de sacar a relucir su faceta de mediocampista que recicla el juego e incluso puede ejercer de conductor. En la construcción del juego desde atrás, Stones brinda una cuarta opción de pase. Su tándem con Rodri forma un cuadrado por el centro con Gündogan y De Bruyne por delante, como interiores, más cerca del último tercio para conectar con Haaland o presionar tras pérdida. También pueden desdoblarse o asociarse con los extremos, que son Riyad Mahrez o Bernardo Silva en la derecha y Jack Grealish en la izquierda. Esa disposición de 3-2-2-3 le permite juntar una mayor cantidad de pases cortos en la zona central y recortar distancias a la hora de recuperar la pelota.

Este Manchester City, cuyos ataques solían ser cuidadosamente orquestados y ha transitado por diferentes formas de construir el juego y romper bloques defensivos, ahora apela a un funcionamiento más integral y simple. Cada pieza toma su posición dentro del campo de juego y nadie se aleja demasiado del otro al momento de la posesión, por lo que están unidos si la pierden. Hay cinco futbolistas –cuatro defensas y Rodri– que se quedan atrás para sofocar al rival y anular cualquier intento de contraataque; mientras que otros cinco jugadores –los interiores, los extremos y el delantero– permanecen prácticamente fijos en su lugar para generar mayor densidad en ofensiva. En definitiva, los recursos naturales como la gambeta de Grealish, los pases de Gündogan o De Bruyne, y la letalidad de Haaland en el área, son los que desarman al oponente y generan peligro. Son jugadores simplemente mejores que muchos otros, con un sistema que les permite explotar su talento.

Las posiciones promedio del Manchester
Las posiciones promedio del Manchester City de Pep Guardiola con la variante táctica de John Stones.

Con este funcionamiento que inició en marzo, encadenaron 10 victorias consecutivas en la Premier League, con 26 goles a favor y solamente seis encajados, con goleadas por 4-1 ante Liverpool y Arsenal en el Etihad incluidas. En la Champions League, avanzaron hasta la final con tres victorias muy contundentes cuando les tocó jugar de local ante RB Leipzig (7-0), Bayern Múnich (3-0) y Real Madrid (4-0), con 14 goles a favor y sin recibir ninguno. La última presentación continental fue superlativa. En los primeros 20 minutos de partido, el equipo de Ancelotti registró solamente 13 pases completados, mientras que el City tenía más de 120. Su postura con pelota fue excepcional. Los movimientos de Rodri, De Bruyne y Gundogan sacaron a pasear por todo el campo a Modric, Kroos y Valverde, lo que dejaba espacios libres para que los Stones los atacara en conducción o sin balón.

En el plano defensivo, partiendo de un 4-4-2, cinco jugadores ejercieron una presión sofocante que obligó a las estrellas del Real Madrid a dividir la pelota, con Kyle Walker, John Stones, Ruben Dias y Rodri listos para ganar los duelos, haciendo muy corto el campo y sin dar opción de encontrar a Vinicius con espacios o a Toni Kroos con tiempo suficiente para jugar cómodo. El rol híbrido de Stones requiere menos despliegue y desgaste en las transiciones defensivas porque simplemente retrocede unos metros en el mismo carril que ocupa en ataque y ya se encuentra posicionado para defender, algo que era más complejo cuando uno de los laterales se invertía. Un leve ajuste con respecto al duelo del Bernabéu hizo la diferencia: Grealish no se emparejó con Carvajal, sino que presionaba a Militao para que De Bruyne se encargue de cubrir a Kroos. Fue Akanji quien saltaba a buscar al lateral derecho. La presión bien orientada obligó constantemente al Madrid a dividir balones.

Todos los registros que domina este City lo colocan probablemente como la versión más dominante desde que Guardiola hizo su desembarco en el club. Antes de iniciar la campaña, el DT catalán dio salida a Raheem Sterling y Gabriel Jesus para incorporar dos delanteros jóvenes de gran futuro como Erling Haaland y Julián Álvarez. No estaba garantizado que Haaland, que llegaba tras marcar 86 goles en 89 partidos en su paso por el Borussia Dortmund, pudiera sostener ese ritmo anotador en su primer año en Inglaterra; pero Guardiola le dio un rol protagónico y acopló al equipo para que puede explotar al máximo sus cualidades dentro del área. Ha establecido un nuevo récord en la Premier League con 36 goles en 33 presentaciones y hasta acá acumula 52 tantos en todas las competiciones.

Julián Álvarez, en tanto, también se transformó en una opción de ataque muy fiable. En medio de la temporada se consagró campeón del mundo con la selección argentina en Qatar, donde se ganó un puesto como titular, y para la campaña liguera del City aportó ocho goles en 28 partidos (11 de titular). La cuota de sus goleadores, sin embargo, no es el único argumento futbolístico que hace de los Citizens un equipo temible. Es acompañada por la contención del bloque que forman los defensores centrales, que son muy firmes en los duelos aéreos, y la dinámica de pases o el desequilibrio individual que aportan los jugadores creativos.

Con Erling Haaland como goleador
Con Erling Haaland como goleador implacable, el Manchester City se convirtió en un equipo muy dominante (REUTERS)

Tienen un abanico de recursos inagotable que les ha permitido ganar la Premier League por quinta vez en los últimos seis años, devorándose a un Arsenal que fue quedándose sin nafta en la recta final de la carrera por el título. El equipo ahora va camino hacia un Triplete sin precedentes: el 3 de junio enfrentarán al Manchester United en Wembley por la final de la FA Cup y el 10 de junio jugarán la final de la Champions League contra el Inter en Estambul. La Orejona es la gran obsesión de los jeques árabes que compraron el club en 2008 y ficharon a Guardiola para ir en busca de ese objetivo. El DT catalán no pudo volver a ganarla después de que lo logró por última vez con el FC Barcelona en la temporada 2010/11. Llevó al elenco Sky Blue por primera vez a la final en 2021 pero perdió ante Chelsea. Quizás esta vez puede hacer historia.

Alguna vez, Guardiola citó la ciudad deportiva del Barça a un joven Lionel Messi, que en aquella época era un extremo de banda muy desequilibrante, para decirle que iba a jugar de ‘falso 9′ contra el Real Madrid. En el Camp Nou también solía convertir a los centrocampistas defensivos en zagueros centrales para tener más control en la salida. En el Bayern Múnich es recordado por darle Philipp Lahm un rol de pivote desde el lateral derecho. El Manchester City, en tanto, solía invertir a su lateral izquierdo, un papel que desarrollaron Fabian Delph, Oleksandr Zinchenko y João Cancelo a lo largo del ciclo. Y esta temporada le ha tocado a John Stones ser el protagonista de una nueva innovación táctica. Otra revolución de Pep se ha consumado.

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