Qué le genera volver a dirigir una selección y qué diferencia con dirigir a un club:
“Las diferencias son muy grandes. Dirigir a un club es un trabajo de intervención constante y a una selección es de reunir rápidamente individualidades de gran nivel. Una de las cosas que yo consideré mucho es que no iba a tener en ningún otro club de los que a mí pueden ofrecerme un grupo de jugadores como los que Uruguay tiene en este momento”.
Las críticas de los entrenadores uruguayos por su designación:
“De los entrenadores uruguayos lo seguí al tema. Se puso mucho énfasis en Lasarte, para mí es un caballero. No creo que haya dicho nada imprudente. Un día Lasarte dirigía a la Real Sociedad y no sé si yo tenía alguna posibilidad de sucederlo más adelante y fui a ver un partido a San Sebastián y después siempre me reproché esa conducta. Y él nunca me la reclamó. Siempre me pareció un tipo correctísimo. Lo que él dijo no merece ningún reproche ni lo que dijeron ninguno de los otros entrenadores uruguayos, me parece muy legítimo. Hay tantos uruguayos dirigiendo fuera de Uruguay que me parece que no hay nada puesto en tela de juicio. Son mezclas de sentimientos, de pertenencia hacia lo propio que me parece muy justificada”.
Qué sintió con Argentina campeón, Messi y Scaloni:
“Obviamente soy argentino, estoy orgulloso de ser argentino, me gusta ser argentino. Amo el fútbol de mi país como no puede ser de otro modo. Más allá de que yo soy hincha de fútbol y el otro día escuchaba una frase de Martino que decía que cuando va a ver a Newell’s no le importa si juega bien o mal, le importa que gane. Los hinchas vamos a la cancha y lo primero es que gane el equipo que queremos. Yo quería que Argentina salga campeón del mundo de cualquier manera y después analizaríamos. Por supuesto que la recompensa que Messi obtuvo es mucho más vinculado a su obstinación, paciencia, aguante que a sus recursos que obviamente son extraordinarios. Hubo dos cosas que a mí me encantaron de la final: antes del partido yo hice una comparación y puse cada jugador francés comparado con cada jugador argentino en su puesto y mi conclusión es que había 9 jugadores franceses mejores que 9 argentinos. Dije ‘puta, qué partido difícil’. Argentina no solamente mereció el triunfo sino que manejó el partido 80 minutos de 90. Para mí ese fue el mejor elogio de todos para el entrenador, cuerpo técnico y mejores. Demostraron ser mucho mejores que los rivales cuando el análisis previo indicaba lo contrario. Otra cosa que noté y fue definitoria fue que por primera vez noté que el público iba a acompañar al equipo aunque no ganara y eso no es propio del exitismo argentino. Es algo que ese equipo se había ganado. Yo siempre destaco que el costo social que tiene la derrota en la Argentina hace que los jugadores se potencien mucho. Ningún jugador quiere perder porque salir a la calle en la derrota en Argentina es más difícil, pero acá el fútbol fue distinto. La reunión de tres cosas muy importantes, jugadores dispuestos a superar a jugadores rivales mejores legítimamente exprimiendo sus condiciones al máximo, lo segundo un jugador como Messi en estado de gracia mental porque con los pies los tiene siempre y tercero un público que se mimetizó con el equipo con amor sin condiciones. Ese amor es muy fortalecedor, te quiero no importa si ganás o perdés. Una valoración a los jugadores, público y cuerpo técnico de algo que va a ser inolvidable para todos los argentinos, entre otras cosas porque se consiguió entre las tres partes”.
El legado de Tabárez:
“El legado de Tabárez no se puede competir ni reproducir, yo haré lo que pueda. Intentaré lo máximo, después veremos”.
¿Cómo potenciar a un futbolista uruguayo?
“Nadie hace mejor a un jugador que no esté en condiciones de serlo. La primera conclusión es que es mucho más importante la materia primera que el entrenador ayude a potenciarla. Cómo se hace para colaborar es que un jugador utilice un porcentaje alto de sus recursos. El entrenamiento es el recurso más efectivo, no el único. Después está poder incidir sobre lo que el jugador piensa. Y después la imagen, el error, el acierto y la copia, es el elemento más importante de todos. La palabra copiar que parece despectiva en el fútbol es indispensable. El fútbol uruguayo no puede copiar porque el joven en formación ama el fútbol, se apasiona e idolatra al jugador que imagina ser, entonces lo copia. En un pueblo se ve claramente porque la sociedad es más chica. Yo iba de vacaciones a un pueblo en Morteros con 10 mil habitantes. Había uno que jugaba bien, le decían la Josefa. Al otro día agarraba la bicicleta y daba la vuelta manzana para verlo salir de la casa, eso es la idolatría. Si no hay referencias de a quién mirar o quién copiar, es muy difícil. La imitación, la copia, la rélica es un elemento clave y necesita de la idolatría. Lo triste es cuando se enamora de Ronaldo o Messi y no se enamora del propio”.
¿Será un fracaso no ganar la Copa América de 2024?
“La palabra fracaso es como agarrar un alfiler y tocar al que puede triunfar o fracasar, hay un jugador de básquet norteamericano que dio una respuesta magistral y es muy difícil replicarla. Sugiero esa respuesta para el fracaso y éxito. Fracaso y éxito en los términos con los que se pregunta, significa que lo va a definir el orden con que termine en la tabla cada equipo y esa es una medida muy contundente y representativa pero para algunos no es la única. Hay otras formas. Los que perdemos con más frecuencia estamos muy dispuestos a discutir y yo ya estoy un poco cansado de esa discusión a través de lo que significa ser exitoso o no serlo. Me asumo como mucho más vinculado con el fracaso que con el éxito”.
Cuerpo técnico y contacto con Diego Alonso:
“Hay compañeros de trabajo que están hace muchos años y van a seguir cercanos a mí y algunos componentes del cuerpo técnico que yo prefiero que sean nacionales, uruguayos porque me van a ayudar a conectar con más facilidad con las cosas de un país que son necesarias conocer. He hablado con Diego Alonso”.
La confianza en los jóvenes y el recambio:
“La condición no es ser joven sino ser el mejor. Los jugadores acceden a un lugar si son mejores que aquellos a los que desplazan. La edad es apenas un condimento que puede ser positivo o negativo. Los procesos generacionales son naturales y se producen un poco más tarde o más temprano, me cuesta mucho aventurar cómo puede darse un ciclo que no comienza y sobre el que no he tomado ninguna medida que pueda influir”.
¿Cavani y Suárez no jugarán más en Uruguay?
“No dije eso ni lo contrario. Simplemente dije que cualquier decisión que involucre a algún jugador uruguayo con antecedentes históricos no puede ser tratada sin escucharlos. Soy muy respetuoso de los ídolos porque son patrimonio de la gente y el ídolo es un metal precioso para los más pobres. Jamás haría conscientemente algo que pueda dañar a un ídolo”.
¿Cómo le gustaría que lo recuerden en 2026?
“En el mundo del fútbol hay 20 grandes equipos y no dirigí a ninguno ni tampoco me los ofrecieron. Cómo podría yo ser uno de los grandes entrenadores del mundo y nunca dirigir uno. No soy uno de los grandes entrenadores del mundo y esta regla indiscutible lo verifica. Los seres humanos lo que queremos es ser queridos, no hay ser humano que no luche por despertar afecto. En el fútbol se consigue instalando en la memoria colectiva recuerdos inolvidables y la única manera es ganando”.